1+1 igual a 3: no es magia sino ‘el arte de la colaboración’

Foto: Alan Levine (Creative Commons – Flickr)

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Esto va de colaboración. Va de que el grupo, un grupo de personas bien engranado, es más inteligente que la suma de las partes que lo componen. Justo lo que el mundo necesita en este siglo XXI en que a cada paso queda patente que el individualismo no nos hace prosperar como especie. Va de que 1+1 dan como resultado 3, si ese 1+1 consigue que emerja la inteligencia colectiva del grupo. Pero para que ésta surja hay que saber trabajar como grupo. Y para ello hay una serie de técnicas que se están convirtiendo en fuente de oportunidades laborales. Esas técnicas y su poder son las protagonistas de la Semana Europea de la Colaboración (‘The Art of Co’), entre el 24 de junio y el 1 de julio, en San Sebastián. Es la hora de los ‘facilitadores’.

Digamos que el arte de la colaboración es la profesión del presente, del futuro más inmediato, “como cuando en los 90 con el boom de las puntocom todo el mundo necesitaba un programador en su empresa, ahora todas las compañías van necesitando un facilitador de procesos grupales”, explica Johnny Azpilicueta, uno de los organizadores de este evento.

El facilitador/a es alguien que le muestra el camino al grupo, pero no lo dirige. Con su trabajo hace posible que surja la efectividad grupal, no aporta contenido a las reuniones pero enseña a que éstas sean efectivas, productivas, a que el grupo salga reforzado de cada encuentro. ¿Te imaginas que en tu siguiente junta de vecinos la comunidad saliera hermanada tras cada reunión, con soluciones buenas para todos los que participan y que no llovieran los puñales, que es lo que suele ocurrir?

Cada vez hay más literatura relacionada con este tema, que en gran parte hunde sus raíces en el mundo de la permacultura (centrada en el uso de los patrones observados en los ecosistemas naturales) y de las ecoaldeas, esos experimentos de cohabitación, generalmente integrados en el medio natural, en los que el grupo y su autogestión para alcanzar una nueva sociedad son los protagonistas. Y desde las ecoaldeas está saltando a la sociedad general.

En este evento se van a reunir por primera vez en Europa expertos de muchas de estas técnicas con nombre, algunas de ellas, tan evocador como Dragon Dreaming. El taller sobre esta metodología va a ser impartido por su fundador, el australiano John Croft, un mito en el mundo de la facilitación de gestión de grupos. El Dragon Dreaming, tal y como lo describen en su web, “ofrece herramientas para el desarrollo de proyectos y organizaciones a través de la creatividad, la colaboración y la sostenibilidad. Y se basa en los principios de crecimiento personal, creación de comunidad y Servicio a la Tierra”. Como el Dragon Dreaming, todas estas herramientas persiguen un mundo en equilibrio, sostenible, una sociedad comprometida con el futuro del planeta y de los distintos modos de vida que hay en él.

El taller con John Croft es uno de los platos fuertes, pero también hay que seguirle muy de cerca la pista a Ana Rhodes, consultora y coach experta, entre muchas cosas, en comunicación no violenta; o a Beatrice Briggs, fundadora y directora del Instituto Internacional de Facilitación y Cambio y que va a dar un taller “para aprender a celebrar reuniones efectivas”, según apunta Azpilicueta. ¿Quién no se ve en la necesidad de reunirse en algún momento de su vida? Todas estas metodologías -agrega- son conocidas en el mundo de la empresa, pero son muy poco practicadas en realidad. Normalmente se tienen reuniones poquísimo efectivas”.

Que levante la mano el que no haya tenido jamás una reunión eterna en su trabajo de la que no ha salido nada en claro. Quizás es por ello por lo que entre los asistentes a estos talleres muchos provienen de empresas que no son necesariamente de los ámbitos de la sostenibilidad o la innovación. Porque cada vez más el mundo empresarial se está dando cuenta de que el camino del progreso, tanto de sus corporaciones como de la sociedad, está en poner en valor al grupo y mejorar su funcionamiento.

Este encuentro tiene una doble vertiente en paralelo; por una parte se podrá asistir para “aprender” estas técnicas, en lo que la organización ha llamado Co-Learning. Aquí se darán cita los neófitos en este mundo, aquellos interesados en los procesos grupales y con ganas de saber más y formarse. Y podrán elegir entre el mencionado Dragon Dreaming, la Teoría U, Visual Thinking, La Sociocracia o El Arte de colaborar en reuniones, entre otros talleres.

La otra pata del evento es lo que han denominado Co-Laboratory, un espacio para los expertos en todas estas técnicas se reúnan para conocerse mejor entre sí y ver caminos de evolución conjunta. “Nos habíamos dado cuenta», explica Azpilicueta, «de que todas estas metodologías tenían muchas

posibles sinergias y no se estaban hablando entre sí y perdían efectividad a la hora de llegar a la sociedad”. Así que esta ocasión en San Sebastián será de las primeras veces en Europa que todas estas metodologías coincidan en espacio y tiempo.

Este encuentro se va a financiar en exclusiva con las inscripciones de los participantes y en él hay horas y horas de trabajo voluntario. No hay espónsores comerciales, pero sí que cuenta con el apoyo de la Fundación Kutxa y de la Universidad del País Vasco, en forma de cesión de espacios y de materiales, pero nada más. La idea es seguir siendo un movimiento independiente situado en la alternativa.

El hecho de que se celebre en San Sebastián no es casual, ya que la Capital Europea de la Cultura de este año tiene un lema que invita a este tipo de eventos: “Cultura, convivencia y colaboración”.

Colaboración, esta es la palabra más escuchada en los últimos años: basada en compartir conocimiento de manera presencial o a través de Internet, basada en la creación de redes. ¿Qué mejor manera de conseguir que la colaboración sea fructífera si no es dándole al grupo las herramientas para que haga su aparición la tan deseada inteligencia colectiva? Es solo entonces cuando 1+1 pueden ser de verdad 3. Es decir, cuando el grupo puede ser un ente más poderoso que los individuos que lo conforman.

Como dijera Benedetti: “En la calle, codo a codo, somos mucho más que dos”. Él se refería a una relación de amor romántico, pero un grupo es también una relación -de varios o muchos- en la que hay mucho emocional en juego. De ayudar al grupo a gestionar sus emociones también sabe mucho un facilitador. Y si no, puede aprenderlo en San Sebastián a partir del 24 de junio.

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