Un fin de semana friki en la ‘8ª Japan Weekend’ de Madrid
Un viaje en múltiples naves a la cultura japonesa sin salir de Madrid. El pasado fin de semana (20/21 septiembre) se celebró en el Palacio de Cristal de la Casa de Campo de Madrid la 8ª edición de la Japan Weekend. ‘El Asombrario’ estuvo allí para empaparse de las actividades centradas en el mundo del cómic ‘manga’ y el ‘anime’. Esto es lo más llamativo que encontramos.
Empezamos participando en los talleres gratuitos de japonés y caligrafía, donde aprendimos a escribir nuestro nombre en kanjis (silabario japonés). También elaboramos origamis (figuras de papel). Tras probar los últimos videojuegos del mercado, visitamos las exposiciones temáticas que este año estaban centradas en Mazinger Z y Los Caballeros del Zodíaco, iconos manga de los años 80 y 90, respectivamente, y que en la actualidad se están reeditando en formato DVD. Visitamos las amplias zonas comerciales (que es lo que predomina) donde, por su originalidad, destacaban los puestos de shiatsu (pudimos disfrutar de un masaje tradicional japoneses) y el ya típico puesto de ramen (donde comimos unos fideos instantáneos).
El plato estrella más esperado por los fans era el concurso de cosplay (disfraces). Hay otros concursos (de baile, de preguntas, videojuegos…), pero no hay más que acercarse a los alrededores de las instalaciones para percatarse del furor que causa el cosplay entre los fans. Más de la mitad de los asistentes al evento se disfrazan de sus personajes favoritos, algo que sigue chocando entre los asistentes noveles; y más en Madrid, donde la gente no se disfraza ni en Carnavales.
También asistimos a las sesiones de firmas de los invitados especiales; este año destacaba Toshio Maeda, autor del polémico Urotsukidoji -por sus tentáculos apocalípticos/violadores- y al encuentro con varios de los dobladores españoles de la serie Dragon Ball, que se afanaban en firmar pósters de la última película de la franquicia.
Lo más interesante de la tarde fue la conferencia sobre las peculiaridades de la traducción de cómic manga y anime, de Marc Bernabé, traductor de japonés y autor de Japonés en Viñetas. Bernabé explicó las dificultades de traducir un idioma en el que, por ejemplo, no existen género ni número, y donde todo está muy abierto a la interpretación por el contexto. La creatividad del traductor juega un papel fundamental para explicar ciertos aspectos culturales, aunque “tratando siempre de ser lo más fiel posible al original”.
Marc dio con una de las claves de por qué existen lectores de todas las edades en el mundo del manga, algo que sigue chocando hoy en día en Occidente. El manga lleva existiendo en Japón desde los años 50, y los lectores que en esa época contaban con 10 años encontraron en décadas sucesivas autores que seguían ofreciéndoles historias en función de su target. Hoy, 60 años más tarde, pueden seguir encontrando historias de personas de su edad (70 años), que, por ejemplo, están divorciados y se enamoran otra vez. Esto es posible en un mercado, el japonés, que imprime mil tomos de cómics diferentes al mes.
Los encuentros en la capital en torno al manga han ido creciendo mucho en la última década. Más de lo que muchos optimistas habrían podido imaginar y rivalizando casi con Barcelona, donde la cultura alrededor del manga se implantó y creció mejor, gracias al apoyo de las cadenas de televisión autonómicas.
Sin embargo, llama la atención que un evento que está centrado en el manga y el anime acoja tan poca oferta comercial en forma de cómic. Apenas algunos tomos sueltos a modo de saldo en contados stands. Todas las tiendas apuestan casi exclusivamente por el merchandising y por accesorios pensados para el cosplay. Es lo que vende. La casi nula presencia de las tiendas tradicionales de venta de cómics de Madrid se explica por las dificultades que encuentran para igualar precios con distribuidoras y tiendas web.
Además, destacar la escasísima antelación con que los asistentes recibíamos el programa (para hacerse una idea: el sábado al marcharnos a última hora no teníamos aún el del domingo). El evento no es tan denso ni amplio como un festival de cine, pero resulta fundamental disponer de la información con tiempo suficiente para organizarse. Nos perdimos exhibiciones de artes marciales japonesas (Aikido y Budotaijutsu) y de esgrima, porque llegamos al evento sin disponer del programa. Esta desinformación repercute también a la hora de atraer a un público más amplio, que no sea del fenómeno fan, pero con inquietudes culturales amplias. Si uno no se organiza, es fácil perderse y aburrirse en un territorio tan diferente, al que la mayoría no está acostumbrado.
Comentarios
Por Juan, el 25 septiembre 2014
Los kanjis son idiogramas chinos; lo silabaris son el hiragana y el katakana. Supongo que aprenderíais a escribir vuestros nombres en katakana…
Por Fernando, el 25 septiembre 2014
Debe de ser di-fi-ci-lí-si-mo traducir al español el título del tal evento…aunque me parece que como los organizadores no se atrevían a ponerlo en japonés echaron mano del inglés de nuestras pesadillas al que adaptan todos los nombres que no saben decir en el idioma original, con resultados de risa, como en este caso, o en el de Schumacher a quien rebautizaron como Majkael cuando su mamá siempre le ha llamado Mixael. ¡Todo sea por ser «modelnicos»!