‘Te quiero viva, burra’: 27 maneras de revivir a mujeres deshechas
La joven Loreto Sánchez Seoane (Madrid, 1989) nos ofrece en su primer libro –‘Te quiero viva, burra’, tomando como título la súplica que le hizo Julio Cortázar a una Alejandra Pizarnik desarmada– un lírico análisis sobre 27 generosas, iconoclastas e inteligentísimas mujeres deshechas por el egoísmo de las reglas sociales, un visado gracias al que estas 27 rehenes del patriarcado –desde Violeta Parra y Alfonsina Storni a Camille Claudel– encontrarán la libertad.
Atreverse a hablar de los muertos es, sin duda, un trabajo heroico, un inesperado combate con la nada que te marca el destino para siempre, porque hablar de los muertos implica cargar con las mentiras con que los vistieron sus enemigos y con las verdades que han de servir como decisivo epitafio.
Y eso es Te quiero viva, burra, primer y magnífico libro de Loreto Sánchez Seoane, una concatenación de epitafios que desmienten la Historia y que elevan la intrahistoria a la categoría de ciencia exacta.
Sobre cenizas, olvidos y abusos de toda índole construye Seoane este cuidadísimo «glosario» que late mientras dura con ese ímpetu con que late la sangre entre un recién nacido y su madre antes de que un inesperado verdugo corte el cordón umbilical.
Aquí hay 27 generosas, iconoclastas e inteligentísimas mujeres deshechas por el egoísmo de todos aquellos que fueron beneficiados con su generosidad. 27 mujeres arropadas por impostados estigmas que solo buscaban su invisibilidad. 27 textos que te hacen interactuar de manera ininterrumpida con las victorias y derrotas de sus protagonistas.
Seoane circula por los márgenes hasta hacer de ellos extensos párrafos de verdades plenas. En sus semblanzas no hay maniqueísmo ni exhibición intelectual sino una pureza emocional arriesgadísima que construye frases inmensas:
“Arriesgó su vida en un conflicto que sus amigos leían desde un sofá” (sobre Pannonica de Koenigswarter).
“Ella solo sabía vivir en contradicción” (sobre Linda Lovelace).
“Ella es el resultado de andar por el mundo sin permitir que nadie pise tu sombra” (sobre Violeta Parra).
Seoane es una adicta a la belleza y sobrecoge el riquísimo porvenir que el análisis de esta joven autora regala a las mujeres de este libro. Te quiero viva, burra es un himno luminoso, sin mentiras y sin cavernas, un salón de cuidados paliativos para el alma y la memoria de las 27 artistas escogidas. Con la llegada de Seoane desaparecen los fantasmas y comienzan a temblar todos los tiempos verbales. El pasado se convierte en futuro y el presente se olvida de esa forma en que se olvida a un hombre amortajado hasta que alguien derrama la primera lágrima por él.
Te quiero viva, burra es un camino de sólidos espejos que sustituye con solvencia a un añejo cónclave de silencios y gravosas mentiras.
Te quiero viva, burra es un libro cuyo lírico análisis otorga súper poderes a todas las mujeres del siglo XXI.
Es un visado gracias al que estas 27 rehenes del patriarcado encontrarán la libertad. Seoane sabe que solo es libre aquel o aquella a quien se recuerda, porque es en la memoria de los otros donde habita la única maniobra capaz de arrancar de la insaciable boca de los gusanos el firme epílogo que la vida le debe a demasiadas mujeres.
Seoane habla de seres dañados y juega con esta bonita y paradójica expresión, dada su dureza real y la extensión de su aliento, a un juego que favorece el espíritu de estos 27 cánticos, de estas 27 autopsias con todas las incisiones en su justo lugar.
No dejen de leer este libro porque Te quiero viva, burra es colocar el respeto como único maestro de ceremonias, escuchar el lenguaje de los muertos con esa atención con que un niño escucha por primera vez el llanto de una madre.
Es hacer del eclecticismo biográfico una lección de vida.
‘Te quiero viva, burra’. Loreto Sánchez Seoane. Círculo de Tiza. 199 páginas.
La presentación del libro será este jueves, 6 de febrero, a las 19.00 h. en Tipos Infames (San Joaquín, 3. Madrid).
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