Rulo: «Es saludable alejarse de lo que uno quiere para valorarlo»

El cantante Rulo en imagen promocional.

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Rulo publicó hace unos meses El doble de tu mitad’, el tercer disco que lanza con la Contrabanda, el proyecto musical que inició tras dejar atrás su periplo musical junto a La Fuga (1996 a 2009). El artista cántabro (de Reinosa), afina la línea que ya inició con el primer disco, profundizando en un rock de autor, sustentando sus reflexiones e historias en guitarras eléctricas limpias y efectivas. Sus canciones describen estampas personales, dicotomías de cualquier ser humano.

En este nuevo trabajo cuenta con la producción del estelar Carlos Raya, que ha dotado a este nuevo disco de una frescura, unas texturas y una profundidad idóneas para las composiciones de Rulo. Con un pie puesto en Madrid y el otro en Cantabria, nos hemos sentado a charlar un rato con él sobre este disco y muchas más cosas.
Estás en el segundo tramo de la gira del nuevo disco, ¿qué haces entre disco y disco, entre gira y gira?
La verdad es que los parones y los tiempos, en general, me los impongo yo. Tanto mi oficina de contratación como mi banda o la discográfica no sólo lo comprenden, sino que además lo apoyan. Es muy saludable parar, yo mismo veo bandas que, para mí mismo, al verlos, pienso: les vendría tan bien tomarse un respiro… No soy nadie para decir cómo debe proceder cada cual, pero, resumiendo, hay que alejarse de lo que uno quiere para no dejar de valorarlo.
Y quizá para no hacer de algo artístico un convencionalismo, ¿no?
Sí. También está que yo no puedo componer en gira, me cuesta mucho, no toco fuera del escenario cuando estoy de gira, entre la promo y los viajes, no saco tiempo para sentarme a componer. Soy de los que, si está liado en el proceso creativo de una canción y he quedado a cenar, llamo para decir que no quedamos o que llego tres horas más tarde. Cuando me llega una canción y me pongo con ella, no estoy para nadie ni para nada… Claro, eso en gira es muy complicado, siempre hay una cita, un horario, una reserva, una furgoneta que sale; en fin, que mi tiempo lo mueven otras cosas.
O sea, que no utilizas el romanticismo y la soledad creativa que pueda tener una habitación de un hotel para componer canciones…
Sí, pero no. Cuando no estoy de gira, viajo mucho. Una gran parte de la plata que gano en las giras me la gasto en viajes a título personal. En las giras viajas, pero no te pierdes… Sin embargo, cuando me voy yo solo, me puedo perder, puedo improvisar, perder un tren y gastar tres días más en una ciudad preciosa, no tengo una hoja de ruta que seguir. En gira puedo conseguir un boceto, un esqueje, poco más, no llego a alcanzar el grado de concentración, o dedicación más bien, que necesito para componer.
En una habitación, sentado al calor del hogar…, sin prisa y sin tiempos…, ¿así se ha compuesto este disco, ‘El doble de tu mitad’?
En gira compuse dos canciones, pero ya te digo que me costó la leche y más.
Me ha gustado eso de tu afición por viajar al margen de lo que implica estar en una banda de rock. ¿Se refleja ese carácter tuyo en tus canciones?
Creo que sí. En el disco anterior hay una canción que habla de Venecia y Estambul, en El Vals del adiós que canté con Bumbury en el anterior disco también; no sé, están las ciudades, los lugares que visito, y esa es una manera de dejar esa fotografía de donde estuve. En este disco hay estaciones, viajes, ciudades, claro que las hay.

