10 años de una editorial con la cabeza llena de pájaros
La editorial Cabeza de Chorlito cumple 10 años. Creado por la artista Frédérique Bangerter y el fotógrafo Alberto García Alix, este pequeño y original sello editorial celebra su décimo aniversario con imagen nueva y un catálogo que va creciendo poco a poco con sorpresas, personalidad, seriedad y alejándose de lo comercial, con lucha y coraje.
Cabeza de Chorlito tiene ya en su nido una quincena de títulos, más una decena en su rama de Cabeza Riso –a lo que se añade un buen número de carteles–, y cinco títulos de otros sellos y la revista de poesías Ornitorrinco en su distribuidora on line, uno de sus últimos empeños, explicado así de bien en su web: “Cabeza de Chorlito, al igual que el pájaro, también empolla otros huevos. Coge bajo sus alas publicaciones de otras procedencias y comparte el calor de su nido. También es un ave muy ruidosa. Mira para todos lados, deprisa, con urgencia, y silba fuertemente, con ganas, ya sea para hacer reclamos en pleno vuelo, para iniciar el cortejo o, cómo no, para molestar al personal. Pues sí, a estas alturas no podemos dudarlo. Si la demencia ha ido calando en nuestros huesos desde la edición hasta la propia fabricación, no podía faltar la pieza de la cadena que más dolores de cabeza da: la distribución. El objetivo de Chorlito Distribución es dar visibilidad y ofrecer su infraestructura a proyectos individuales o puntuales que no se pueden permitir crear un soporte de venta online. No es un espacio al uso, Cabeza de Chorlito, al igual que con sus publicaciones, selecciona los libros según criterios de coherencia y sentido dentro de la filosofía de la editorial. El propósito es tejer redes de apoyo y permitir que las publicaciones echen a volar con sus alas impresas”.
Son las tres patas, nos cuenta Frédérique, con las que en este redondo aniversario han puesto orden y concierto en sus quehaceres, ilusiones y planes.
El recorrido de Cabeza de Chorlito va desde aquel fascinante libro de dibujos de pájaros de Frédérique, El mito de la decadencia, y el complejo artefacto creado por Assaf Iglesias, Aparato Maravilloso. El sol de la Bandera; hasta El paraíso de los creyentes, de Alberto García Alix, y Atestado, de Gonzalo Golpe, el último título publicado: “Esta historia se arma a partir de una misteriosa secuencia de fotos de un atestado policial, intercaladas con la voz de una mujer que se agita en las sombras. Una ficción híbrida con la que Gonzalo Golpe examina la ética en el fotoperiodismo, un cuestionamiento que tal vez hoy resulte más necesario que nunca. Una historia de amor marcada por la fatalidad”.
Pasando por Arquitectura y Resistencia, de Nicolás Combarro, y Ceesepe. Cuadernos de dibujos, ese gran artista fallecido hace tres años, que compartió mucha fama y proyección en las dos décadas del siglo pasado con García Alix. Más tres números de la revista Motorcycle Family Circus.
Y entre los que mejor acogida han cosechado, Moto, con fotografías de García Alix en torno al mundo de las motos, y Curso discurso, de Gonzalo Golpe, Ricardo Báez y Alejandro Marote, que la propia editorial explica así: “Un libro raro, infrecuente, difícil de clasificar y más aún de definir. Tipológicamente hablando podría decirse que se trata de un ensayo poético sobre los libros fotográficos y el lenguaje visual que se sirve del diseño y de la fotografía para proyectarse, para ganar sentido, al tiempo que para hablar de sí mismo”.
En esa línea chorliteja, la editorial de Fred y Alberto tiene ya a punto de echar a volar el libro Neurología Neonatal de un vistazo, de Alfredo García Alix y Juan Arnáez, “un manual de bolsillo que intenta ser una herramienta de ayuda al pediatra que atiende al neonato con patología neurológica y que combina el menor texto posible junto con ilustraciones claras y sencillas”, y en otoño se unirán los archivos de Alberto García Alix 75/86, de laborioso proceso, ya que se trata de recuperar todas esas imágenes a partir de negativos.
Cada libro, cada polluelo, con su propio formato, su tipo de papel, su propia puesta en página, cada libro tratado como un ser independiente, nada de bandadas formateadas todas igual.
