Un mensaje en el Zinemaldia: “No te preocupes por el dinero, dedícate al amor”
ZINEMALDIA DREAMING
Sueños y empeños. Motivaciones. Eso es lo que nos vendió el Festival de Cine de San Sebastián en su sexta jornada. Sentido del humor y del amor. Grandes interpretaciones. Una original y emotiva comedia británica, dos interesantes obras mexicanas, otra turca. Esta es nuestra crónica desde Una cuestión de tiempo a Club Sándwich.
Puedes seguir a Luis Roca en Twitter y su blog. Las imágenes de la fotogalería son de LUIS ROCA Y JOSÉ ANTONIO GONZÁLEZ
El Festival de San Sebastián puso en marcha el año pasado el I Foro de Coproducción Europa-América Latina. Sus objetivos prioritarios consisten en impulsar el desarrollo de proyectos audiovisuales, fomentar la colaboración entre los profesionales y potenciar la apertura a nuevos mercados internacionales, y está dirigido a trabajos en desarrollo y pueden presentarse proyectos tanto de Europa como de Latinoamérica. Ayer terminó la segunda reunión de este foro con una celebración en el Museo de San Telmo en el que se otorgó el premio al mejor proyecto: El acompañante, dirigido por Pavel Giroud y producido por Areté Audiovisual (Cuba-Francia). Y una mención especial a La tierra y la sombra, dirigido por César Augusto Acevedo y producido por Burning Blue (Colombia- Francia). A buenas propuestas, bueno es que se les dé su espacio.
Pero sin duda ayer, sexta jornada del Zinemaldia, fue el día del amor. Del amor mirado desde diferentes caras del mismo prisma… Sexto día… Ya tenemos casi una sensación de tristeza: empieza el principio del final. Esto fue lo que vimos.
Una cuestión de tiempo (About Time) / Perlas.
Hay películas que están hechas con sentido del humor y otras que además están hechas con sentido del amor. Sentido del amor es lo que su padre tiene con Tim Lake (Dormhnall Gleeson) cuando le comunica el secreto de los hombres de su familia: desde que cumplen 21 años pueden viajar hacia atrás en el tiempo. «Nadie que conozco que sea muy rico es feliz, así que no te preocupes por el dinero», es su consejo. “Dedícate al amor”.
Tim Lake da marcha atrás en los pasajes de su vida que le convienen y así triunfa con su preciosa chica (Rachel McAdams). La original comedia romántica británica evoluciona ligera, con momentos logradísimos, como el de la boda pasada por salvaje tempestad, cuando salva a su tío de la nada como autor teatral o ese «no» definitivo a su primer amor a las puertas de la habitación de un hotel. Las situaciones despiertan carcajadas y provocan que el espectador vea el filme con permanente expectación. Dado lo insólito del juego que el argumento propone puede salir por cualquier parte. Magnífico personaje el de Tim y gran interpretación la de Gleeson.
Hay películas como esta de Richard Curtis que deberían proyectarse en muchos sitios más de donde llegan a hacerlo hoy en día en España. Y en su versión original. Porque despiden frescura con una forma desenfadadamente contemporánea. Porque apelan a los sentimientos del espectador de una forma tal que a la salida te sorprendes viendo al amigo que te acompañó disimulando una llantina, haciendo como que toma una foto de la ría con el agua corriendo entre las piedras que la marea baja ha sacado a la superficie. ¡Bravo! About Time es de esas películas de las que sales con sus personajes clavados como alfileres en el corazón.
Club Sándwich / Oficial.
El despertar sexual es un proceso mágico que solo se da una vez y –dicen- ni de viejo se olvida. Es el tema de la segunda –y última- propuesta latinoamericana de la Sección Oficial. Y durante 50 de los 80 minutos que dura su metraje piensas que por qué no está en Horizontes Latinos, Zabaltegui o Nuev@s Director@s. Bueno, en esta última no puede competir, ya que es la tercera película del mexicano Fernando Embcke. También piensas que las palabras de José Luis Rebordinos sobre la trascendencia del cine de Latinoamérica actual son eso, política, pronunciadas con la intención de apuntalar el festival que dirige como referencia para el cine en español.
