Teatro ‘Solar’: el camino equivocado de la transición energética
Los pueblos de la España Vaciada viven en un continuo sobresalto de amenazas a lo poco que les queda: su estilo tranquilo de vida, el silencio, el paisaje, el aire puro, el turismo rural… Que si una macrogranja, que si un invasivo parque eólico que destroza cumbres o una gigantesca planta fotovoltaica que sustituye cultivos, que si una infraestructura viaria… Porque son pocos y baratos y fáciles de convencer/engañar. Ahora el montaje teatral ‘Solar’, de la compañía Mos Maiorum, plantea cómo un pequeño pueblo catalán se ve patas arriba por una transición energética mal planteada y mal gestionada.
Sant Martí de Tous es un pueblo pequeño de la Comarca de Noia, en Barcelona. Sus 1.268 habitantes disfrutaban de una vida tranquila, razonablemente a salvo del mundanal ruido, sin renunciar a sus atractivos culturales y ofertas de ocio. Senderismo, visitas al castillo medieval fortificado y a la ermita de San Pedro de l’Erm, o celebrando cada año, como desde hace 15, un interesante Festival teatral de Leyendas de Cataluña.
En Sant Martí, nadie esperaba que fuera a afectarles tanto uno de los daños colaterales derivados de la transición energética mal gestionada. Hasta que supieron de un proyecto que pretendía instalar placas solares en 168 hectáreas de suelo agrario. Un abrupto cambio de paisaje, de labor y de siembra. Adiós a las plácidas espigas doradas por el sol, hola a la invasión de enormes centrales técnicas y espejos negros cableados. Hay que implementar las llamadas energías renovables, aunque los trabajadores agrícolas se queden sin ese suelo donde sus antepasados clavaban el arado, y hoy se ocupan las máquinas de poner a punto. Los cantos atávicos obligados a ceder terreno ante los impactos electromagnéticos.
Esta es la situación que recoge Solar, un original montaje teatral de la Compañía Mos Maiorum, que en latín significa “la costumbre de los ancestros”, finalista en los Premios Max de Teatro 2024, como la Mejor Autoría Revelación. “Alguien dirá que el capitalismo nos quiere solos, que antes la ropa se lavaba en lavaderos y ahora tenemos todos una lavadora en casa o que antes ‘tenías que ser un hombre para ir al campo’ a tragar polvo y a pasar calor y ahora en los tractores hay aire acondicionado”, expresan los actores de este colectivo de teatro político y documental, fundado en 2015 en Barcelona con Alba Valldaura e Ireneu Tranis junto a Martina Tresserra, Clàudia Vilà como diseñadora espacial y Guillem Llotje a cargo del espacio sonoro.
Llegan a Madrid tras girar con Solar por Cataluña, el prestigioso Festival Grec y disfrutar de una representación inolvidable en el propio pueblo de Sant Martí de Tous, que Ireneu describe como “un viaje impresionante”. Ireneu Tranis, charla con El Asombrario, a raíz del estreno en una sala muy céntrica de Madrid.
Hablemos de ‘Solar’. El título evoca tanto al astro rey como a esos terrenos condenados a un destino incierto.
El nombre puede llevarnos a esos pedazos de tierra donde siempre se quiere hacer algo que suponga un mayor rendimiento económico. Pero también tiene que ver con el proceso de la transición energética. Nos gustaba el juego de palabras. Y ahí está el primer dilema. ¿Qué busca dicha transición? ¿Ganar dinero o generar un modelo más eficiente?
Aceptar que la crisis climática es innegable y dudar del camino hacia la transición energética es un planteamiento preocupante.
Pues en ese dilema se basa este espectáculo. Hemos investigado mucho en las dificultades que entraña el cambio de una energía fósil a otra solar. Son funcionamientos diferentes y querer vivir igual con una fuente distinta es un planteamiento equivocado. La lucha contra el cambio climático podría depender de nuestra forma de consumir energía. ¿Estamos dispuestos a asumirlo?
Una corriente de influencers por el clima asegura que el tiempo se termina. Que en una o dos generaciones llegará el final. ¿Cuál sería el plan?
Conozco el debate dentro del mundo ecologista. Hay gente que defiende la emergencia como medida de alerta. Lo que pasa es que el planeta sobrevivirá y nosotros tendremos que adaptarnos. Seguir así es absolutamente inviable.
El espectáculo ‘Solar’ describe un hecho concreto que afecta a un lugar concreto, Sant Martí de Tous. ¿Cómo es ese lugar?
Es un pueblo pequeño, muy ceca de Igualada, en el centro de Cataluña. Muy rural y de secano, y allí pretenden instalar placas fotovoltaicas en 168 hectáreas. Lo que serían 168 campos de fútbol. Se ha generado un debate porque hay vecinos interesados económicamente, y otros que lo consideran un desastre. Solar plantea más preguntas que respuestas. ¿Por qué está pasando esto en Sant Martí de Tous? ¿En Cataluña, en España, en Europa y en el mundo? Sant Martí es la punta del iceberg. Hay una urgencia por colocar allí esas placas en lugar de buscar otros puntos donde sería más eficiente. Pero en esos campos resulta más barato, aunque sea más destructivo.
