Otra manera menos invasiva de viajar a Oriente: leyendo a Snyder y Kyger

Gary Snyder. Foto: Festival of Faiths.

Hay otra manera de viajar que escapa al depredador turismo de masas que está acabando con las ciudades, los paisajes con encanto, las tradiciones, los vecindarios, el planeta, el sentido común… Leyendo… Hoy os proponemos esta manera de viajar con dos maravillosos libros que nos llevan a Oriente, a la India y a Japón. ‘Viaje por la India. La generación beat descubre Oriente’, de Gary Snyder, y  ‘Diarios de Japón y la India (1960-1964)’, de Joanne Kyger. 

No soy un experto en el tema, pero si me preguntan cómo acabar con el turismo de masas, un verdadero cáncer para la habitabilidad del planeta, para el tejido social y para garantizar el derecho a la vivienda y que las ciudades tengan barrios cohesionados y no parques temáticos, propondría al menos dos medidas: prohibir los pisos turísticos y cerrar aeropuertos.

Viajar en avión es un lujo que no podemos permitirnos a estas alturas, salvo en casos excepcionales. Pero desde las instancias gubernamentales insisten en un modelo que debería estar caducado y se planea ampliar algunos de los aeropuertos ya existentes. En este cambio radical que necesitamos, deberíamos pensar en otras maneras de viajar, de movernos por el mundo. Una forma de hacerlo, quizás la más sostenible y más enriquecedora, es leer. Como ha llegado el verano y nos entra el ansia por escapar, donde sea, y el que pueda claro, les propongo dos lecturas que les llevarán lejos, el mismo lugar en el mismo tiempo visto por dos miradas diferentes: Viaje por la India. La generación beat descubre Oriente, de Gary Snyder, y  Diarios de Japón y la India (1960-1964), de Joanne Kyger, ambos publicados en Varasek.

Gary Snyder (1930) es en mi opinión uno de los poetas más importantes de la segunda mitad del siglo XX y un ecologista visionario, de una corriente, la ecología profunda, que hace ya medio siglo nos dio las claves para vivir de otra manera y relacionarnos con el planeta. En sus ensayos y poemas nos alertaba ya en los años 70 de nuestro enganche tóxico a los combustibles fósiles y apelaba a un regreso a la naturaleza salvaje, a la vida simple, todo ello bajo el prisma de la enseñanzas del budismo zen. Aunque se suele encuadrar a Snyder dentro de la Generación Beat y el Renacimiento de San Francisco, y esa relación es cierta e indudable, también diré que es un autor que se ha saltado las costuras en las que te encajan las etiquetas y ha ido mucho más allá. Aún vive, casi centenario, en la casa que él mismo construyó hace décadas en las colinas de Sierra Nevada, en California. Su obra en castellano ha contado con dos buenos traductores, Nacho Fernández Rocafort y José Luis Regojo, quien firma la versión castellana de Viaje a la India junto a Concepción Giménez.

Joanne Kyger, fallecida en 2017, es poco conocida en España. Adscrita también a la Generación Beat y al Renacimiento de San Francisco, es una poeta con una voz propia que escapa a las etiquetas, aunque en su caso eso ha conllevado que se la olvide a veces, injustamente. Contamos con una breve selección y traducción de su obra a cargo de Mónica Caldeiro, A tiempo, también en Varasek. Conocimos algunos de sus poemas gracias a Beat Attitude: antología de mujeres poetas de la generación beat (Bartleby), en una necesaria reivindicación de estas poetas que hizo Annalisa Marí Pegrum, quien se encarga también de la traducción de Diarios de Japón y la India.

Joanne Kyger. Foto: National Poetry Series.

Joanne Kyger. Foto: National Poetry Series.

Aunque el subtítulo del libro de Snyder es La generación beat descubre Oriente, la realidad es que el propio autor reniega un poco de esa idea en el prólogo del libro: “Llegamos antes de la invasión de la contracultura”, escribe en unas páginas previas muy luminosas. Lo cierto es que en los años 50, Snyder, en plena efervescencia de la Beat Generation, graduado en la universidad en estudios orientales, decidió viajar a Japón para estudiar el budismo zen de primera mano (pasó diez años en el país nipón). Con él se reunió la también poeta Joanne Kyger, algo más joven que Snyder y aún sin haber publicado ningún libro. Las estrictas normas sociales de la comunidad zen a la que acudían obligó a la pareja a casarse, si querían participar de la vida en el dogo. De modo que Kyger, una mujer rebelde y enamorada en ese momento, sin que eso estuviera en sus planes se “vio casada” para mantener la fachada. En la sociedad japonesa de la época no estaba bien vista la convivencia fuera del matrimonio. Japón ha sido siempre un polo magnético para los occidentales, por haber mantenido parte de sus tradiciones en una sociedad hipercapitalista e hipertecnologizada. Con una visión menos romántica, escribe Snyder: “Japón tiene un gran respeto por sí mismo y, por desgracia, menos por el resto del mundo”.

En 1960 el matrimonio, con sus mochilas a cuestas y viajando en tercera clase, se embarcó rumbo a la India, para conocer el lugar donde surgió el budismo, sus templos, la cultura de un país, con una literatura feraz, sobre el que habían escrito, entre otros, Kipling o Foster, a medio camino entre Oriente y Occidente. Ya en la India se les unió en el periplo Allen Ginsberg y su compañero Peter Orlovsky.

Pensemos que la India de entonces no era la de ahora, aunque muchos de sus problemas sigan intactos. La nueva posición en el orden global que tiene como Estado subsidiario de la producción neoliberal contrasta con la pervivencia de algunos de sus males, como el sistema de castas, y otros nuevos que ya se barruntaban entonces, como la contaminación ambiental. La espiritualidad, lo cuentan quienes la conocen bien, también se ha mercantilizado.

Snyder concibió el libro, originalmente, como una carta a su hermana y se publicó sin pena ni gloria en una revista. Una reedición posterior lo convirtió en un clásico de la literatura de viajes. La publicación del diario de Kyger (murió en 2017) es posterior y el tiempo lo ha convertido también en un clásico, aunque desconocido hasta hace poco en España. Ambos pueden leerse independientemente, por su riqueza literaria y la mirada de sus autores; el viaje será mucho más enriquecedor si se sumergen en ambos trayectos. El divertido encuentro con el Dalái Lama es un ejemplo de lo que digo.

Comenzaría con el de Snyder, más descriptivo, muy atento a lo externo, lo sociológico y cultural, con apuntes muy perspicaces, y seguiría con el de Kyger, más intimista, concebido casi como una novela de no ficción, en el que la poeta se desnuda y nos habla de los problemas matrimoniales (se separaron en 1964, ella regresó a Estados Unidos y él se quedó seis años más), de sus conflictos como mujer occidental frente a las penurias y la escasez con la que tenían que viajar en la India, de los problemas prácticos (cómo hacer la colada es uno de los hilos conductores del relato, y muy importante, además), pero sobre todo de su rebeldía y de lo que costaba (y cuesta) construir una identidad como mujer independiente y poeta. Dos miradas sobre un mismo viaje narrado por dos de los grandes poetas contemporáneos.

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