Viaje al campo ucraniano al cumplirse 3 años de la invasión rusa

Andrii Kotliarchuk. ‘El Samhain polesio y el tanque de Moscú’, 2023. Del proyecto ‘Identificación del Espacio’ © Andrii Kotliarchuk

Polissia, una región rural casi mística en el norte de Ucrania, se muestra en un conjunto de fotografías de Andrii Kotliarchuk en el Museo Nacional Thyssen Bornemisza. Mujeres y niños, en estampas teatrales, honran una paz primigenia, cuando se cumplen tres años de la invasión rusa y asistimos a una encrucijada en el conflicto por el giro que ha impuesto en la política de Occidente un Trump más crecido que nunca.

Unas imágenes teatralizadas, en blanco y negro, en las que mujeres y niñas posan con coronas de flores delante de graneros de madera y con un tupido bosque en el punto de fuga marcan La magia de Polissia. El ritmo lento del tiempo, una serie del fotógrafo y cineasta Andrii Kotliarchuk (Kiev, Ucrania, 1966), que puede verse en estos días en el hall central del Museo Nacional Thyssen-Bornemisza.

Son las praderas de Polissia, una región del norte de Ucrania, donde los árboles crecen tan alto como las creencias ancestrales, las que inspiraron a la comisaria Viktoriia Ivankova (Lugansk, 1992) para celebrar la vida tranquila –aunque las esquirlas de la guerra queden a la vista–, en esta exposición que se inauguró el día en que se cumplía el tercer aniversario de la invasión a su país, el 24 de febrero de 2022.

En un diálogo con Ivankova, ella remarca que esa fecha señala, apenas, “la gran invasión”, ya que los ucranianos llevan en guerra contra Rusia desde 2014. Enfatiza que fue justamente su región natal, en el Este del país, la que sufrió los primeros embates de una contienda demasiado larga, que la hizo pasar unos años en Kiev, antes de instalarse en España, hace precisamente tres años.

La comisaria expresa que “el arte es una manera de defender a nuestra población, dando a conocer su cultura”. Así, quiere ayudar a difundir la obra de artistas de su país, a algunos de los cuales menciona como “héroes” del frente. Este es el caso de Kotliarchuk –fotógrafo y soldado desde la batalla de Mariúpol–, que recorrió el territorio de Polissia, durante la misma trágica década en guerra, con una cámara analógica. Utilizó película en blanco y negro y un objetivo del siglo XIX. Iba, quizá, al encuentro de una paz primordial, aquella que los habitantes rurales custodiaban, con sus misterios, junto a sus granos, esa cosecha imprescindible.

“Mi idea fue mostrar que los pueblos antiguos en Ucrania mantienen sus tradiciones, aunque estén atravesados por el conflicto”, explica la comisaria, formada en Matemáticas y Física, y contemporánea, según aclara, de la Ucrania independiente.

“El artista buscaba imágenes verdaderas de una Ucrania desconocida, una zona boscosa en la que sus habitantes combinan costumbres paganas con ceremonias cristianas”, indica Ivankova. Y aunque, en esta región de Ucrania, mucha gente vive a la manera de otros tiempos, y con otros tiempos campesinos, en las imágenes del fotógrafo se cuela la guerra, a través de una caja de cartuchos, en despojos de armas, como si fueran herramientas abandonadas sobre la hierba.

“Aquí no hay vida normal”, refuerza Ivankova, aunque lo que veamos en esas fotografías en gran formato parezcan retratos bucólicos. Son cuadros de un gris luminoso (suponemos que así será la luz de un cielo nublado en Ucrania), que muestran, por ejemplo, a los habitantes rurales portando máscaras de rasgos primitivistas, amuletos de la buena suerte como la muñeca de trapo Motanka (que se confecciona sin usar agujas), con papelitos apretando deseos, en bodegones con sacos de semillas que remiten a la esperanza.

En la selección de 14 fotografías que ha hecho la comisaria –a partir de unas 600 que integran el trabajo de Kotliarchuk en Polissia– solo se ven mujeres y niñas. Hay una notoria ausencia masculina. ¿Se trata de una denuncia de la falta de hombres en la sociedad, ya que han tenido que marchar al frente?, le preguntamos. Ivankova responde: “Muchas mujeres están también en la guerra. Sentimos que no solo tenemos que defendernos a nosotras, sino también a otra gente. El ejército de Ucrania es el que más mujeres tiene después del norteamericano y el israelí”.

¿Quizá ellas tienen respuestas nuevas que dar?, le consultamos. “Este es un momento para las mujeres, para compartir amor, conexión, cultura y diálogo diplomático… Nos hemos hecho más fuertes, aprendimos a ser supervivientes, aunque todavía creemos en la paz”.

La exposición estará abierta al público hasta el próximo 9 de marzo, en el hall central del Museo Nacional Thyssen-Bornemisza.

Deja tu comentario

¿Qué hacemos con tus datos?

En elasombrario.com le pedimos su nombre y correo electrónico (no publicamos el correo electrónico) para identificarlo entre el resto de las personas que comentan en el blog.

No hay comentarios

Te pedimos tu nombre y email para poder enviarte nuestro newsletter o boletín de noticias y novedades de manera personalizada.

Solo usamos tu email para enviarte el newsletter y lo hacemos mediante MailChimp.