“¿Por qué no colocan esas placas en aquel polígono?”, se pregunta una de las actrices señalando un hipotético terreno lleno de naves industriales.
Es una de las preguntas que planteamos y ni siquiera tenemos la respuesta exacta. Informamos, abrimos un espacio para la reflexión e intentamos que el espectáculo también sea poético, especulando sobre el destino del mundo rural y de cómo lo percibimos desde las ciudades. Cuando le hablas a la gente de una granja, se imagina un sitio con pollos y gallinas y una vaca y unas ocas… Pero ahora mismo las granjas son naves industriales con jaulas llenas de animales encerrados con el único fin de que produzcan carne, huevos o leche. Pero tampoco hemos querido hacer un espectáculo pesimista.
¿Cómo evitáis ese pesimismo?
Planteando el espectáculo como un ágora pública donde la gente habla y discute sobre lo que más le importa. Los testimonios circulan entre el público (sentado alrededor de los actores) y las voces se escuchan. Hay reflexión y de ahí surgen alternativas. Entonamos tradicionales cantos de siega y de siembra, que todos tenemos en la memoria colectiva, porque son las voces de nuestros abuelos. Representan una forma de vida real, que ha existido y era muy dura. Tampoco se trata de romantizar la vuelta al arado.
Definís ‘Solar’ como una ‘liturgia’. El teatro lo es.
Es una liturgia porque es un acto ceremonioso y pagano, dependiendo de la visión. Para los cristianos es pagano; para los griegos, religioso. Es nuestra forma de hacer teatro. Siempre colocamos al público de forma que se sienta integrado dentro de ese acto litúrgico, en el que asume un rol. De hecho, en este espectáculo el público de alguna forma es la propia escenografía. Gente sentada en torno al fuego, representado por un láser, escuchando canciones antiguas mezcladas con música electrónica y autotune. Voces que parecen venir desde otro sitio, desde otro tiempo, a decirnos cosas. Nosotros utilizamos el teatro para plantear situaciones y hacernos preguntas. Pero no tenemos las respuestas.
Teatro documental y político. ¿Siempre os habéis dedicado a esta vertiente?
Como compañía, siempre.
Esto supone un compromiso por parte de todos los que formáis este grupo.
Obviamente. La mayoría hemos militado en espacios de activismo y reivindicación; ahora lo hacemos desde el teatro. Mos Maiorum está a punto de cumplir diez años. Así se llamó nuestro primer espectáculo, que trataba el tema de las migraciones en el Estrecho de Gibraltar. Decidimos que fuera también el nombre de la compañía. Hicimos muchísimos bolos. El segundo fue sobre la gentrificación. Obtuvimos el Premio Adrià Gual en Barcelona y más tarde fuimos compañía residente del Teatre Lliure. El tercer espectáculo, sobre las revoluciones y sus posibilidades, se llamó Turba. Solar es el cuarto.
¿Y el quinto? ¿Seguiréis con la línea política y documental?
Sí. Posiblemente se llamará La Generación Grandiosa. La que nació en 1900 y murió hacia 1980 en España. Vivió la Primera Guerra Mundial, la Guerra Civil y la Segunda Guerra Mundial. Y lo vamos a tratar a través de la biografía de un personaje llamado Juan García Oliver, un anarquista muy importante en la época. A la altura de Federica Montseny, pero mucho más polémico. Pretendemos comparar la forma en que nos tomamos la vida actualmente, nuestras relaciones, nuestros compromisos, bajo la tesis de que vivimos en un momento histórico similar. El fantasma del fascismo vuelve a recorrer Europa. Desgraciadamente, la hemeroteca de entonces y la de ahora hablan de asuntos muy parecidos.
Hablemos del público que, suponemos, muy en vuestra onda.
Ese es un debate interesante. Porque planteamos los espectáculos para un público que puede no estar de acuerdo con nuestras opiniones. Incluso nos da un poco de rabia pensar que actuamos siempre para un público convencido. Nos esforzamos por abrirnos, pero cuesta mucho traer a los no convencidos al teatro.
Próximas funciones de ‘Solar’: hoy, 11 de octubre, en Badalona. 21 y 22 de noviembre en El Prat de Llobregat. 24 de noviembre en Montgat (Barcelona).
Comentarios
Por manuel, el 20 octubre 2024
lo es que han escrito tantas tonterias no han debido vivir mucho en el campo «n. “Alguien dirá que el capitalismo nos quiere solos, que antes la ropa se lavaba en lavaderos y ahora tenemos todos una lavadora en casa o que antes ‘tenías que ser un hombre para ir al campo’ a tragar polvo y a pasar calor y ahora en los tractores hay aire acondicionado”, » Todavía me acuerdo de las manos de mi madre volviendo del lavadero en invierno