¿Es posible una relación de amor a miles de kilómetros de distancia?
La pieza nos hace reflexionar sobre la necesidad del ser humano de sentirse acompañado, de saber que hay alguien que se preocupa por nosotros. A fin de cuentas, ¿no es eso el amor?, ¿saber que hay una persona dispuesta a oírnos, que nos ríe los chistes y está dispuesta a llamarnos por teléfono a primera hora para evitar que nos quedemos dormidos y lleguemos tarde al trabajo? Pero, si eso ocurre sólo a través de pantallas, con miles de kilómetros de separación, ¿de verdad nos sentimos acompañados? Es lo que plantea la obra ‘Próximo’, de Claudio Tolcachir, en la Sala Mirador, Madrid.
Nos pasamos la vida intentando no estar solos. Quedamos con amigos, nos tiramos horas hablando por Whatsapp o reaccionando a publicaciones en Instagram…, lo que sea con tal de estar unidos a alguien, de que al otro lado de la línea haya una persona que nos aprecie, dispuesta a oír cómo nos quejamos del frío o de la eterna subida de precios. Queremos que alguien nos pregunte qué tal el día al volver a casa, o si ya hemos cenado. Necesitamos ser amados, saber que somos importantes para alguien, aunque viva en la otra punta del mundo.
Algo así les sucede a los protagonistas de Próximo, del director y dramaturgo argentino Claudio Tolcachir, que ya conquistó al público español con La omisión de la familia Coleman y Emilia, y que aún se puede ver en la Sala Mirador de Madrid este fin de semana.
El también argentino Lautaro Perotti y el español Santi Marín dan vida a dos personajes llenos de matices que se han conocido a través de Internet y que, a pesar de estar separados por miles de kilómetros, se acaban enamorando por videollamada.
Perotti interpreta a un argentino con pocos recursos que emigró a Australia por una historia de amor que salió mal y que malvive con miedo a ser deportado por su falta de papeles. Marín, por su lado, representa a un niño bien de Madrid que, además de ser hijo de un millonario, es un actor de éxito. Si hay algo que tienen en común estos personajes y que los une a pesar de la distancia y de las diferencias de clase es que los dos se sienten solos. No recuerdan cuándo empezaron a hablar, pero parece que llevan toda la vida al otro lado de la línea, dispuestos a escuchar, aconsejar y acompañar al otro en los buenos y en los malos momentos. Casi sin darse cuenta pasan a necesitarse y se crea un vínculo muy especial entre ambos.
Próximo es una obra tierna y delicada, con un gran sentido del ritmo y una buena dosis de comicidad, gracias principalmente a las hilarantes réplicas del actor argentino, que invita a la reflexión sobre la posibilidad de enamorarse de alguien sin conocer su tacto o su olor, sin haberlo visto nunca antes en carne y hueso.
Los actores se mueven por el escenario como pez en el agua, muy cerca el uno del otro, compartiendo espacio físico, pero en dos realidades completamente alejadas. No se miran ni se tocan en ningún momento y, sin embargo, saltan chispas. Se hablan como si estuvieran al otro lado de la pantalla y logran que los asistentes los visualicen en dos lugares distintos a la vez, a pesar de compartir escenografía. Nada chirría al espectador, que construye con facilidad ambos espacios en su mente, atento a la trama frenética de estos dos amantes que parecen condenados a no encontrarse jamás.
El eje central de la obra es la soledad, pero la historia de amor que surge entre los personajes da pie para hablar sobre muchos otros asuntos, tales como la conciencia de clase, la migración, la homofobia, la salud mental, la fugacidad del éxito o las nuevas formas de relación.
La pieza nos hace reflexionar sobre la necesidad del ser humano de sentirse acompañado, de saber que hay alguien que se preocupa por nosotros. A fin de cuentas, ¿no es eso el amor? ¿Saber que hay una persona dispuesta a oírnos, pendiente de nuestra felicidad, que nos ríe los chistes o que está dispuesta a llamarnos por teléfono a primera hora para evitar que nos quedemos dormidos y lleguemos tarde al trabajo?
Por otro lado, no hay por qué esperar a tener una relación romántica para encontrar una conexión así. En realidad, existen muchas formas de amar y, a veces, establecemos ese vínculo especial con un amigo o un familiar antes que con un novio o una novia. Lo importante es saber reconocerlo y cuidarlo de la mejor manera posible, ya que ese tipo de relaciones son las que de verdad acaban traspasando fronteras y perdurando en el tiempo. Esas personas que nos llaman para saber si necesitamos algo cuando estamos enfermos, las que nos preguntan qué tal ha ido el día o si ya hemos cenado, son las que, pase lo que pase, siempre estarán próximas, aunque nos separe de ellas un océano entero.
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