El ‘safari’ de Elena Almagro, ‘exploradora’ de la gran ciudad
La fotógrafa Elena Almagro ha rematado su proyecto ‘Safari’ para retratar la gran ciudad con los planteamientos de un documental de naturaleza indómita, con sus ecosistemas y especies amenazadas, y primeros planos de sus ejemplares más frágiles. Lo presenta en la Galería Cero de Madrid.
Estuvimos con ella hace dos años, cuando andaba dándole forma, ilusionada, a su proyecto fotográfico Safari. Nos contaba Elena Almagro entonces: «Sí, busqué el safari en la gran ciudad; porque siempre, desde pequeña, me ha atraído la naturaleza, la he buscado y me hace sentir bien. Siempre me he quedado hipnotizada con las imágenes de National Geographic, y fantaseaba con hacer esos grandes viajes y expediciones, pero he de reconocer que soy cómoda y urbanita, que estoy domesticada y tengo miedos…, y que la fotografía de naturaleza y el safari son duros. Así que busqué reproducir esa experiencia, esa aventura, en mi ciudad».
Tras cuatro años, ha cumplido su sueño, y está exponiendo hasta el 23 de marzo en la Galería Cero, de EFTI , dirigida por Carmen Dalmau. Safari es el resultado de un trabajo planteado con tiempo, llevado a cabo en cientos de horas paseando por Madrid. Finalmente, Elena Almagro se ha quedado con medio centenar de imágenes que componen una visión distinta de la gran ciudad, a las que ahora quiere dar forma de fotolibro (busca editor), y de las que una tercera parte podemos contemplar en la galería, desde el gorrión que nos mira con cara de ‘qué raros sois, humanos’ hasta una nube que parece estar saltando a la comba. Cientos de horas de paseo y observación. Para la selección final, ha contado con la ayuda del fotógrafo y editor de arte Gonzalo Golpe. Los territorios que más le inspiraron: el centro y el barrio de Vallecas.
«He querido utilizar», me cuenta mientras visitamos su exposición, «las herramientas de los documentales que filman una naturaleza lejana y exótica, salvaje, incluso indómita, para describir nuestro entorno cercano, doméstico, que es, al fin y al cabo, el que estructura nuestro día a día». «A medida que avanzaba en el proyecto, me percataba de que tomamos nuestra propia ciudad como algo ajeno y artificial, que cuando queremos disfrutar de una experiencia natural, nos apuntamos a un viaje para poner tierra de por medio y visitar otros entornos, vivirlo más. Sin embargo, a mí la experiencia de turista me ha creado mucha frustración, lo he visto como algo decepcionante, artificial, ahí sí que está todo programado y maquillado, no creo que ésas sean experiencias vitales reales y profundas. Así que me planteé retratar el espacio en el que nos movemos a diario como el ecosistema en el que se desarrolla realmente nuestra vida, el paisaje que habitamos y en el que debemos sentir nuestra vida y emociones. He buscado plasmar esa experiencia de vivir la ciudad como algo más natural, sentir el rugido del tráfico frente al piar de los gorriones (algo que se percibe bien en el vídeo de la expo en Galería Cero), el cambio de las estaciones, el atardecer y el encendido de solitarias farolas en un parque».
La soledad de frágiles ejemplares en el metro y el remolino de hojas secas cayendo en un desapacible día de otoño en una avenida. Y la urraca siguiendo la línea de unos bolardos.
Almagro ha construido un ecosistema urbano diferente, fijándose, como ella misma explica, en la narrativa de los documentales de naturaleza, en los planos y movimientos de cámara de la realización de los grandes reportajes de National Geographic sobre el Serengueti o la Amazonia. Ella es más de salita de estar, y de lo pequeño y del detalle, y de la cuidada composición (se nota que su principal actividad profesional es la fotografía de arquitectura). Gracias a esas facultades de exploradora de lo doméstico, observamos una mirada distinta al entorno: Hay un charquito como si fuera una laguna en proceso de retirada por la sequía en el África central. Un parque tratado como si fuera un complejo ecosistema de la sabana, donde comparten hábitat diferentes especies (cebras, jirafas, ñus…). Y un primer plano de una paloma. Y un yorkshire luchando contra la ola de viento que ha provocado un coche al circular a gran velocidad. Y muchos ancianos, porque Elena ve en ellos una de las especies más frágiles, junto con los gorriones, para desenvolverse en el competitivo ecosistema de la gran ciudad.
Comentarios
Por Yo...Pedro, el 20 febrero 2017
Ojalá pudiera ver la exposición, esperaré a ver la edición del libro, dentro de algún tiempo (por carencia de medios…)Pero de entrada a la «señora de las pieles» me agradaría verla sin tantos cueros o en sus cueros, para equilibrar.