‘Recycling Market’, ejemplos hacia una economía circular
El Día Mundial del Reciclaje se celebró el pasado domingo, 17 de mayo. Estuvimos en el Recycling Market de Madrid, donde objetos de todo tipo habían surgido de otros ya existentes a los que artistas y artesanos les dieron la oportunidad de una reencarnación. Nuevas vidas por obra y gracia del reciclaje, que conocemos mejor de la mano de Ecoembes (dedicados a los envases) y Signus (volcados en los neumáticos). Un símbolo más de que vivimos un apasionante proceso de cambio, el paso de sociedades y economías lineales a otras circulares.
El motivo del mercado: conmemorar el Día Mundial del Reciclaje. Al timón del evento: Ecoembes. El espacio elegido: MediaLab Prado, en Madrid, tras el Caixa Forum. El resultado: un mercado con productos de material reciclado y un ambiente muy familiar.
“¿Ves todas las cosas que se pueden hacer con cartón reciclado?”, comentaba una madre a su hijo a la altura de CartonLab . En este puesto destacaban las máscaras de conejo y algún que otro photocall. Este estudio de arquitectos suele crear proyectos de cartón enfocados a la arquitectura efímera. “Aquí la labor de difusión del material reciclado va enfocada a los más pequeños”, explica una de las cabezas del estudio, Nacho Bautista. “Todas las piezas encajan y se sueltan, sin pegamento. Todo está hecho con material sostenible de España.”
Zapatos, bolsos, pendientes, collares, lámparas y hasta decoración de lo más kitsch. En Recycling Market una cosa quedaba patente: todo objeto puede ser recreado, en todo material cabe una nueva vida.
Entre los objetos más sorprendentes, bisutería que parte de dentaduras postizas o del medidor de tonos de las piezas dentales.
Un cartel explica que estos objetos parten de otros, comprados en anticuarios y mercadillos. Detrás de cada pieza, un tiempo pasado, un lugar de origen. Por delante de cada pieza, una nueva vida.
En Ecozap, calzado con mucho camino hecho, ya que su suela procede de neumáticos reciclados. La piel, también ecológica, curtida con extractos de plantas. El tinte negro hecho con carbón. Son zapatos con compromiso social, los fabricantes garantizan los derechos humanos de los trabajadores. Bolsos con chapas de botella que imitan la concha de una tortuga, con la finalidad de proteger estas especies, completaban este puesto.
Pendientes grandes, que no pesan. Su materia prima, el cartón reciclado. “Esto es coger una caja de la calle, pelarla y con el cartón hacerlo”, cuenta la creadora de joyas de cartón Estrella Masip. Sus creaciones empezaron en 2007 y ahí sigue, porque, como ella afirma, “es increíble que de una caja de cartón salgan cosas así”.
El cartón fue el gran protagonista del domingo, pero también vimos plástico reciclado y convertido en las vistosas lámparas de Pet Lamp.
En House of Marley fabrican objetos tecnológicos de los que forman parte aluminio y acero provenientes de motores de coches o plástico de tapones de botellas. Y aparte de los puestos de venta, la comida ecológica tuvo su representación en la cantina con La Magdalena de Proust.
Una cita que demostró la importancia de separar a la hora de tirar material a la basura.
Crear en ocasiones es recrear.
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Pero hay muchos otros reciclajes de los que sabemos poco. Entre ellos, el de neumáticos usados, que supone muchos miles de toneladas al año. Para conocer más de este asunto, hemos hablado con José María Bermejo, director de Desarrollo de Mercados de Valorización de Signus (sonoro apócope de Sistema Integrado de Gestión de Neumáticos Usados). Valorización es aprovechamiento, poner de nuevo en valor un material -palabra que se prefiere últimamente a residuo; es más genérica pero menos despreciativa-.