¿Por dónde te gusta viajar? ¿Hay alguna preferencia o solo donde llegue el dinero?
Todos, todos los lugares me gustan… Quizá, con todo lo que aún queda por ver, lo que intento es no repetir, soy un coleccionista de países, llevo treinta y pico visitados. En casa tengo mi mapita puesto en la pared y allí voy señalando los lugares que visito… Ese mapa me permite tomar verdaderas medidas, y comprobar las dimensiones del asunto y sacar en conclusión que aún me queda por ver casi todo. No tengo predilecciones, pero tampoco fobias… África, Oriente, todo me interesa. Ahora que Iberia ha sacado Tokio y Shanghai como destinos accesibles, pues ahí tengo apuntada mi próxima flecha… Tengo un colega que por menos de 500 euros ¡ha hecho la ida y vuelta a Shanghai! Tengo la suerte de tener un oficio que me permite, cuando no estoy currando, juntar semanas, incluso meses, para poder viajar; además, puedo hacerlo en fechas en las que casi nadie puede.
¿Te gustan los viajes largos?
Podría estar mucho tiempo viajando, te lo aseguro… Pero tengo hijos y soy muy familiar, muy de clan, me gusta juntarme con la familia, me encanta cocinar y hacerlo para la gente que quiero es algo que disfruto mucho. Cuando no estoy de gira hago piña, pero, por ejemplo, si viajo a tocar a Sudamérica, lo alargo y me quedo 20 días por ahí sin mayor problema. Creo que para estar en este oficio, hay que tener cierto punto de desarraigo… Pero, bueno, como empecé diciendo en esta entrevista, es bueno separarse un poco de lo que más te gusta para poder apreciarlo realmente.
Con todo esto que me dices, y sabiendo que te has instalado en Madrid, procedente de Reinosa, saco en conclusión que eres un culo inquieto, que te gusta tener cada pie en un sitio…
Así estoy, incluso tres ciudades, porque ahora mi hija está en Santander, de modo que voy entre Madrid, Reinosa y Santander, un dedo en cada lugar y los pies puestos ambos en la gira. Parece tremendo, pero es algo que me gusta así; además, la gente se puede hacer una idea, o sea, saber que cuando no estoy de gira, no es que me quede en el sillón, mirando la tele… Siempre he dicho que yo mando en mi carrera porque no tengo grilletes; o sea, no tengo casas de la hostia que pagar, ni cochazos que mantener, mi apartamento es modesto y, bueno, me gasto la pasta en lo que yo quiero, en lo que me gusta, que principalmente son dos cosas, comprarme guitarras y viajar… Ahí, en mi opinión, es donde mejor invierto el dinero que gano.
Hablando de guitarras, quien te ha producido este nuevo disco, Carlos Raya, ése sí que guarda un buen arsenal, ¿es parecido el tuyo?
Me gustan las buenas guitarras, hay gente que te dice que tiene treinta y pico guitarras, pero, claro, cuando preguntas por el modelo y las marcas… Yo tengo cosas interesantes, pero, vamos, que nada que ver con Carlos Raya.
Este es el primer disco que grabas con él, ¿ha habido buena onda?
¡Y tanto! Siempre había grabado con Javi San Martín, en sus estudios (los estudios navarros de Sonido XXI, n de a), y la verdad es que éramos más que amigos, es como la relación que pueda tener con Miguel de Warner, ya no es mi AR, es más que un amigo. Soy del Norte y eso me hace ser muy cabezota, pero siempre escucho a la gente, y mucha gente, ya con La Fuga, me decía que por qué no probábamos con otro productor, a ver qué salía… Y siempre decía que no, pero escuchaba esa voz que de vez en cuando recomendaba cambiar, probar otra cosa para la producción… En mi carrera en solitario, he querido probar ahora, en este tercer disco.
¿Conocías a Carlos de antes, había compadreo previo de escenarios y camerinos?
Sí, pero poquísimo, él también es tímido. Decidí plantarme en su casa, cual boy scout, sin manager, sin nadie de la discográfica, yo y mi guitarra. Funciono por corazonadas, toda la vida lo he hecho. Fui a su casa y le dije que tenía claro que quería que él produjese esas canciones, y le toqué cuatro o cinco canciones con la acústica. Hace no mucho recordábamos ese día; y fue así, me planté allí con mi verdad, mis canciones y mi movida. Y ahora, fíjate, del inmovilismo total, de haber grabado muchos discos con una misma persona, que eso conlleva relajo por mi parte, ahora he pasado al movilismo absoluto para grabar estas canciones, y tengo claro que quiero trabajar más con él, pero también tengo claro que quiero probar más cositas… Me he perdido muchas cosas en todo este tiempo. Con cada productor que trabajas, descubres un poco de su sabiduría y eso te hace aprender y, sobre todo, crecer… Crecer no es solo vender más y más entradas para conciertos.
O sea, ¿que te has ganado otro miembro para esta familia artística que te rodea?
Sí, tras la grabación quedamos a cenar, a tomar algo, con nuestras chicas… Bueno, ya sabes, para terminar hablando de lo que más nos gusta, o sea, de música.
Lo habéis grabado en su casa, en el estudio casero de Carlos Raya, ¿verdad?
Lo íbamos a grabar en el Estudio 1, le pregunté que si ese le gustaba…, pero me dijo que, como era el primer disco que íbamos a grabar juntos, prefería que tuviésemos tiempo y no estar pendientes y esclavos con el reloj y la calculadora. Alquilar un estudio supone acatar ese factor del tiempo y el dinero. Además, hubiésemos tenido que llevar todo su material hasta aquel otro estudio. Así que fue en su casa, sin agobios ni horarios forzados… Y te puedo asegurar que su estudio es mucho mejor que la mayoría de los que puedas alquilar por ahí. Toda esa tranquilidad cuenta a tu favor en una grabación… Y, bueno, desde donde yo vivo en Madrid hasta la casa de Carlos Raya hay diez minutos andando.
¿Disfrutas del proceso de grabación o solo es el trámite que hay que pasar para hacer una nueva gira?
Hay tres partes en el proceso de un disco, y la primera me sigue fascinando, que es componer. He hecho 80 canciones con La Fuga, como compositor, y ya veintipico como Rulo y la Contrabanda, y el proceso ese de buscar durante dos meses en la guitarra, de saltar el folio en blanco, y un buen día, de repente, en tu casa, en media hora, te sale lo que buscabas… me sigue fascinando. ¿Por qué durante meses no me ha dado las notas necesarias y ahora, en esta tarde, todo llega y se coloca en su lugar? Es fascinante, John Lennon decía algo así como que las canciones están ya ahí, solo hay que cogerlas y tocarlas… El segundo proceso es llevar esas canciones a Carlos, al productor, y armarlas. Ahí Carlos me sugirió, es muy educado, recortar o alargar partes, estribillos o puentes, con el método de la prueba… Todo lo que proponía era para mejor, claro, es una visión de la canción menos visceral que la mía; la suya es cerebral y funciona, y yo no la tengo.

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