De Tijuana a Queens: Ana Nance retrata la energía creativa de la emigración
Ha hecho el camino de vuelta y de ida y de vuelta. Viajera incansable, la neoyorkina-madrileña Ana Nance, foto-reportera habitual en revistas españolas y americanas, vuelve a instalarse en España, tras dos años en EE UU. Se marchó en otoño de 2014 y ha regresado el pasado otoño. Feliz de haber vivido la América de los dos últimos años de Obama presidente, y feliz también de haberse alejado de la convulsa América de Trump. Con su característico tratamiento del color, que siempre deja espacio para lo ilusionante de la vida, nos trae en exclusiva a ‘El Asombrario’ dos de sus últimos trabajos en torno a los inmigrantes, en dos territorios de especial significado para Trump: Tijuana, en México, y Queens, el barrio de Nueva York donde nació y se crió el polémico presidente.
¿Por qué te fuiste y por qué has vuelto?
La respuesta no puede ser lineal, sino que ha de mirarse desde muchas caras, desde muchos puntos de vista personales y profesionales. Soy madre soltera con un niño, y quería que mi hijo aprendiera bien inglés y viviera la experiencia de Nueva York. Cuando nos fuimos en 2014, sentía el ambiente en España muy gris, muy espeso, y yo me veía bloqueada, como que ya no crecía; creo que necesitaba ese chute de adrenalina de Nueva York, necesitaba volver a despertarme, vivir sensaciones nuevas, porque el tiempo pasa y la edad pesa, y tenía que engancharme a esa oportunidad. Llevaba 18 años en España, había vivido tiempos extraordinarios, pero de repente echaba de menos la energía de Nueva York, ciudad en la que crecí y me formé, aunque nací en Carolina del Sur. Me fui y lo hice.
Pero Manhattan consume muchísimo dinero y muchísima energía para una mujer como yo, que no soy millonaria y que he de vivir, yo y mi hijo, de lo que ingreso con mi trabajo. Así que me he vuelto a España, porque, lo reconozco y lo quiero destacar, aquí la calidad de vida es más tranquila, se vive más relajadamente, y aquí dispongo de cierta infraestructura familiar que me da apoyo y cobijo. En Nueva York hay muchas más oportunidades, desde luego que sí, pero también muchísima más competitividad, y ahora, con este viaje de ida y vuelta, siento que puedo aportar más en España profesionalmente que allí, que aquí puedo ser más valiosa en mis aportaciones como creativa. También porque mi hijo, Mateo, que tiene 12 años, quiere formarse como futbolista, y aquí en España en eso somos los mejores; aquí están las mejores canteras de niños futbolistas que nutren a todo el mundo, y desde aquí es más fácil conseguir becas educativas asociadas con la formación futbolística. Por eso he vuelto, por esa mezcla de razones personales y profesionales.
Eres testigo de primera línea para contarnos cómo viviste esos dos años de Obama, y como ves este arranque de un Gobierno a ‘trumpazos’.
Lo que veo es que se dramatiza muchísimo la política, que luego el día a día es más normal, no se vive en esa montaña rusa que parece tan dramática por las informaciones de los medios de comunicación. Yo creo que los medios cada vez exageran más, porque viven prisioneros de las entradas por Internet, vivimos en un continuo pincha-pincha, cada vez más, y por eso se necesitan titulares y contenidos muy llamativos. Dicho esto, es muy curioso lo que ha sucedido, porque con Obama se respiraba cierta decepción, se le veía como un flojo y como un conformista. Es curioso porque ahora, visto desde la perspectiva de lo que está pasando con Trump, muchos quizá se arrepientan de haber sido tan críticos con Obama. Obama ganó por el rebote respecto a Bush. Y Trump ha ganado por el rebote respecto a Obama. Quizá se arrepientan también de no haberse movilizado más contra Trump. No soy una experta analista política, lo digo desde la humildad, pero yo creo que lo que sucedió es que mucha gente demócrata se confió demasiado, veían claro que Trump no iba a ganar, y como también querían en cierto modo castigar el comportamiento de los demócratas, no acudieron a votar… Y mira tú cuál fue la sorpresa.
Desde fuera de EE UU, nos sigue extrañando que Hillary Clinton despertara tan poco entusiasmo…
Estaba muy vista, la veían tan, tan del sistema…, la gente está muy cansada de ver siempre a los mismos, querían un cambio, y además Hillary provocaba desconfianza. Creo que también pesó el hecho de que fuera mujer para que no terminaran de creérsela, sobre todo entre determinadas comunidades como los latinos y los afroamericanos. Pero, ya te digo, también creo que hubo exceso de confianza en darle por ganadora, y muchos no fueron a votar, como una especie de tirón de orejas, y mira…
Tus últimos trabajos, algunos de los cuales nos presentas aquí en exclusiva, giran a menudo en torno al mundo del que emigra, el que deja su tierra para buscar una vida mejor. Has estado en Tijuana…
México es un país que me fascina, y quería documentar el cambio que ha experimentado Tijuana, pues se ha limpiado mucho del peso del narcotráfico. Los narcos se han desplazado y ha florecido un ambiente con muchos artistas, arquitectos, cocineros, con mucha gente que había emigrado a Estados Unidos, a California, y han querido volver a su tierra y recuperar lo mejor de sus raíces. Se ha generado un núcleo de creatividad muy interesante en lo que antes era un territorio muy depauperado.
Y de Queens, en Nueva York, ¿qué puedes decirnos?
Queens refleja bien todas las contradicciones del actual inquilino de la Casa Blanca. Porque Trump nació y se crió en Queens y ahora es probablemente el barrio del mundo donde más lenguas se hablan. Tiene más de dos millones de habitantes, y dos tercios de su población son hispanos, asiáticos y afroamericanos. Es todo un planeta, con su barrio indio, su chinatown, su barrio griego, su zona árabe…, y también con mucha energía ahora de creatividad, lo que da una idea de lo fructífero de la mezcla, de la fusión, la riqueza cultural que genera esa diversidad, frente a lo que Trump y su círculo y sus seguidores están machaconamente repitiendo en contra de los inmigrantes.
Tu hijo centrado en el fútbol, y tú, Ana, nuevamente en Madrid, ¿cómo vas a orientar ahora tu carrera?
Quiero compaginar la faceta editorial con los trabajos de publicidad y con proyectos más artísticos, más a largo plazo. Porque, desgraciadamente, los precios por los reportajes han bajado tanto que ya casi no se puede vivir sólo de publicar en los medios. Bueno, sí, publicando seis reportajes al mes, pero yo ya no tengo cuerpo para eso. En cuanto a la tercera vertiente, quiero centrarme en el retrato artístico y, en colaboración con Laura Ponte [que fue famosa modelo], acometer una serie de proyectos de estilo de vida, moda, viajes…, que demuestren que se puede tocar estos temas desde otras perspectivas menos trilladas, aportando puntos de vista diferentes, buscando otros iconos y otros modelos distintos a los que ya estamos acostumbrados desde hace décadas y no nos sorprenden. Queremos aportar otra visión que se salga de los parámetros convencionales de la moda, dar visibilidad a otros tipos de tipos, distintos a los que se repiten en los medios sin ninguna autocrítica, y extraer su belleza. Retratos con conciencia. Algo similar a lo que ahora insistimos de consumir con responsabilidad y conciencia. Pues en esto, lo mismo; a la hora de fijar estilos de vida, trabajar otras tipologías, con conciencia y con responsabilidad. Ahí veo el futuro.
Su perfil en Instagram: ananancephotography
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