Retorno
Con estas píldoras de poética literatura llegamos al final de nuestra serie ‘Relatos de Agosto’, que os ha acompañado durante los días más calurosos para ofreceros un respiro con cuentos en torno al cuerpo femenino. Han sido 23 entregas, con la colaboración del Taller de Escritura de Clara Obligado, escuela que cuenta con sección quincenal en ‘El Asombrario’ el resto del año. Las podéis encontrar todas en nuestra sección de Relatos. Buen comienzo de curso. Buen retorno.
POR ISABEL CIENFUEGOS
I LA FAVORITA
¿Qué seda podría detener el ímpetu de su señor, el ansia de entrar en ella con furia de saqueo?
Bajo el torreón, oye correr el agua del deshielo bajo. Desearía alejarse con ella, pero ninguna favorita ha escapado jamás.
Ya retumban los pasos que vienen a buscarla. Ya le acercan su túnica mejor, blanca como el invierno, salvo la carpa roja, humilde pez, que bordaron sus manos.
Mientras la visten, una fuente de lágrimas le desborda los ojos, inunda el aposento, se precipita desde la ventana y se funde al torrente llevándola consigo.
II EL SEÑOR DEL CASTILLO
Hasta el vino hiede al enemigo muerto. Ve campos de batalla en los jardines. Aullidos son para él los cantos de las aves. Ya no encuentra placer en segar el cuello complaciente del ciervo.
Piensa en la favorita. Se precipita hacia donde la tiene prisionera, guardada por sus fieles. Grita, al encontrar vacío el aposento. Sobre el piso, las blancas vestiduras aún guardan el olor de su carne.
Encerrado, su cólera sacude los cimientos del castillo. Manda degollar a los guardias. Manda que condenen la torre. Se consume en gritos y lamentos, hasta caer agotado en el lecho, cubierto con la nieve de la tela, esperando ser penetrado por la muerte.
III. EL RÍO
Cae en agua, rugiendo, la nieve deshelada. Arrastra piedras, troncos. Se despeña, se persigue, se cabalga penetrando en los rápidos. Lucha en los remolinos y muerde en las orillas, y salpica los muros de las torres más altas, donde reinan los más altos señores.
Y antes de evaporarse, se arquea tiernamente y alcanza los remansos, donde las carpas gozan un instante, para remontar luego y desaparecer, mientras el río sigue.
Comentarios
Por Juana, el 03 septiembre 2017
Muy poético, me encanta la magia de este cuento.
Por Jesús María Moreno Solanas, el 04 septiembre 2017
Precioso relato de Isabel Cienfuegos. Como el inicio de su apellido, cientos de matices en este relato corto, que hace que lo paladees en cada lectura. Enhorabuena.