Starmus Festival: El Universo en una isla canaria y a ritmo de rock

De izquierda a derecha, los astronautas Chris Boshuizen, de Australia; la estadounidense Kathryn C. Thornton y los españoles Pablo Álvarez y Sara García, ambos seleccionados para próximas misiones. Foto: Max Alexandre / Starmus Festival.

El Starmus Festival de La Palma se convierte en un evento de referencia mundial para la divulgación de la ciencia, que reivindica su papel en tiempos de ataques para poder responder las preguntas fundamentales sobre la vida y el futuro, con el aliciente de reunir grandes estrellas del rock. Estuvimos en la edición 2025, a finales de abril, en la isla de La Palma compartiendo visiones del presente y del futuro con biólogos, oceanógrafas, astrofísicos, astronautas y el mejor rock’n’roll.

“Cada día, 40 toneladas de meteoritos caen en la Tierra”. “El Universo está dentro de nosotros”. “Cada día puedes generar un impacto positivo en nuestro planeta”. “El cielo es un patrimonio que no podemos perder.” “El mapamundi es una falsedad si ves la Tierra desde el espacio”. “No podemos demostrar que no somos los únicos el Universo ni tampoco lo contrario”…

No es fácil resumir la cantidad de historias que hay en cada Starmus Festival, pero si algo ha caracterizado la edición que en abril ha tenido lugar en La Palma es la capacidad de convocatoria de un evento que, una vez más, ha logrado reunir a personalidades de primera fila de la ciencia y la música, encendiendo las mentes de miles de niños y de todos los asistentes mientras el resto del país, durante unas horas, se apagaba. Premios Nobel, astrónomos, astronautas veteranos y jóvenes, grandes divulgadores… Todos juntos para colaborar en el relanzamiento de una isla que en 2021 sufrió una catástrofe natural, la erupción y el surgimiento de un nuevo volcán, el Tajogaite, poniendo en valor sus cielos y su belleza.

Y de las estrellas más brillantes de todo el festival, que tuvo lugar entre el 25 y el 28 de abril, ha sido sin duda la primatóloga Jane Goodall. Incansable a sus 91 años; en su conferencia recordó sus investigaciones y su vida, pero sobre todo destacó su encuentro con cientos de niños palmeros reunido en el camp urbano que Starmus organizó en Los Llanos de Aridane. Allí, en medio de un impresionante silencio, les transmitió lo importante que es cuidar nuestro planeta y la esperanza que tiene “en la gente que no se da por vencida, aunque parezca imposible ganar esa batalla”.

Y no fue la única. Tras ella, cuatro astronautas salieron para transmitirles un mensaje común: que nunca se rindan ante sus sueños, aunque parezcan tan alejados como poder viajar al espacio o hacer un gran hallazgo científico. Allí estaban la astronauta española Sara García, que más tarde explicaría con todo detalle en su conferencia cómo es la medicina espacial, y el que será nuestro próximo viajero más allá de la atmósfera, Pablo Álvarez, que contaría con detalle el duro entrenamiento al que se está sometiendo para ir a la Estación Espacial Internacional (ISS) antes de 2030; y la mujer que más tiempo ha estado en el espacio, la americana Kathryn C. Thornton, que participó en cuatro misiones espaciales a bordo de transbordadores y relató cómo rescataron un satélite espacial en 1992; y el australiano Chris Boshuizen, que viajó allá arriba en 2021 con el actor William Shatne, el capitán Kirk de Star Trek.

Para el fundador y director del festival, el astrofísico Garik Israelian, esta era una edición especial. Desde que en 2016 se hiciera el último Starmus en España, soñaba con su vuelta a Canarias, adonde había logrado llevar a Neil Armstrong, Buzz Aldrin, Alexei Leonov o Stephen Hawking. Gracias a los tres millones de euros aportados por el Gobierno español, a través de la Fundación Starlight, este año fue posible, aunque se echó de menos que algún alto cargo ministerial se acercara por la isla a inaugurar la ocasión. Sí estaba el comisariado especial para la reconstrucción de La Palma, Héctor Izquierdo. “En La Palma, con el Instituto de Astrofísica de Canarias, estudié el cielo cientos de noches y comprendí la importancia de trasladar todo el conocimiento que conseguimos los científicos a la sociedad y a los jóvenes”, explicó Israelian. Se echaba de menos a su lado al cofundador y músico Brian May, de Queen, que no pudo estar por razones médicas.

