Un disparo pirotécnico al pulmón de Madrid
Corre como la pólvora la última ocurrencia del alcalde de Madrid: una mascletá, con más pólvora que la de Valencia, en el eje del río Manzanares con la Casa de Campo. Queda claro que Almeida escucha mucho a los pájaros de su cabeza, parece que no tanto a los de la ciudad que gobierna.
La mascletá programada por el Ayuntamiento de Madrid para este domingo, 18 de febrero, es incompatible absolutamente con el galardón otorgado a Madrid, en marzo de 2021, por la Federación Española de Municipios y provincias (FEMP) de los Premios de ‘Buenas prácticas locales por la biodiversidad’. Esta mascletá ataca directa y profundamente a la biodiversidad de la ciudad de Madrid.
Las afecciones de este evento en un entorno como el del Puente del Rey claramente no han sido tenidas en cuenta y no se ha considerado el terrible impacto medioambiental que causará. De haberlo hecho, hablaríamos de prevaricación, y quiero pensar que se trata simplemente de no pensar en las consecuencias de los hechos. Y el hecho es que se va a meter un disparo directo a la cordura y al medioambiente madrileño; eso sí, “con una de las panorámicas más bellas de la capital a los pies de la Catedral de la Almudena y del Palacio Real”, como señaló el alcalde. Se le olvidó pensar que esa “bella panorámica” hay que respetarla y protegerla.
Estamos hablando de un espacio de confluencia del eje del río Manzanares con la Casa de Campo catalogado como Bien de Interés Cultural.
La reciente y exitosa renaturalización del río ha logrado fijar en su cauce múltiples especies de aves, muchas de ellas especies protegidas, a lo que se suma la cercana presencia del Lago de la Casa de Campo, otro espacio de reconocido valor para la invernada de numerosas anátidas. En total, más de 130 tipos de aves estarán viviendo es ese lugar cuando explote la mascletá. Una mascletá de nada más y nada menos que 350 kilos de pólvora. La primera mascletá de nuestra ciudad, porque aquí priva eso de ser los primeros, los primeros en absurdeces; ya podríamos ser los primeros en, por ejemplo, becas de comedores escolares que tanto están menguando. Aquí va lo de ser los primeros y a lo grande: “La pólvora que se disparará en Madrid triplica los kilos que se queman en la Plaza del Ayuntamiento de Valencia durante el programa oficial de las Fallas”, según declaró hace unos días la alcaldesa de Valencia, María José Catalá. Y su homónimo en Madrid afirmó: “Hemos encontrado el sitio que está a la altura del espectáculo pirotécnico”. Me atrevo a puntualizar a nuestro alcalde: sí, han encontrado el mejor sitio para provocar un desastre medioambiental; sí, el mejor de todo Madrid.
Esta es una época del año en la cual anidan las aves en esta zona, incluso algunas de ellas en peligro de extinción o protegidas. Como es el caso del Milano Real, ave que ha anidado en la Casa de Campo desde 2021; fue motivo de orgullo su llegada, parece que se nos ha olvidado. Y también parece que se nos ha olvidado que se encuentra incluida en el libro Rojo de las Aves de España 2021, en la categoría ‘en peligro’, y que se incluye también en el Catálogo Español de Especies Amenazadas en peligro de extinción. En las mismas se encuentra el azor ibérico, habitante también de la Casa de Campo, un ave protegida en toda España. Igualmente en la misma zona anidan aves incluidas en el Listado de Especies en Régimen de Protección Especial como son los petirrojos, picapinos, herrerillos capuchinos, garzas reales, agateadores, reyezuelos, mochuelos y zampullinos.
Las aves sienten el estallido de la pólvora como algo perturbador y doloroso. Ante el pánico y aturdimiento por el intenso ruido, escapan estrellándose muchas de ellas o entrando en estado de shock muriendo inmediatamente. Según el Instituto de Investigación de Recursos Biológicos Alexander Van Humboldt, las aves con fuertes explosiones y sonidos potentes inesperados, como la pirotecnia, reaccionan con el aumento del ritmo cardiaco y respiratorio y en muchos casos terminan en infartos debido al pánico generado.
El informe del Centro Austral de Investigaciones Científicas perteneciente al Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación de Argentina afirma que los fuegos artificiales afectan negativamente a las aves, generando el abandono temporal o permanente del lugar, con el agravante de que, si los espectáculos se producen durante la temporada reproductiva, se corre un alto riesgo de producir el aborto de la temporada reproductiva de las aves. Y este mes muchas de ellas están anidando en la Casa de Campo de Madrid.
En la orilla izquierda del río se encuentra el Campo del Moro, un recinto histórico donde viven otras colonias de anátidas, así como los emblemáticos pavos reales. Tampoco hay que olvidar que el ruido provocado por la mascletá afectará negativamente al Zoo de Madrid, donde multitud de especies entrarán en pánico por el estruendo, previsiblemente con consecuencia nefasta para muchos de ellos.
Otro argumento para sostener lo antedicho nace del sentido común: los fuegos artificiales son usados en aeropuertos y aeródromos del mundo como una de las principales herramientas para reducir los riesgos de colisión de aves con aviones. El uso de pirotecnia del estilo de los conocidos “tres tiros” espanta a las aves y otra fauna alejándola de los sectores de seguridad como pista y calles de rodaje. Si ese efecto se logra con simples “tres tiros” que, como su nombre lo indica, produce tres detonaciones, es fácil deducir el impacto que generará un espectáculo pirotécnico como la mascletá con cientos de detonaciones y varios minutos de duración.
