Se busca público activo para ‘Surge Madrid’
La tercera edición de ‘Surge Madrid’, el festival-apuesta de la Comunidad de Madrid para apoyar la creación emergente en escena y la «otredad» (el ‘off’), busca una relación distinta del público con las compañías que representan los espectáculos. Romper esquema, barreras, límites, mezclar formatos, mayor interacción. ‘El Asombrario’ se ha asomado a dos de esas propuestas con afán de descolocar: ‘Sirenas en la Nube’ y ‘Experimento#21: Mary’.
«En un mundo donde medimos el amor a través de publicaciones virtuales y no a través de caricias, donde queremos captar cada instante no para vivirlo sino para exhibirlo, viven Aída y Piedad, dos comerciales de vaporettas que no sólo compiten por ser la mejor empleada del año, sino por vender la mejor imagen de sí mismas y alcanzar la vida perfecta…, vida perfecta a los ojos de los demás». Así se resume Sirenas en la Nube (Sala Umbral de Primavera) «una obra satírica y delirante donde se crea una interacción directa con el público, que se convierte en voyeur de su propia vida». Su creador, Miquel Crespi, que trabajó diez años en La Cubana en los tiempos de Cegada de amor, La tempestad y Cómeme el coco, negro, y creador de compañías de teatro y magia como Zootroupe, que lo mismo organizan espectáculos callejeros que animan eventos comerciales, sabe bien cómo crear complicidades con un público activo. Y en esta obra, que pide a la gente que se toque y se bese y que critica cómo el abuso de las redes sociales -esos selfies que son sólo postureo impostado y no responden a ninguna verdad- nos puede llevar a patéticas soledades, podemos apreciar algunos de esos formatos que él tan bien maneja.
«En un mundo de tanta experiencia virtual, el teatro es más carnal, es comunicación, relación», dice Crespi. «A la gente hay que meterla en la trama y descolocarla; hoy en día es todo tan previsible…, que a mí me gusta jugar y divertirme, con los actores y con el público. A mí lo que ahora me mueve sobre todo es que una idea me divierta». En la obra estrenada en Surge Madrid las dos actrices comienzan vendiendo vaporettas «de la felicidad» y terminan tasando su trabajo en teatro, haciendo cuentas con el público, para concluir que al final hasta están perdiendo dinero y deciden pasar la gorra. Un giro abrupto de la historia que efectivamente deja descolocado al personal. A pesar de esa crítica nada disimulada a lo precario de este boom teatral en estas Sirenas en la Nube, Crespi subraya el valor de todo este movimiento off de las artes escénicas, por cuanto sirve de vivero de creatividad para que luego las obras que cuenten con mayor favor del público se desarrollen y se desplieguen en circuitos que puedan generar más beneficios.
Entre los 41trabajos que se están presentando en la capital bajo el paraguas de Surge Madrid (del 4 al 29 de mayo) encontramos por ejemplo La soledad invisible (El Umbral de Primavera), donde David Roldán Oru hace partícipe al público, con los ojos vendados, de la experiencia de cómo estamos permanentemente compartiendo espacios con personas absolutamente desconocidas. En Miedo al Otro, Ángel Málaga Paniagua ha propuesto en DT Espacio Escénico una instalación en la que el espectador se adentra de forma individual para tener una experiencia íntima. En Todos los Cuerpos, Inés de la Iglesia y Antonio de Paco conducen al público por un «itinerario inverso» en el espectáculo de danza, «como una resistencia a la idea habitual del resultado final. De esta manera, se propone partir del teatro para finalizar en el estudio donde el aprendizaje y la investigación tienen lugar». Sobre Pornocapitalismo, un acto íntimo a sangre viva (Teatro del Arte), su creador, Santi Seso, explica: «Actores y espectadores vivirán tal vez lo que será su último round, un KO que dejará solo la sangre VIVA, que dará de beber al capitalismo, y unos cuerpos inertes que alimentarán a los supervivientes para seguir con la lucha. Cada golpe acertado es aplaudido, festejado y premiado por una muchedumbre ansiosa de matar para no ser matado».
En Experimento#21: Mary (Espacio LaBruc), su autora y directora, Ana Kuntzelman, que ya participó en Surge 2015 con una curiosa obra en torno al cambio climático, monta un espectáculo en el que sus dos protagonistas también interpelan al público para que se relaje y colabore en una peculiar encuesta que busca acercar la danza contemporánea a la gente a partir del análisis de grandes figuras pioneras, desde Nijinsky a Loïe Fuller y Mary Wigman. «Las reacciones del público son muy variadas», nos comenta, «desde la gente que entra a la primera a otros a quienes esa frontalidad y apelación directa les resulta agresiva. En general, hay dos tipos de reacciones: quien desconfía, piensa que se van a reír de él y se parapeta y protege, y quien decide fiarse y participar desde el primer momento». Su compañía, Snomians (montada en 2013 y que remite a la raíz -al revés- de la palabra monstruo, «que es la misma en todos los idiomas europeos, y se refiere a la fascinación del monstruo, no por el horror sino por su capacidad de transformación»), bebe sobre todo del stand-up americano, «que es un género que me atrae mucho», y de la improvisación y el diálogo. «No partimos de un texto cerrado, sino del diálogo con los actores -trabajo sobre todo con cuatro-, para ir poniendo en común lo que queremos transmitir». Y termina: «Lo que planteamos es un juego de códigos en torno a lo didáctico; y sobre todo vamos a ser capaces de empezar, y de empezar diciendo: ‘no entiendo nada’; es importante ser capaces de hablar de todo y de reírnos de todo, empezando por nosotros mismos».
‘Surge Madrid’. Hasta el 29 de mayo.
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