‘Que no se olvide’: la memoria de nuestros mayores LGTBIQ+
Esta novela gráfica es una reivindicación de nuestros mayores LGTBIQ+. La autora, Marina Velasco Marta (Zaragoza, 1997), nos cuenta seis historias de personas reales de este colectivo, desde el franquismo hasta hoy. Con dibujos y textos que impactan directamente en la sensibilidad de quienes se acercan al libro. Son las historias de Paquita, Arnau, Santiago, Manuel, Carmen y Olivia; testimonios rebosantes de intimidad, complicidad, ternura y memoria histórica. ‘Que no se olvide’ (Salamandra Graphic) “es un recordatorio de la importancia de dar voz a narrativas silenciadas y una celebración de la diferencia”. Para que tampoco se nos olvide que no todo está conseguido y para siempre. Hemos hablado con Marina Velasco.
Marina Velasco es artista y docente. Tras completar la carrera de Biología, decidió retomar su faceta más artística y se formó como ilustradora en la escuela de artes ArteDiez de Madrid. “Ahí redescubrí el arte como una herramienta para reivindicar y generar un cambio social. Por eso mis obras están marcadas por un mensaje crítico, sobre todo en temas como el feminismo, la lucha por los derechos LGTBIQ+ o el ecologismo. Desde que me gradué en 2021 he tenido el placer de trabajar como ilustradora para diferentes revistas, asociaciones culturales, organizaciones sociales…”…
Hasta que llegó 2022 y su primer cómic (Que no se olvide) recibió el XVI Premio Internacional de Novela Gráfica, organizado por FNAC y Salamandra Graphic. “Gracias a este reconocimiento pude sacar adelante un proyecto que había comenzado como un trabajo académico y publicarlo de la mano de una gran editorial que ayudase a dar visibilidad a la lucha y memoria histórica del colectivo LGTBIQ+”.
“Como parte del colectivo, es un tema que siempre ha estado presente en mi vida. Pero la necesidad de crear una novela en torno a este tema surgió al ver el documental Un amor secreto. En él se muestra la relación de dos mujeres estadounidenses que tuvieron que vivir su relación en secreto durante más de 60 años. Oír sus testimonios de primera mano me removió por dentro y me hizo pensar en todas las personas que nos rodean y que siguen viviéndolo de forma silenciosa. Casos como el de mi tía, que pasó toda la vida con ‘su mejor amiga’ y nos dejó sin poder expresar su relación con libertad. Así decidí que, aunque ya no pudiera rescatar esa historia tan cercana, sí podía ayudar a recopilar y dar voz a muchas otras. Con esta idea en mente, me lancé a buscar personas mayores de la comunidad LGTBIQ+ que quisieran compartir conmigo su historia de vida para ayudar a recrear y mantener la memoria más reciente del colectivo”.
Tú eres muy joven, de 1997, y no has podido ser testigo de toda esa represión que se cuenta en tu libro, ¿qué es lo que más te sorprendió a lo largo de tu trabajo de documentación de esta obra?, ¿algo que te conmoviera especialmente?
Creo que todos conocemos la represión que se ha dado en la historia de España. Hay numerosos archivos que nos ayudan a conocer mucha información, cifras, datos… Pero no todos lo hemos oído de la boca de quienes lo vivieron. Al escucharlo de primera mano, todas esas letras y cifras cobraron vida. Ya no era algo distante y frío, sino que tenía rostro, nombre y toda una historia detrás. Darme cuenta de ello fue algo muy impactante.
¿Y crees que este tipo de discriminaciones es ya algo superado, o desde tu perspectiva de una mujer de 26 años sientes que puede haber una vuelta atrás?
Creo que, por un lado, aunque las cosas hayan mejorado, queda mucho por avanzar. Es verdad que los jóvenes de hoy en día vivimos con mucha más libertad que las generaciones pasadas. Sin embargo, esas mismas generaciones, que son quienes pelearon por conseguir ese cambio, no están disfrutando tanto los frutos de su propia lucha. La homofobia que sigue presente en muchos ámbitos de la actualidad, junto con el edadismo, hace que las personas más mayores del colectivo sigan viviendo con miedos (como puede ser a la discriminación en las residencias de mayores) o que, en muchos casos, no hayan podido ni salir del armario.
Por otro lado, pecamos de pensar que cualquier avance en derechos es definitivo. Pero solo tenemos que mirar a países vecinos, como Italia, en los que ya se han dado pasos atrás en la igualdad de derechos, para ver temblar ese avance. El auge de la extrema derecha implica un retroceso en la ideología e igualdad social, por lo que debemos seguir luchando y reivindicando para asegurarnos que las condiciones que dejamos a las generaciones futuras sea mejor que la que nos encontramos nosotras.
Desde el punto de vista del dibujo de tu cómic, ¿cuáles son tus referentes, ilustradores a los que admires, creadores que te hayan influido…?
Mi primer referente (y la más admirada) fue Ana Penyas. Antes de descubrir su trabajo, no tenía gran pasión por la novela gráfica, ya que solo conocía los cómics de acción, fantasía… Pero con su trabajo entendí que había muchas más maneras de hacer novela gráfica, que podía hablarse de la actualidad, de lo intimista, de aspectos sociales… Y además acompañado por un estilo artístico impecable. Así es como me sumergí de lleno en un mundo de autorAs de cómic muy buenas, que estaban revolucionando el panorama y abriendo camino a todas las mujeres que veníamos detrás. Entre ellas destacaría a Carla Berrocal, Ana Galvañ y Genie Espinosa.
Ahora, permítenos un pequeño juego para dar a conocer tu libro. ‘El Asombrario’ elige tres dobles de ‘Que no se olvide’. Y tú otras tres dobles páginas.
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