Desde la primera tarde fue evidente que el público, que llenaba las 1.500 plazas disponibles en Starmus, lo iba a disfrutar. De las primeras en hablar fue la catedrática del Instituto Smithsonian de California Nancy Knowlton, una bióloga marina que hizo un balance de la situación ambiental en la Tierra, con datos poco halagüeños sobre el impacto de la agricultura o la contaminación, pero que puso en escena soluciones que pueden ponerse en marcha porque se ha demostrado que funcionan. En la misma línea fue la intervención de Jane Lubchenco, la mujer que dirigió una de las más importantes agencias de Estados Unidos con Obama, la NOAA, y fue asesora de Joe Biden en cuestiones climáticas. Lubchenco, oceanógrafa, nos recordó que no podemos seguir pensando que el océano es tan grande que resiste todo y tampoco que sus males no tienen solución. “Todo es posible si hay una preponderancia de la ciencia, impulsada por líderes globales y comunidades locales y por las industrias”, aseguraba.

La primatóloga Jane Goodall dedica uno de sus libros a una niña.

La primatóloga Jane Goodall dedica uno de sus libros a una niña. Foto: Max Alexandre / Starmus Festival.

Si algo caracteriza Starmus es que su mirada va siempre más allá de la atmósfera terrestre, así que el Nobel Michel Mayor relató cómo fue el hallazgo del planeta 51 Pegasi B en 1995, el primero encontrado orbitando una estrella que no es el Sol. Hoy se conocen más de 5.000 y gracias a los espectros captados por telescopios, como el espacial James Webb (JWST), incluso se puede determinar las moléculas de sus atmósferas. De hecho, recientemente se anunció que en un lejano planeta (el K2-18b) a 124 años luz, se han detectado posibles moléculas orgánicas que en la Tierra generan algas o el fitoplacton. Pero en La Palma los científicos han sido muy cautos. El astrónomo Mario Livio (ex gestor del telescopio espacial Hubble) recordaba que se han hecho muchos avances en laboratorio para generar vida, pero que nos faltan piezas claves dada la complejidad del proceso. “Podrá haber mil millones de planetas habitables y dos millones de galaxias, pero desconocemos qué probabilidad hay de que exista vida fuera de la Tierra. Lo que sabemos es que cada átomo de nuestro cuerpo viene de las estrellas. El universo está dentro de nosotros”, aseguró.

Jill Tarter, la científica que dirigió el SETI (Search for Extraterrestrial Intelligence), comentó que lo importante es que, si la hay, sea inteligente, pero que eso requiere contar con telescopios cada vez más potentes, tanto en Tierra como en el espacio. Y no es fácil porque son costosos, pero además hay otros problemas. El español Xavier Barcons, actual director de la ESO (organismo europeo para la observación astronómica en el hemisferio sur), denunció que cada vez es mayor la amenaza de la contaminación lumínica para los astrónomos. De hecho, Barcons contó cómo un megaproyecto de hidrógeno verde se quiere ubicar a entre 5 y 11 kilómetros de los telescopios de Paranal (Chile), donde están los cielos más prístinos de la Tierra, una amenaza total al observatorio que propicio un Premio Nobel por los hallazgos allí logrados. A poca distancia, además, se construye el telescopio ETL, que con 39 metros de diámetro será el más grande jamás construido. ¿Primará la ciencia sobre este negocio?

Otra amenaza que salió a relucir fueron los satélites y la basura espacial, que pone en riesgo tanto la observación como a los tripulantes espaciales. El ex comandante de la ISS, Chris Hadfield, señalaba que ya son 11.414 satélites los que tenemos sobre las cabezas… y van a más. Ya en 2009 colisionaron dos, generando decenas de miles de restos flotantes que amenazan a la Estación Espacial Internacional (ISS), junto a otros miles abandonados. A la velocidad a la que van, pueden romper hasta un traje espacial, siendo un riesgo para los astronautas de la ISS, que ya han sufrido impactos, por suerte sin consecuencias. La ISS, de hecho, se mueve continuamente para evitar estos objetos.

Toda esta ciencia, además, estuvo acompañada con una música que no fue menos estelar. En el puerto de Tazacorte, a escasos kilómetros del nuevo volcán palmero, Jorge Drexler fue una de las estrellas invitadas al concierto Sonic Universe, donde pidió apagar todas las luces, dos días antes del gran apagón peninsular, para disfrutar en la oscuridad ese cielo estrellado que nos hace tan pequeños. Tras él, la vorágine rockera que no puede faltar en el Starmus Festival y que llegó con leyendas como Glenn Hughes (vocalista de Deep Purple), Ron Bumblefoot Thal (Gun’s N Roses), Derek Sherinian (Kiss) o el vocalista croata Dino Jelusic.

El presidente del Cabildo de La Palma, Sergio Rodríguez, se ha comprometido en público a promover que cada año la isla cuente con una edición, al menos reducida, de Starmus, y que nuevas estrellas de la ciencia dejen sus huellas en esa tierra verde y negra. Dónde será el próximo gran festival aún es una incógnita. Pero lo que es cierto es que el club de fansva en aumento porque, como me decía una gran científica americana, nueva en el cartel, “nunca antes viví un evento igual y es una gozada”.

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