Un repaso con Europarc-España a nuestros espacios naturales protegidos
Hablamos con Juana Barber, presidenta de EUROPARC-España, para dar un repaso al estado actual de nuestras áreas protegidas y cuáles son los principales retos que tienen por delante. El Anuario 2023 de esta organización, recientemente presentado, destaca la apuesta por estas áreas en España, con más de un 36% de la superficie terrestre protegida y una superficie marina que está a punto de elevarse al 21%. Además, destaca la notable aportación del Estado español a la Red Natura 2000 en Europa, ya que somos el país que mayor proporción de su territorio aporta al proyecto europeo, con más de un 27%. Además, nuestra contribución a redes internacionales es sobresaliente: somos el país con mayor número de Reservas de la Biosfera del mundo, con 53 espacios.
¿Qué es Europarc-España?
Es el principal foro profesional de nuestras áreas protegidas. Los miembros de EUROPARC-España son las administraciones con competencias en materia de planificación y gestión de espacios naturales, un total de 26 miembros en estos momentos, que incluyen a todas las administraciones ambientales autonómicas, a la administración general del Estado a través del Organismo Autónomo Parques Nacionales, y varias administraciones locales como diputaciones provinciales, cabildos y consejos insulares. La Oficina Técnica de EUROPARC-España, con el soporte y aval de la Fundación Fernando González Bernáldez, impulsa los planes de acción consensuados por la asamblea de miembros. En estos momentos estamos trabajando con entusiasmo en la implementación del Programa 2030: Cambio global y áreas protegidas, un llamamiento a la acción y el trabajo colaborativo para abordar los retos de futuro de nuestras áreas protegidas a los que nos enfrentamos como sociedad.
¿Y quién es Juana Barber?
Soy canaria, tinerfeña, asentada en Cataluña desde hace muchos años. Me formé como ingeniera de Montes en la Universidad Politécnica de Madrid, y poco después, en 1992, me incorporo al Servicio de Parques Naturales de la Diputación de Barcelona. Entre los diferentes puestos que he desempeñado, entre 2004 y hasta principios de 2018 he estado al frente del Parque Natural y de la Reserva de la Biosfera del Montseny. En la actualidad mi puesto es el de Jefa de Servicio de Gestión de Parques Naturales de la Diputación de Barcelona. Además, he tenido la suerte de ejercer la presidencia del Consejo de Gestores de Reservas de la Biosfera del Comité MaB español. Desde julio de 2022 participo en EUROPARC-España como presidenta.
Habéis publicado recientemente el ‘Anuario 2023 del estado de las Áreas Protegidas de España’. ¿Cuáles son los principales titulares/conclusiones que podríamos extraer de este informe?
El Anuario 2023 destaca la imponente apuesta por las áreas protegidas en España, con más de un 36% de la superficie terrestre protegida y una superficie marina que está a punto de elevarse al 21%. Estas cifras se explican, en buena medida, por la notable aportación del Estado español a la Red Natura 2000 en Europa, ya que somos el país que mayor superficie de su territorio aporta al proyecto europeo, con más de un 27% de nuestro territorio. Además, nuestra contribución a redes internacionales es sobresaliente: somos el país con mayor número de Reservas de la Biosfera del mundo, con 53 espacios.
Me gustaría destacar aquí algunas de las aportaciones de las áreas protegidas al bienestar de la sociedad. Se da cuenta de la importancia de los espacios protegidos como lugares de referencia para acercarnos a la naturaleza: 14 millones de visitantes en parques nacionales en 2022. Más allá de los datos de visitas, muchos parques nacionales y naturales, un total de 26 espacios protegidos han acreditado sus equipamientos y servicios de uso público con la Q de calidad del Instituto de Calidad Turística Española, apostando de esta manera por la calidad de la visita. Son, además, diversas las alianzas para la conservación y la dinamización socieconómica en los espacios naturales protegidos, que contribuyen de esta manera al reto demográfico aportando elementos diferenciales, especialmente en territorios rurales más o menos deprimidos. La Carta Europea de Turismo Sostenible, iniciativa para una mejor gobernanza de la actividad turística implicando a los diferentes agentes locales, es un ejemplo de proyectos exitoso en España en el que participan una treintena de espacios protegidos y más de medio millar de empresas turísticas.
