¿Trailers de cine? No. ¡De libros!

Fotogramas del trailer de libro Todo lo que era sólido de Antonio Muñoz Molina

¿Son trailers, vídeos musicales o anuncios visuales? Son los booktrailers. Libros que seducen la mirada. Libros en la pantalla. Los hay de muy variados tipos. Lineales y rompedores. Cálidos, humorísticos, terroríficos, dulces, poéticos, artísticos. Algunos son musicales. En más de uno nos habla su autor. Todos pretenden llamarnos la atención y seducirnos. Booktrailers para todos los gustos. Así son. Así se ven.

SARDIFLOR

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Hay muchas maneras de encontrarse con un libro. Aquí hemos mencionado muchos de esos trayectos. A veces son pendientes, otras, libros objeto. Hay esculturas, instalaciones, bolsos y juegos. Puede ser a través de canciones. O bien acercándonos a la mirada infantil. También a las lecturas adolescentes de determinados autores. O apreciando su lucha como novel.  Hoy nos acercamos a los booktrailers, cuando una novela se vuelve cine. Es algo que ha desembarcado hace poco en el mundo editorial, pero que forma parte ya de la historia cinematográfica y musical.

La historia del trailer de las películas está directamente asociada a la manera en que consumimos entretenimiento y a cómo ha ido cambiando la producción. En nuestra historia visual también contamos con los videoclips musicales y con algunos maravillosos títulos de crédito de películas, por no hablar de los adelantos de las series televisivas. Pero todo empezó con el teatro. El primer trailer que se conoce fue producido en 1913 para Broadway por el visionario Nils Granlund. Promocionaba el musical En busca del amor. Fue un éxito. En 1914, él mismo se encargó de la realización del primer trailer de la historia del cine para una película de Chaplin. Hasta la década de 1950 se continuó trabajando en la línea de Granlund que consistía en presentar varias escenas clave de la película acompañadas de una narración y texto de gran tamaño. En 1955 aparece en escena el gran Saul Bass e introduce el concepto artístico con El hombre del brazo de oro. Luego, en 1961, Kubrick empezó a cambiar la tipología habitual, rompiendo el trailer lineal con Dr StrangeLove. A partir de 1964, el empresario de Caleidoscopio, Andrew J. Kuehn, empezó a dedicarse solamente a los trailers. Se compara su impacto en la industria con la aparición de los videoclips de la MTV en los ochenta. El primero fue para La noche de la iguana. Y continuó durante los siguientes 30 años, hasta ET. La pauta marcada estableció el trailer con un inicio, desarrollo y final siguiendo la trama de la película. Para cada parte hay una secuencia musical diferente. A veces se incluyen los mejores momentos de la película, otras, abarca secuencias que no se encuentran en el filme. Se cambia de ritmo según el género. La comedia se representa ágil, cambiante, con música. El  terror, con menos luminosidad y tomas de color saturado. El modelo general parece aplicarse mucho a la mayoría de los booktrailers.

«Un trailer tiene un único objetivo: sacar a la gente de sus casas para llevarlas a los cines. Para lograrlo hay que marcar un cierto sentido de urgencia. Durante ese  trayecto vertiginoso nosotros creamos un estilo propio y en más de una ocasión desafiamos al público y lo que estaban dispuestos a aceptar».  Andrew J. Kuehn

Los lineales

Hay un modelo que responde de forma lineal a la historia. A continuación proponemos tres ejemplos en los que se presentan variaciones. Podemos observar la  imagen en movimiento en el caso de Maravilloso desastre, de Jamie McGuire. También tenemos el uso de la imagen fija en Volverán a por mí, de Josan Hatero & Use Lahoz. Y observamos esa misma línea acompañada del recorrido sobre los temas en el booktrailer de Todo lo que era sólido, de Antonio Muñoz Molina.

Los biográficos

Muchas veces los booktrailersse ejecutan como la presentación formal del libro. En estos casos, los autores aparecen para presentarnos su obra, y en más de una ocasión acompañados por otros autores como referencia, al modo de una presentación habitual en una librería. Es el caso de Firmin. Otras veces se ahonda en la cercanía del autor, como en el caso de Carlos Jover y su libro Durmiendo en Gotham. Pero incluso en este modo se puede variar y hacerse de forma tradicional o teatral, casi cruda, como es el caso de la autora Macky Chuca. La diferencia de formatos responde también a una tipología concreta. En las macroeditoriales abunda un cierto estilo clásico y lineal. La originalidad se encuentra de forma más pronunciada en las microeditoriales.

Underbrain profundiza en este mismo concepto de presentación uniendo la forma teatral a la más persona,  con una pincelada al efecto de detrás de las cámaras en «Vloggers now! 2». Y el booktrailer de Tiempo muerto (Historias de escritores un poco raros), del autor José Fernández de la Sota, lleva todos estos conceptos anteriores a un nuevo nivel.