¿Cuál es la relación entre unos títulos y otros, hay un eje, un vínculo? A esta pregunta responde Frédérique: “La línea que los une son sus autores, la cercanía a ellos, la admiración por lo que hacen”.
En la pata (o ala) de Chorlito Riso (la risografía es un proceso de impresión ahora muy en boga por sus bajos costes e impactos y su alta versatilidad, que funciona a partir de plantillas, usando matrices y tintas planas), destacan El Rosal. Cuentos de hadas para los niños de los trabajadores: “Durante la década de 1920, Hermynia Zur Mühlen, nacida dentro de una familia de la aristocracia austríaca, y conocida como La Condesa Roja, publicó una serie de cuentos para niños desde una adelantada perspectiva radical, e inspirada en su propio activismo en contra de las injusticias sociales y la vorágine salvaje del brutal capitalismo. El Rosal relata el duro desencuentro entre la clase explotadora y la clase obrera, a través de personajes muy tiernos e inspiradores, que guardan dentro de sí todo el coraje y la rebeldía necesaria para convertirse en símbolos de la búsqueda de justicia e igualdad de derechos”. Y Muestrario: Pensamiento Crítico, “una publicación que pretende acercar el pensamiento crítico hacia la justicia social de una forma diferente e interactiva; a través de una selección de conferencias y entrevistas realizada por Frédérique Bangerter, se presenta el pensamiento de múltiples pensadoras y pensadores que nos adentran en su visión antirracista, anticolonial, feminista, queer o interseccional, entre otros temas”. “Es que”, nos explica Frédérique, “es lo que más me interesa y lo que me interesa llevar a Cabeza de Chorlito, todo lo relacionado con un pensamiento crítico, con otra forma de ver, de mirar, dar entrada a otras realidades, cuestionar nuestras estructuras sociales y de poder”.
¿Y qué habéis aprendido Alberto y tú, Fred, con esta incursión editorial?
En lo que estamos ahora mismo inmersos es en el estudio de cómo hacer sostenible la editorial; hemos decidido parar un poco y pensar, reestructurar, clarificar líneas y objetivos, y por ejemplo, apostar más por el formato Riso, que permite jugar más, hacer tiradas más pequeñas que el offset, arriesgar menos, hacer proyectos más manejables. Aparte de eso, hemos aprendido también que la distribución y la difusión son las partes más complicadas del proceso, y que necesitan también mucha implicación del autor.
¿Balance?
Un proyecto muy ilusionante, pero… digamos que ahora me miento menos. Al principio de la aventura te resistes a mirar las cuentas, a hacer números, porque no quieres desilusionarte. Pero hace falta ser honestos, hace falta honestidad con uno mismo, y sopesar qué hay que hacer para que el proyecto sea viable.
Quizá se imponga entonces una dosis de menos pájaros en la cabeza, y las patitas más en el barro y la tierra, como buen ave limícola. Terminamos con el texto de cómo celebran los propios editores sus 10 años:
“SER UN CABEZA DE CHORLITO: ‘Expresión que se utiliza para referirse a alguien que tiene poca cabeza o que es especialmente despistado’. Los chorlitos son esos pájaros que solemos ver corriendo por las playas persiguiendo un cangrejo. Son pequeños, de patas largas y cuello tan robusto que apenas se distingue dónde acaba este y dónde empieza la cabeza. La idea de que los chorlitos son tontos viene de su costumbre de excavar sus nidos en las playas, dejándolos sin ningún tipo de protección. También son sumamente despistados; no reconocen sus propios nidos, por lo que acaban empollando o alimentando el nido equivocado.
¿Cómo ha podido sobrevivir un pájaro que deja a sus criaturas expuestas a tantos peligros? Muy sencillo: porque el pragmatismo no siempre lleva la razón.
La Editorial Cabeza de Chorlito está de aniversario. ¡Alegría, cumplimos diez años de existencia! Después de este tiempo seguimos con nuestro vuelo y nuestra idea de no ajustarnos a ninguna línea editorial definida. Hemos ido hacia delante, contra todo pronóstico, y seguimos con la voluntad de incubar huevos de creación alumbrando futuros chorlitos. Como siempre dice uno de los editores: “La magia de la vida es el encuentro”.
No hay comentarios