Los neumáticos están formados, como media, por un 75% de caucho, 20% de acero y 5% de textil. Signus, que anda celebrando estos días sus 10 años, trabaja con 337 empresas adheridas (fabricantes e importadores) y unos 25.000 talleres repartidos por la geografía española, a los que recoge anualmente -de forma gratuita- en torno a 175.000 toneladas de neumáticos. Gracias a este sistema, hemos dejado de verlos abandonados por ahí, en cualquier vertedero o rincón de paisaje o afueras de pueblos, sin ton ni son. Para financiar este sistema de recogida y reutilización de un material muy valioso, cada neumático de un automóvil va gravado con 1,46 €, de media. El trabajo de José María consiste esencialmente en buscar nuevos usos para ese caucho reciclado, que, triturado o hecho polvo, aporta a otros materiales con los que se mezcla dos características muy apreciables: flexibilidad y capacidad de absorción de energía de impacto, ruidos y vibraciones.
Ahora mismo, aparte de la valorización energética por el poder calorífico del caucho, se emplea mucho como relleno de césped artificial en vez de, por ejemplo, arena, para campos de fútbol; y como suelo en los parques de juego infantiles, para amortiguar el efecto de las caídas de los niños. Neumáticos enteros, y esto es quizá lo que más suena a bote pronto, se usan en barreras de seguridad de circuitos automovilísticos. También como parte de la suela en el calzado de marcas con marchamo de moda sostenible, como Ecoalf. Y hay usos testimoniales en trabajos artesanales, que no significan una parte importante de la tarta del reciclaje, pero que pueden aportar mucha imagen, para fabricar maceteros o bolsos o carteras o mesitas…
Pero hemos de subrayar un destino que debería ser el principal, el más rentable, masivo y beneficioso para todos: el de mezclas bituminosas para asfaltado de calles y carreteras. Desde Signus, creen que la reglamentación de la Administración es demasiado laxa para incentivar su empleo. Aunque requiere ciertos ajustes técnicos para hacer el cambio respecto a otras mezclas clásicas, el empleo de polvo de caucho aporta dos grandes ventajas: un menor agrietamiento en superficie, con lo que se abarataría el mantenimiento del firme, y una mayor absorción del ruido provocado por el roce del tráfico. Desde Signus miran con envidia a Estados norteamericanos como California, Texas y Arizona, pioneros desde hace varias décadas en el uso de estas mezclas, y donde en torno a un tercio de las carreteras se hacen ya con betunes que llevan neumáticos reciclados. Aquí en España se avanza poco a poco en su uso; se ha empleado, por ejemplo, en los aeropuertos de Vitoria y Sevilla, y en el arreglo, hace unos años, de la A-1, entre Somosierra y Burgos. Pero en Signus calculan que no llega al 2% del total de asfaltado; y subrayan que se darían por satisfechos con que se alcanzara el 10% de todas las obras.
José María Bermejo nos indica otros prometedores usos que han arrancado ya de manera experimental. Allá van otros dos: Amainadores de oleaje; o sea, barreras reductoras de la altura de olas, utilizados especialmente en puertos deportivos; y rellenos de terraplén, por ejemplo en vertederos y balsas de retención de aguas pluviales.
Usos que a veces ni se nos han pasado por la imaginación y que ayudan a dar forma al proceso de cambio de economías lineales de consumo a economías circulares, en las que el usar y rehusar se convierte en usar y re-usar. En Signus rizan un poco más el rizo y prefieren hablar de economías esféricas, por los diferentes círculos de reciclaje que es posible componer.
Más ideas a partir de proyectos con institutos de investigación, particulares con una idea en la cabeza digna de ser patentada y empresas de construcción como Acciona y Sacyr: desde el desarrollo de barreras de hormigón en autopistas con caucho añadido (y que amortiguan los efectos del choque, por la absorción de la energía resultante del impacto), a cilindros que se añaden a los quitamiedos metálicos de las carreteras para evitar que sean tan agresivos en los accidentes de motoristas, más enchaquetados de vías urbanas para tranvías -van entre el raíl y el hormigón para la absorción de vibraciones-.
En fin, que a menudo las cosas -y no sólo las personas- dan mucho más de sí de lo que nos creemos a simple vista. Nuevas vidas para esas montañas de material en un nuevo concepto de economía y sociedad, las que están hechas con procesos circulares y participativos.
Si en las vidas lineales se puso de moda aquello de pasar página; ahora todo está cambiando y hemos de ser más de círculos y esferas. O espirales. O ruedas. La vida gira como una rueda.
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