TBA21: Emigrar y transformarse como las mariposas para sobrevivir
La Fundación TBA21 trae al Museo Nacional Thyssen-Bornemisza la pericia y peripecia de las migraciones: de las naturales, con la increíble gesta de las mariposas monarca entre México y Canadá; y de las humanas, representadas por los marineros filipinos que desde siglos atrás cruzan los mares de todo el Globo. Da forma a la propuesta la artista filipino-canadiense Stephanie Comilang (Toronto, 1980). Es otra de las propuestas ‘asombrarias’ para la Semana del Arte en Madrid.
“Las mariposas monarca (Danaus plexippus) son mundialmente conocidas por la increíble migración masiva que lleva a millones de ejemplares a moverse desde Canadá y EE UU a México cada año. La monarca norteamericana es la única mariposa que realiza una travesía tan espectacular, con una distancia cercana a los 5.000 kilómetros”. Así comenzaba un reportaje de la revista National Geographic publicado en 2010. Y continuaba: “Allí, se acurrucan en los oyameles –un abeto nativo de las montañas centrales y del sur de México y del oeste de Guatemala– para esperar el invierno. Una vez que los días comienzan a alargarse de nuevo, las mariposas comienzan a regresar al Norte, deteniéndose en algún lugar a lo largo de la ruta para poner huevos. Luego, la nueva generación continúa más al Norte y se detiene allí para poner sus huevos. El proceso puede repetirse durante cuatro o cinco generaciones antes de que las monarcas hayan llegado nuevamente a Canadá”. (…) “Para cuando comience la migración invernal del año siguiente, varias generaciones del verano habrán vivido y muerto, y serán los tataranietos de los migradores del año anterior los que realicen el viaje. Sin embargo, de algún modo las nuevas generaciones conocen el camino. Siguen las mismas rutas que sus ancestros y en ocasiones incluso vuelven exactamente al mismo árbol”.
Todo esto lo cuenta ahora Stephanie Comilang en un vídeo proyectado en unas enormes pantallas en el Thyssen, en la muestra titulada En busca de la Vida, una producción de TBA21 y que cuenta para su desembarco en Madrid con la colaboración de la Fundación Ecolec (Begoña Aguirre, presidenta de esta entidad, destacó en la presentación de la muestra que colaboran con el Thyssen desde 2019; “somos muy conscientes del impacto de la cultura; de ahí nuestro compromiso”).
Comilang pone esa asombrosa migración de las bellas mariposas monarca en relación con los movimientos migratorios humanos, en concreto los marineros filipinos. Ella lo explica así: “En busca de la vida incluye multitud de historias entrecruzadas, líneas temporales y personajes, tanto humanos como no humanos, que narran distintas experiencias migratorias y las conexiones entre ellas”. Se trata, comentan desde TBA21, de una “instalación audiovisual de gran formato en la que, a través de dos pantallas enfrentadas, la artista nos sumerge en una aventura visual y propone una reflexión profunda sobre la historia, la identidad y la conexión entre las distintas formas de vida en nuestro planeta”. Ampliando la mirada para explicar el trabajo de Comilang, leemos: “La artista ensaya en su obra una relectura de la naturaleza contextualizada en la explotación colonial, y también de los ritos, posibilitadores de un nuevo comienzo más allá de la crítica”.
Comisariada por Chus Martínez, “la muestra pone el foco en la migración y en la interconexión entre las fuerzas coloniales y poscoloniales con los movimientos humanos y de otras especies animales, como las mariposas monarca”. “Se trazan las rutas marítimas utilizadas por España tras la colonización de Filipinas. Las dos proyecciones forman una película que presenta el alcance del tráfico mundial de mercancías a través del mar en la actualidad, así como el papel que desempeñan los marineros filipinos. Junto a la película, una serie de piezas textiles realizadas en fibra de piña completan la sala con formas del mundo natural, como las mariposas monarca o la flor de la patata, el café, la vainilla y otras especies importadas por los españoles. Los bordados recuerdan a los de los mantones de Manila, aludiendo al pasado colonial español”.
La obra de la artista y cineasta filipino-canadiense Stephanie Comilang se centra en el concepto de hogar y, a menudo, aborda las ideas de diáspora y migración. “Su enfoque documental”, nos explican desde TBA21, “en la construcción de narrativas hace hincapié en los temas de la movilidad social, el trabajo global y la comunicación intercultural. A través del vídeo, la artista explora las condiciones a las que se enfrentan los migrantes, analizando la explotación y la adversidad que sufren los grupos que abandonan un país por razones ajenas a su voluntad”.
Guillermo Solana, director artístico del museo, apuntó en la presentación varias reflexiones sobre las migraciones. Una: tiene la sensación de que, a pesar de la precariedad en que suelen vivir estos colectivos, apuntalan las economías de las sociedades desarrolladas. Otra: relaciona esta exposición con la gran muestra que prepara el museo para el verano sobre la huella colonial en las colecciones Thyssen-Bornemisza.
Algo muy de actualidad ahora, estos movimientos decoloniales con miradas al pasado, mientras asistimos, pasivos e impertérritos, a colonialismos contemporáneos, desde el avance extractivista en África de grandes empresas chinas y canadienses, a la sangrienta ocupación de territorios palestinos por parte de los colonos israelíes.
Por su parte, Chus Martínez añadió el día de la presentación, el pasado lunes: “Generaciones distintas de seres humanos en busca de la vida comparten una experiencia similar a la de las mariposas, la de un viaje que les permita una vida digna”. Y concluyó: “Esta obra va de lo que significa moverse para sobrevivir; esta obra es la restitución de la dignidad de todas las comunidades migratorias. Nos ofrece, además, una gran oportunidad de aprender, no desde la culpa, sino desde la posibilidad”.
Una obra que va de la capacidad de moverse para sobrevivir, Y también de la capacidad de transformación para sobrevivir, de reinventarse. Como esas larvas que se transforman en crisálidas y luego en bellísimas mariposas de color naranja y negro.
‘Stephanie Comilang. En busca de la vida’. Museo Nacional Thyssen-Bornemisza. Con la colaboración de la Fundación Ecolec. Hasta el 26 de mayo.
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