Los trailers como los textos de la contraportada de un libro siempre pueden ser manipulados y conducirnos a expectativas falsas. Son mensajes que se pueden desarrollar de muchas maneras con tal de llamar la atención del público. No es de extrañar: la mesa de novedades es un monstruo que lo devora todo en apenas unos días. También son guiños para que nos acerquemos. Cuando un trailer nos gusta o una contra nos seduce resulta inevitable que nos encontremos entre los brazos de su novela. ¿Sería aconsejable más información? Pero a veces más información se traduce en la oleada de adelantos y los tan nombrados spoilers, que nos invaden. Nadie quiere saber qué le pasa a tal o cual personaje por adelantado. Aunque he conocido personas que antes de empezar un libro se leen su final. Su lectura asume una forma especial de catarsis, imagino. Muchos trailers de películas contienen sus mejores momentos y el factor de asombro se escurre entre nuestros ojos y huye de nuestro poder sin que podamos hacer nada al respecto.

Los emotivos

Otro grupo de booktrailers responden directamente a las sensaciones que nos darán cobijo. A continuación sugerimos dos ejemplos que se ubican cada uno como modelos en los dos polos de la misma línea. Por una parte, tenemos con los que responden a El despertar de la señorita Prim, que pretende destacar por su propuesta más cálida. Por otra parte, contamos con la presencia de Pez de plata con 10 Corsarios, de Tito Montero, que nos propone un viaje al corazón de la novela. No parece un booktrailer, sino un corto inspirado en el libro que a mí personalmente me invita a correr a leerlo.

El trailer o un anuncio en formato de vídeo, según las directivas de Google, no debe superar los 45 segundos. La realidad demuestra lo contrario. Quizás la solución sea tratarlos como un cortometraje inspirado en una novela, una poesía, una historia. Tiene una idiosincracia que le es propia, es una historia visual basada en una trama ya escrita. Es un objeto con vida propia. Necesita ser independiente del libro que pasa a ser su referencia. Aunque su objetivo es muy claro: ha de generar interés por el libro. Esta función es muy determinante. Contamos con el ejemplo reciente de la película John Carter. No estaba dando los resultados esperados en taquilla. Y uno de los fans del personaje de la novela original en la que se basa la producción cinematográfica consideró que el trailer original no le hacía justicia. Hizo uno nuevo, lo colgó en Youtube. El nuevo trailer se volvió viral. El director Andrew Stanton escribió en Twitter sobre él. La productora lo utilizó. La recaudación de taquilla se duplicó. Y la película seguía siendo la misma.

Los musicales

Otro grupo enfatiza en el aspecto musical. Puede ser a través de una canción que ejerce de hilo argumental, como en Play Room, en un género romántico y urbano. O instalándose en el género de ciencia ficción y aventura, de la mano del nuevo manga de Kenny Ruiz, basado en el universo creado por Luis Royo y Romulo Royo, que narra los orígenes de Soum, la protectora de Malefic.

Los ilustrados

Llegamos finalmente a los ilustrados. La fuerza del contenido se hace más patente. El ilustrador se convierte en protagonista a través de su obra y enfatiza la historia, como en  La pesquisa, de Juan José Saer. O bien simplemente adorna de forma adyacente, como en Sacrificio a Mólek, de Asa Larsson.

En este tipo de booktrailer hay que subrayar el trabajo realizado por la editorial Impedimenta. Todas y cada una de sus propuestas llaman la atención. Se dedican a variar el tono reflejando la atmósfera de cada libro. Entre todas cabe destacar por su variedad Trabajos forzados, de Daria Galateria, y La juguetería errante: Un misterio para Gervase Fen, de Edmund Crispin, y Solaris, de Stanisław Lem, así como La bailarina, de Ōgai Mori.

Nos encontramos con el sello distintivo de la premiada ilustradora Sara Morante por partida doble en Los zapatos rojos, de Andersen, y en Casa de Muñecas, de Patricia Esteban Erlés.

Los humorísticos

Los booktrailers con un tono humorístico no abundan. La editorial Blackie Books se distingue con varias propuestas; especialmente dos que ejemplifican  acercamientos diferentes: La agenda que cambiará tu vida y La Cápsula del tiempo, de Miqui Otero, y Donde mueren los payasos, de Luis Noriega.

En la II Feria del libro independiente que se celebra en Cantabria a comienzos a julio se ha puesto en marcha el primer concurso de booktrailers. Una cita muy interesante, sin lugar a dudas. Pero reservada únicamente a las editoriales que participan en tal encuentro. Hay muchos booktrailers y muchas categorías por explorar que se merecen su oportunidad. La amplia experiencia de la industria del cine y de la música puede aportar mucho en tal sentido. Y aún están por ver los booktrailers realizados por los fans. En la sociedad de la información, las redes y la proyección 2.0, los contenidos están a la orden del día. El trailer es un producto de amplio consumo y nos lo encontramos por todas partes. Un momento, ¿todas partes? Si pertenece a la industria cinematográfica, así será. Si es un vídeo musical, también. ¿Y si es el trailer de un libro?

Felices visionados, mejores lecturas y siempre emocionantes historias.

Sobre el autor

Sardiflor

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