La propuesta de Embcke es una sucesión de planos fijos. El mexicano no se da el gusto ni de una sola panorámica. Cuadros dentro de los cuales los personajes de Héctor (Lucio Giménez) y su madre (María Renée Prudencio) viven su historia durante la estancia en un hotel sin clientes, fuera de temporada. El filme avanza minimalista a partir de un estilo de precisión milimétrica. No hay mayor movimiento que el de un salto a la piscina, unas olas rompiendo, unos brazos que masturban o un coche alejándose por una carretera.
Atención especial a los actores. Especialmente la desorientada mamá, María Renée Prudencio. Huele a premio su actuación, que es esencial para salvarle los muebles al filme. Ella, el humor que alimenta la película durante todo el metraje y la delicadeza en algunos detalles. Como el del bikini rojo que se pone la madre para tratar de recuperar su posición de dominio sobre su hijo. En vano. Esta mujer juega a echar de la habitación al primer amor de su hijo y acabará ella misma durmiendo en el descansillo.
Heli / Horizontes Latinos.
Heli es un joven mexicano en zona empobrecida con esposa, bebé y trabajo cuya vida cambia del todo cuando el novio de su hermana adolescente los involucra terriblemente en un asunto de cocaína. El festival de San Sebastián puede estar orgulloso de tener en su Sección Oficial una película mexicana mejor que la que tuvo el pasado festival de Cannes, a pesar de que Heli, del mxjicano Amat Escalante, haya obtenido el premio a la Mejor Dirección en el que es, con Toronto, el más importante festival del mundo.
No digo que sea un mal trabajo de dirección. El mexicano resuelve su película con talento. Me encantó ese plano con el coche cruzando una ladera con Beto y Estela en el interior. Los actores funcionan, hasta esa bien armada mujer policía que troca sexo por trabajo. Solo que no me luce como para recibir tan importante premio. Heli, por decirlo claro, tiene peor ritmo que Club Sándwich, y eso a pesar de que aquí haya más mimbres para crear intriga y muchas más posibilidades de acción.
Tras la proyección llegó el coloquio, y con él lugares comunes en preguntas y respuestas. Exagero, pero la impresión es que Escalante es un buen director que conoce el terrible conflicto que padece su país tan bien como usted y como yo, es decir, desde la lejanía. El director anunció que se estrenará en España, «creo que en noviembre». Será su primera película en salas comerciales españolas. Enhorabuena.
Yozgat Blues / Nuev@s Director@s
Hay hombres y mujeres que mantienen sus convicciones contra viento y marea y sobre todo contra el tiempo. Convicciones políticas, éticas y estéticas. ¿Qué más da? La cuestión consiste en mantenerse uno fiel a sí mismo y no claudicar a las modas ni a los virajes de eso que llaman “los tiempos que corren” en todos los sentidos. Tal vez son los tiempos los que están equivocados, quién sabe. Con este mensaje claro y conciso el director turco Mahmut Fazil Coskun se presenta a la lucha por el premio para realizadores nobeles.
Lo hace dejando casi todo el peso de la empresa en el dotadísimo actor Ercan Kesal, que interpreta a Yavuz, un cantante de esos de club que abandona Estambul buscando lugares donde su música sea más y mejor apreciada. Un lugar donde le comprendan y esa puede ser la ciudad de Yozgat, donde un amigo suyo tiene una sala en la que poder cantar. Yavuz es un hombre aferrado a una estética y, sobre todo, al estilo de Joe Dassin, aquella rara especie de crooner estadounidense que se enamoró de la canción francesa a finales de los 60 y principios de los 70. L’Été Indien será desde el principio y hasta el final el himno de la película, la metáfora de que tal vez cualquier tiempo pasado fue mejor. Pero la lucha es ardua. Quizás demasiado y en su transcurso hay bajas económicas y personales. Pero nada importa por un sueño. Y aquí volvemos a cerrar el círculo: “No te preocupes por el dinero, dedícate al amor”, aunque en el intento, termines de regreso y desnudo.
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