Por otro lado, en estos años se han consolidado en nuestro país diversas marcas de calidad y reconocimientos a productos naturales, artesanales y turísticos en espacios protegidos. Se han identificado cerca de 1.800 productos y servicios en marcas propias en parques naturales, y nacionales, y, a escala nacional, está en marcha la Marca Reservas de la Biosfera Españolas que contaba el año pasado con algo más de una treintena de productos adheridos.
Desde que comenzasteis a elaborar estos informes, ¿qué podríamos deducir respecto a las áreas protegidas en España? ¿Principales avances y principales asignaturas pendientes?
Los anuarios, informes periódicos que llevamos elaborando dos décadas, recogen el pulso de las áreas protegidas en España, y abundan en diferentes temas relativos al estado de los espacios naturales protegidos y su gestión en las diferentes ediciones. El gran mapa de las áreas protegidas está prácticamente conformado, especialmente en lo que se refiere a superficie protegida terrestre. Aún se siguen y se seguirán declarando espacios, si bien, como reflejan los últimos anuarios, la mayoría de los nuevos espacios tienen extensiones reducidas, aplicando figuras de protección de la naturaleza como la de monumento natural, entre otras, y en muchos casos se está aportando reconocimiento a valores patrimoniales locales y regionales.
También se constatan ampliaciones en diversos espacios protegidos: se ha ampliado significativamente la superficie los parques naturales del Montseny (Cataluña), Llevant (Islas Baleares) y Baixa Limia – Serra do Xurés (Galicia). En el caso de los espacios marinos aún queda mar por surcar, y proteger. La aprobación del Plan Director de las Áreas Marinas Protegidas en España, RAMPE, debe proporcionar un impulso a la conservación eficaz de las áreas marinas.
Las áreas protegidas son herramientas esenciales para un modelo territorial sostenible y resiliente frente a los desafíos del cambio global. Su declaración es un primer paso imprescindible, y superado en líneas generales en España (en la protección marina aún tenemos tarea, como decíamos antes). Así, el principal reto al que nos enfrentamos es consolidar la gestión adaptativa y eficiente de la vasta red de áreas protegidas en España, con medios materiales, económicos y humanos adecuados a los nuevos retos. Es preciso incrementar los esfuerzos para garantizar los múltiples servicios y beneficios sociales que la naturaleza adecuadamente gestionada en los espacios protegidos brinda a la sociedad.
Algún tipo de hábitat, algún territorio, alguna zona en la que debamos poner más cuidado y atención, por los peligros que le acechan…
El cambio global, y el cambio climático en particular, va a condicionar el futuro de la gestión para la conservación en nuestros espacios naturales protegidos, que debe diseñarse, o rediseñarse, considerando los escenarios de cambio climático a diferentes escalas. En los próximos años determinados hábitats, y las especies ligadas a los mismos, pueden verse afectados en mayor medida, como las zonas de alta montaña y los humedales –los humedales litorales en particular–, espacios de ecotono muy sensibles en sus dinámicas por definición.
También la gestión de nuestros bosques y masas forestales, especialmente en el ámbito mediterráneo, tanto dentro como fuera de los espacios naturales protegidos, debe tomar en consideración un escenario presente y futuro caracterizado por mayor número de sequías, más severas y extensas en el tiempo y, ligado con lo anterior, un creciente riesgo de incendio. Dado que una parte realmente significativa de nuestras áreas protegidas son espacios forestales, el reto es notable, ya que no podemos permitirnos perder, ni degradar, los múltiples beneficios sociales y ambientales que nos proporcionan los bosques, desde su destacado papel en la mitigación del cambio climático fijando CO2 a su contribución en la lucha contra la erosión y la pérdida de suelos, pasando por su función recreativa como lugares para el esparcimiento en el medio natural.
