Tom Hardy vence a Antonio Banderas en el Festival de San Sebastián
Tercera jornada del Festival de Cine de San Sebastián de marcada presencia masculina. Duelo de actores: Tom Hardy arrasa en ‘The drop’; Antonio Banderas tan solo mantiene el tipo en ‘Autómata’ y Nikolaj Coster-Waldau directamente revoluciona la ciudad con su presencia. Es lo que tiene ser Jaime Lannister en ‘Juego de Tronos’.
El actor Viggo Mortensen llegó ayer a San Sebastián y lo hizo bien reivindicativo, luciendo una camiseta en contra de la práctica del fracking, una forma de prospección petrolífera o de gas que consiste en romper capas del subsuelo de forma hidráulica y que numerosos estudios aseguran que termina por generar seísmos y otros desórdenes naturales, además de contaminación de aguas subterráneas y manantiales. Sólo recordar que la ley que permite el desarrollo de esta práctica fue aprobada en 2013 por el PP en solitario en el Congreso de los Diputados.
Aprovechamos el gesto de Mortensen para hacer un repaso a las películas más destacadas de la jornada con una marcada presencia masculina. De héroes y antihéroes. Una batalla de hombres en la arena de esta 62 edición del Festival Internacional de Cine de San Sebastián en tres películas protagonizadas por actores tan grandes como Tom Hardy, Antonio Banderas y Nikolaj Coster-Waldau. No todos corrieron la misma suerte.
Esto fue lo que vimos:
A SECOND CHANCE (En chance til) por teasertrailer
A second chance. Susanne Bier. Dinamarca-Suecia. Sección oficial.
Una de las presencias más mediáticas del festival de San Sebastián ha sido la del actor que interpreta el papel de Jaime Lannister en la serie de televisión Juego de Tronos, Nikolaj Coster-Waldau. Él protagoniza también esta coproducción danesa y sueca, de interpretaciones todas muy resueltas e impecable fotografía, que empieza amenazando con ser un tortuoso dramón psicológico de imposible digestión, pero que el paso del metraje lo torna a muy interesante thriller policíaco, de esos que podemos ubicar bajo el paraguas del boom del cine nórdico.
Un policía ve la oportunidad de robarle el niño a unos yonkis tras la muerte súbita de su bebé. Los sucesos se suceden de forma imprevisible en el filme de la oscarizada Susanne Bier, haciendo más interesante historia y personajes a medida que se acerca el desenlace. (L. R. A)
The Drop. La entrega. Michaël R. Roskam. EE UU. Sección Oficial.
La película de Michaël R. Roskam es buena, aunque menor. El filme de gánsteres en Nueva York -aquí está situado en Brooklyn- se ha contado mil veces y unas cuantas ya de manera muy, muy grande. Aquí el protagonista es Bob Saginowski, el barman del Cousin Marv, joven solitario con pit bull nuevo y novia en ciernes, espléndidamente interpretado por Tom Hardy.
La acción gira en torno a este bar regentado por su primo Marv (James Gandolfini). Muchos como ese -se cuenta al principio- son tapadera para hacer pasar de mano en mano ingentes cantidades de dinero negro. Por si fuera poco, las bandas de chechenos han tomado posiciones en el barrio. El filme desarrolla bien a los personajes, crece en el desenlace y provoca sonoros aplausos en la sala cuando termina.
Hardy merece unas líneas aparte. Él es uno de esos actores capaces de salvar una película con su buen hacer. Ahí están Locke, el experimento de Steven Knight en el que Hardy aguanta él solito todo el metraje y encima sin salir de un coche en toda la película. Qué decir de su interpretación en Bronson, de Nicolas Winding Refn, en la que directamente lograba ser una imagen espejo de uno de los delincuentes más peligrosos y perturbados que ha dado el Reino Unido. Aquí, en The Drop, Hardy lo borda: Ha de ser contenido, amable y hasta adorable como un cachorro de pit bull, pero al mismo tiempo transmitir constantemente ese peligro escondido en la mirada que inevitablemente esta raza canina posee. Merece la pena ver esta película aunque sólo sea por asistir a su planteamiento y desarrollo del personaje. (L.R.A – M.C.)
Autómata. Gabe Ibáñez. Bulgaria-España. Sección Oficial.
Lo que narra Gabe Ibáñez en su filme Autómata es vox populi, que las máquinas acabarán dominando a los hombres sobre la Tierra. Un planteamiento que es ya casi un género en sí mismo dentro de la ciencia ficción. Su película futurista no cuenta con una gran producción; el esfuerzo en sortear los límites presupuestarios se percibe y agradece, pues durante el filme casi nada chirría desde el punto de vista de la recreación del mundo en 2044 como una gigantesca chatarrería.
Y en este punto es donde estos dos cronistas difieren. Para Luis Roca la historia se entiende y eso es algo que agradece un compañero de butaca. No hay margen para lo críptico, el director de Hierro (2009) busca un producto comercial apoyado enteramente en su protagonista, Antonio Banderas, también productor del filme. El malagueño salva su comprometido rol con solvencia. El filme peca de dibujar con brocha gorda algunos personajes, reduciéndolos a estereotipos. También Melanie Griffith acompaña a su ex durante unos minutos del metraje. Su personaje de Doctora Dupre desaparece del filme de la mejor manera posible.
Sin embargo, Manuel Cuéllar cree que la película no se sostiene en un guión con la solvencia suficiente tanto en la narración de la historia como en la presentación de los personajes y que probablemente se hayan quedado en la mesa de montaje algunas secuencias que servirían para arrojar más luz sobre aquello que le ocurre a su protagonista, interpretado por un Antonio Banderas que naufraga en ciertas ocasiones en su intento de luchar solo contra todos los elementos.
(L.R.A- M.C)
Black Coal, Thin Ice. Yinan Diao. China. Sección Perlas.
El pasado Oso de Oro del festival de Berlín es un filme de lograda fotografía sobre unos no tan terribles asesinatos que se producen en una ciudad china y que trata de resolver un policía recién divorciado y apartado de la investigación tras recibir un disparo en el curso de la misma. Lees la sinopsis y respiras tranquilo, descubres que entendiste la trama. Eso sí, muchos de los que asistimos a la proyección no supimos captar el sentido profundo de un relato que se empeña en adquirir la cadencia de un poema visual.
El director Yinan Diao se pone la careta de Julio Iglesias, te señala y afirma: «Estás ante una obra maestra ¡Y LO SABES!». Las metáforas cabalgan como corceles por una pradera; el problema estriba en que están escritas en chino y en algunas lagunas detectadas en la historia. «¡Vaya balazo!» fue uno de los calificativos que recibió entre los asistentes. Llevamos varios días de tiempo sur en Donostia y en el Teatro Principal del Casco Viejo hacía un calor de muerte; sus butacas necesitan además una renovación. Todo esto hacía que la proyección de 106 minutos a las 16.30 horas adquiriera por momentos tintes dramáticos. (L. R. A)
CRÓNICAS ANTERIORES
Donostia y las realidades con profundidad de campo
El día en que San Sebastián se hizo afroamericana
Alberto Rodríguez nos traslada con La isla mínima a la tensión soterrada de la Transición
Comentarios