Todo lo expuesto en relación a los efectos de la mascletá en el éxito reproductivo de las aves marca la clara contradicción entre tener una zona designada como “el pulmón de Madrid” o la misma renaturalización del Manzanares y realizar shows pirotécnicos en las inmediaciones de la Casa de Campo madrileña, el río Manzanares y el Campo del Moro.
Un sufrimiento absurdo y absolutamente innecesario
Al margen de las evidentes afecciones a la fauna, la configuración orográfica del Puente del Rey y su entorno en un valle fluvial de carácter longitudinal lo convierten en una “caja de resonancia” que trasmitirá el sonido de la mascletá a barrios como la Colonia del Manzanares, la Cuesta de San Vicente, la Puerta del Ángel o la Avenida de Portugal. Este tejido residencial y sus habitantes van a sufrir el “terremoto” final de la mascletá. Obviamos decir que todas las personas vulnerables, ancianos, bebés, personas con autismo, así como las mascotas residentes en la zona van a ser sometidas a un sufrimiento incomprensible, absurdo e innecesario.
El doctor Gregory Berns, neurobiólogo especializado en el comportamiento canino, al preguntarle por qué la pirotecnia resulta tan dañina para los perros, señala que éstos no tienen la capacidad de racionalizar su ansiedad y puede que sufran una forma más profunda e intensa de terror, similar al estrés post traumático en seres humanos.
Un ensayo llevado a cabo en la Universidad de Bristol concluye que los estímulos que se producen de manera impredecible, intermitente y de alta intensidad, tales como espectáculos pirotécnicos, son más propensos a inducir una fobia que los que ocurren a una menor intensidad y / o con mayor frecuencia y previsibilidad. Un estudio más amplio de la Universidad de Oslo señala que aproximadamente un 23% de los animales analizados reportaba miedo a los ruidos, y que los petardos y fuegos artificiales son los principales causantes del terror, por delante de otros ruidos fuertes como los disparos, los truenos de las tormentas y el ruido del tráfico.
Louise Thompson, acreditada consultora en comportamiento animal, determina que el uso de espectáculos pirotécnicos cerca de animales es cruel e inhumano, tal y como se desprende de las investigaciones realizadas sobre el tema, ya que produce un pánico ciego en algunos animales que puede conducir a lesiones graves como infartos, paros cardiacos o ataques epilépticos, temores profundos y debilitantes, accidentes en su huida despavorida o incluso la muerte.
Durante los espectáculos pirotécnicos, los animales pueden experimentar una oleada de epinefrina (adrenalina) y un aumento de las hormonas del estrés. Esto último se ha corroborado en numerosos casos por las clínicas veterinarias tras un espectáculo pirotécnico de alta intensidad, ya que acuden numerosos animales con hiperventilación y colapso. Algunas de estas respuestas pueden ser graves, y los animales pueden estar en peligro tanto durante el tiempo de exposición al ruido como durante un periodo prolongado después.
El científico del comportamiento canino Ragen T.S. McGowan apunta a la enorme agudeza auditiva de los perros como una de las causas que provocan que, para ellos, el estruendo de la pirotecnia sea una experiencia más intensa que para los seres humanos.
No podemos olvidar que entre los animales los humanos somos de los que tenemos una audición más escasa. Si nosotros somos capaces de escuchar apenas hasta 20.000 Hz, un perro o un gato lo hacen hasta 60.000 Hz. Muchos animales alargan este abanico hasta 200.000 HZ, como murciélagos, búhos o palomas, animales que figuran entre los de mayor capacidad auditiva del planeta.
Pensemos entonces: si a nosotros una mascletá nos resulta atronadora, y jugamos con la ventaja de que sabemos de su realización y duración, y podemos prevenirnos. ¿Qué será para tantos animales con capacidad auditiva mucho más elevada que la nuestra y sin conocer o entender su origen ni duración? Como habitante en Madrid, tampoco entiendo nada, pero sí sé que será una mascare de aves y un deterioro para la vida de muchos animales.
Desde L’Oceanografic de Valencia se advierte que disparar petardos o fuegos artificiales cerca de sus instalaciones pondría en riesgo la salud y el bienestar de sus animales, especialmente aves y peces. Entonces, ¿cómo se puede realizar una mascletá, con más pólvora que la de Valencia, en el entorno con más aves y peces de Madrid?
Esta mascletá ataca directamente a la biodiversidad de la ciudad de Madrid y por los terribles daños que ocasionará pedimos su paralización. Se ha denunciado por ONGs como FAPAM (Federación de Asociaciones Protectoras de Animales de Madrid) o Salvando Peludos, entre otras, y por personas anónimas que desean una ciudad realmente viva. Una ciudad abierta a la modernidad, que nada tiene que ver con una ciudad de bares abiertos sin fin, ni de traer tradiciones que nada pintan en ella, o una ciudad pista de bólidos de Fórmula 1. Una ciudad moderna que respire esa palabra que tanto están vilipendiando: libertad. Una ciudad viva entre tanto cemento.
En esta ciudad viven varios millones de pájaros, y no sólo en la cabeza de nuestro alcalde; viven en la realidad y a esos son a los que hay que proteger. Me pregunto qué le habrán hecho a nuestras autoridades los árboles y los pájaros para tomar sin descanso acciones en su contra. Hace unos meses, ante el desenfreno arboricida, y hace unos días en el Paisaje de la Luz -porque esta tala indiscriminada no cesa-, me preguntaba dónde reposarían, cantarían y anidarían los pájaros con tantísimo árbol talado en Madrid. Con esta mascletá sin sentido y traída de los pelos nuestro alcalde despeja todas mis dudas: como hay menos árboles, pues ahora habrá menos pájaros y, así, asunto resuelto.
Queda claro que Almeida escucha mucho a los pájaros de su cabeza, parece que no tanto a los de la ciudad que ‘gobierna’.
No hay comentarios