15 documentales que sondean los mayores retos verdes del planeta

Fotograma de la película ‘Un Silenci Blau (Un Silencio Azul)’, sobre los impactos de la eólica marina.

A comienzos de este mes de noviembre, tuve el honor de formar parte del jurado de la sección ‘Miradas’ del SUNCINE, el Festival Internacional con sede en Barcelona pionero en el mundo en unir cine y medioambiente, que este año ha celebrado su 30ª edición. Esto me dio la oportunidad de visionar 20 documentales de mediometraje (duraciones de entre 20 y 45 minutos) procedentes de todo el mundo (de Ecuador a Colombia y Estados Unidos, de España a Italia, Austria y Portugal, de India a Indonesia e Irán), previamente seleccionados entre decenas por la organización del festival, lo que equivale a contar con una atalaya privilegiada sobre qué se está contando y rodando en el territorio verde. Qué temas son los que más preocupan. Qué perspectivas y ópticas predominan. Os cuento lo que he visto y analizo 15 películas. Crisis climática, transición energética y contaminación de mares y ríos acaparan buena parte de los trabajos.

Para empezar, un aplauso al documental ganador, Amalur, una extraordinaria y emocionante producción vasca con una original narrativa y excelente selección musical que solo se apoya en las imágenes. Una secuencia llena de metáforas sobre la historia de la Humanidad, desde nuestros ancestros en África a la acelerada vida de nuestra civilización, desde esa danza con plásticos en medio de un brutal vertedero a ese final homenaje a las nuevas generaciones. Cuando tengáis oportunidad, no dejéis de verla, porque es un viaje relajante y a la vez trascendental sobre nuestra Historia, en el sentido más amplio de la palabra.

Tras ella, a mi entender, destacaban otras dos producciones: Hijos del Hielo, de Colombia, un poético y épico trabajo, con imágenes bellísimas, sobre la pérdida de los glaciares ecuatoriales, que subraya los problemas emparentados con la crisis climática, prestando además mucha atención a las poblaciones indigenas, autóctonas. Algo en lo que también incide otro de los documentales presentados a SUNCINE con mejor factura: Sheperds of Naar (Voces desde el techo del mundo), llegado desde Nepal, en torno a los pastores de yaks y cómo les afecta el cambio climático. Podéis verlo completo aquí. 

Atención a los pueblos autóctonos

Este enfoque sobre cómo los pueblos autóctonos, los pueblos que siguen viviendo apegados al territorio, mantenedores de raíces y culturas, son los primeros y principales afectados por el cambio climático y los trastornos en los ciclos naturales y el puzle de la biodiversidad, y por los impactos de una civilización apoyada en una economía extractivista, se repite en otros documentales latinoamericanos. Así, Cuando el océano se vuelve negro trata de cómo afecta una marea negra a las poblaciones costeras peruanas; el mexicano Son de río muestra cómo afecta a las poblaciones ribereñas, a su economía, salud y cultura, la contaminación de un río, y el ecuatoriano An epic journey aborda el impacto en una zona de la Amazonía de las hidroeléctricas, la minería ilegal, el capitalismo extractivista, prestando gran importancia a la perspectiva de las mujeres.

Cuidado con la transición energética

Junto a ese enfoque –la destrucción de pueblos autóctonos por los impactos del ¿progreso?–, otro asunto destacaba en los trabajos seleccionados en las Miradas de SUNCINE: Las consecuencias negativas que puede acarrear una transición energética, hacia fuentes más renovables y sostenibles, mal entendida, planteada y desarrollada. Así, la película catalana Un Silenci Blau (Un Silencio Azul) es otro cuidado trabajo digno de premio por el rigor con que plantea los impactos de la eólica marina, algo aún poco debatido en nuestro país. Podéis verlo aquí.

Algo que también aborda el documental austriaco Down to the last Drop, sobre la pérdida de los últimos ríos salvajes en el Tirol por la construcción de hidroeléctricas. Y The logging business, rodado como un reportaje de investigación sobre los riesgos que entraña la promoción de la biomasa forestal como fuente energética renovable, pudiendo alimentar mafias en Rumanía e Italia. Puede verse completo aquí.

Oceános en alerta azul y animales en alerta roja

Otros dos asuntos repetidamente tocados: la preocupación por la buena salud de los océanos y los increíbels esfuerzos realizados a menudo para mantener la biodiversidad en contra de los elementos y salvar especies animales muy amenazadas.

En cuanto a la salud de los mares, diferentes aproximaciones: La invasión de plásticos y microplásticos en los océanos (How blue is your ocean? , EE UU); las múltiples amenazas a las tortugas marinas (Give me a little Land, India), y un proyecto educativo para recoger basura del mar y realizar obras artísticas a partir de ese material (Be Blue, Portugal).

No podían faltar los documentales en torno a especies emblemáticas y en grave peligro. Merece mención el trabajo español Joy sobre los gorilas de montaña en Uganda.

Cartel del documental ‘Joy’, presentado en el Festival SUNCINE de Barcelona.

Reciclaje y buenas experiencias

Terminamos –que para eso estamos en la sección El Asombrario Recicla– con trabajos de proyectos en positivo, algo cada vez más abundante, las buenas experiencias, a menudo derivadas de los residuos. Ahí está el documental indonesio To Sow sobre cinco proyectos sostenibles, desde cómo unos escolares hacen compost al aprovechamiento energético del metano de un vertedero y la reforestación de una zona gravemente dañada por una mina; y la película The Trash Cycle, una aventura contada con muy buen humor y mucha energía de un padre con su hijo recorriendo Portugal en bicicleta para concienciar sobre la importancia del reciclaje y la economía circular.

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