Finalmente me gustaría destacar que debemos ser conscientes de que, además de trabajar por la conservación a través de los espacios protegidos, y otras herramientas, ha llegado el momento de abordar la restauración de numerosos sistemas naturales.
Haciendo balance comparativo respecto a otros países de nuestro entorno, ¿en qué situación nos encontramos; podemos hacer un balance positivo?
El balance de la conservación de la naturaleza es positivo. Los mimbres de la conservación sobre el terreno, las áreas protegidas, están puestos. En el contexto europeo, somos el país que mayor porcentaje de su territorio aporta a la Red Natura 2000, y el tercero en términos absolutos. En nuestro contexto, en la vieja Europa, España sigue siendo un vergel, un país donde aún conviven paisajes rurales y naturales, donde aún podemos encontrar hábitats y especies del máximo interés para la conservación a escala europea.
Sin embargo, aún queda trabajo por hacer. El último informe sexenal del estado de la Red Natura 2000, publicado en 2020 y del que dimos cuenta en el Anuario 2020, refleja que, aunque la situación de las poblaciones bien representadas en la red ha mejorado, muchas especies de alta montaña, de medios esteparios y de los humedales siguen estando muy amenazados.
La puesta en marcha efectiva de los planes de gestión de los espacios protegidos Red Natura 2000 –el 90% de los espacios cuentan según el Anuario 2023 con instrumento de planificación de la gestión– debería redundar en el corto y medio plazo en una mejora del estado de conservación de hábitats y especies.
¿Cuál crees que es ahora mismo y en nuestro país la principal amenaza a la conservación de la naturaleza y la biodiversidad?
Volviendo al último informe sexenal del estado de la Red Natura 2000, en España las presiones y amenazas que sufren los hábitats, y especies ligadas a los mismos, tienen su origen, principalmente, en determinadas prácticas agrícolas, el urbanismo, la silvicultura y las invasiones biológicas. También las amenazas a la conservación de la naturaleza y la biodiversidad están relacionadas con el cambio climático. Es fundamental incorporar las afecciones derivadas del cambio climático en los diagnósticos y análisis sobre el estado de la conservación de la naturaleza en el conjunto de las áreas protegidas, así como en los planes de gestión.
Somos conscientes de la problemática del cambio climático en la conservación de la naturaleza, primer paso para actuar, y disponemos ya de algunas herramientas, de algunos recursos, como el Manual 13 de EUROPARC-España, centrado en la incorporación de la adaptación al cambio climático en la planificación y en la gestión en las áreas protegidas. Se empieza a mover ficha y, tanto en los planes de gestión de nueva generación como en la revisión de instrumentos de planificación de la gestión, se están incorporando los considerados del cambio climático.
¿Qué prácticas ambientales pones en marcha en tu día a día?
Caminar. Seguro que otras muchas más, pero sobre todo caminar, ir andando siempre que sea posible a todos los sitios, y, cuando no es posible, hacer uso del transporte público, y, si es inevitable coger el coche, siempre compartir vehículo. Y como caminar es la mejor manera de conocer nuestros fantásticos espacios naturales, pues estamos en plena forma para ello.
Un espacio natural al que te gusta regresar porque te recarga de energía, te inspira, te tranquiliza.
Mi tierra, Tenerife, y todos y cada uno de sus muchos espacios naturales protegidos, y aquí no me mojo con ninguno en particular porque todos tienen su encanto. Más allá del sitio concreto, más allá del lugar, lo que realmente me ayuda a cargar las pilas es compartir la visita, el paseo, con colegas, amigos y familia.
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