Si sacas malas fotos, pásaselas a Kessels: hará un fotolibro
Otros se dedican a hacer resúmenes con las mejores fotos de 2016. ‘El Asombrario’ no… Nosotros tomamos otra dirección: fotos de fiestas, de piernas tostándose en la playa, de gatitos, de deliciosos desayunos, de viajes a la selva, de bebés simpáticos, de sobrecogedoras puestas de sol. Y toneladas de ‘selfies’. Estamos rodeados de fotos. Solo en Facebook se suben diariamente unos 350 millones de imágenes. Muchísimas horrorosas, y Erik Kessels (Países Bajos, 1966) sabe sacar buen provecho de ellas. ¿Qué es lo que hace este ‘postfotógrafo’?
Kessels es un fotógrafo extraño: nunca usa la cámara y solo utiliza imágenes encontradas para generar con ellas nuevas historias. ¿Para qué hacer más fotos si hay tantas a nuestro alrededor? “Es divertido que la gente aún me llame fotógrafo”, bromea.
“Vivimos en una época en la que vemos más imágenes antes de la hora del almuerzo que las que alguien del siglo XVIII veía en toda su vida”, dice el artista, que este año visitó Madrid para participar en el festival Fiebre Photobook. Además, es director creativo de la agencia de publicidad Kesselskramer, cuya sede está dentro de una iglesia en Amsterdam, y tiene oficinas en Los Ángeles y Londres. Ha trabajado para marcas como Diesel, Nike, J&B u Oxfam. Obtiene sus imágenes de álbumes familiares que encuentra en mercadillos, de revistas, de publicidad y, por supuesto, de Internet. “También hacen falta artistas que rastreen la red y vean qué extraños movimientos se están produciendo”, dice. Su última creación, Failed it! (Phaidon), mitad guía, mitad fotolibro, trata de cómo sacar partido a los fallos y está plagada de fotos de cosas mal hechas (un balcón sin puerta, un banco público con un muro delante) y de fotos fatal tomadas: borrosas, movidas, con dedos invasores en el objetivo.
El concepto de la postfotografía, que aboga por el uso de las imágenes ya existentes, nació de un manifiesto firmado por cinco comisarios: Martin Parr, Clèment Chéroux, Joachim Schmid, Joan Fontcuberta y el propio Eric Kessels, con motivo de la exposición From here on durante el Festival de Arles en 2011. Según los promotores, no es necesario tomar más fotografías, sino editar las existentes, pues todo está fotografiado ya por los millones de cámaras que apuntan en todas direcciones.
Algunos de los hallazgos de los que Kessels se ha reapropiado y ha convertido en libros y exposiciones: Una familia que nunca consiguió fotografiar correctamente a su perro, porque era muy oscuro y parecía un agujero negro en la imagen (en el libro In almost every picture #9). Una mujer holandesa que se fotografió durante toda su vida, de los 16 a los 88 años, en la misma postura, disparando con un rifle de aire comprimido en puestos de feria (In almost every picture #7). Un marido que captó a su esposa durante años sumergida en la piscina, pero completamente vestida (In almost every picture #11). “El fotolibro me permite disponer las imágenes para crear una narración”, dice. “Aun así, el uso de las fotografías está cambiando: antes era algo para imprimir y conservar, ahora es algo para compartir y desechar. El ciclo de vida de una imagen es muy corto”.
En la revista Useful Photography, Kessels reúne fotografías de uso común en las que no solemos reparar: hay números especiales sobre fotos profesionales de vacas en diferentes países o sobre los camuflajes que utilizan los ejércitos de las diferentes naciones. Entre sus últimas recopilaciones, las de imágenes de penes comparados con verduras, mandos a distancia o tubos de dentífrico, que algunos cuelgan en Internet. “Son fotos que normalmente no perduran en nosotros. Poniéndolas en un nuevo contexto cobran un nuevo sentido humorístico o político”, explica el artista. En esta época de bombardeo de información, Kessels siente que su trabajo es más parecido al de un dj o un editor que al de un fotógrafo tradicional.
¿Qué ha aprendido de la naturaleza humana después de ver tantas fotos tomadas por sus congéneres? “Pues, primero, que la gente es muy predecible y tiende a sacar siempre las mismas fotos, sobre todo en contextos familiares: bodas, vacaciones, recién nacidos. Y segundo, que, en el otro extremo, también suceden muchas cosas raras a las que podemos acceder a través de la Red. Imágenes que te hacen pensar: Dios mío, ¿hacia dónde está yendo la Humanidad?».
Comentarios
Por Alex Mene, el 02 enero 2017
Interesantes propuestas fotográficas.