Los 68 beneficios del bosque, más allá de la madera y la biodiversidad

Corcho, resina, miel, polen, frutos, setas, plantas aromáticas. Todo lo que nos aportan los bosques, aparte de madera, salud, paisaje, biodiversidad. Foto: Pixabay.

Hay dos valores muy tangibles que aportan los bosques. Uno es plenamente productivista: la madera. Otro es indispensable para la regulación del clima, suelo y agua: su biodiversidad. Pero los bosques ofrecen también corcho, setas, frutos, miel, resina, plantas aromáticas y medicinales, ocio, patrimonio cultural y recursos educativos. Un informe reciente asociado a un proyecto europeo (Comfor-Sudoe) ha identificado 68 beneficios diferentes de los bosques mediterráneos. Conocer, valorar y potenciar estos beneficios son la base de una mejor gestión forestal que atenúe el abandono de los bosques, la despoblación rural y la propagación de grandes incendios.

De los bosques de Sierra Bermeja se extraía alquitrán. Sí, no solo se elabora esta sustancia a partir de carbón y petróleo, sino también de los restos de resina. En esta sierra malagueña hay muchos pinos resineros que han ardido en uno de los incendios más virulentos que ha sufrido recientemente la península ibérica, y que se suma al de la sierra de La Paramera, en Ávila. Este tipo de alquitrán o pez ha caído en desuso, pero hay otros muchos productos forestales no maderables, además de servicios, que siguen dando recursos y vida a estos bosques. Su pérdida, pero sobre todo su incapacidad para recuperarlos, puede lastrar aún más unos territorios amenazados por el abandono.

Miel, artículos de enea y corcho, esencias para cosméticos y medicinas, setas y observaciones astronómicas y de fauna. Son algunos de esos otros beneficios que salen de Sierra Bermeja, y que en algunos casos, de momento, hay que conjugar en pasado: salían. A ponerlos en valor se dirigen muchos esfuerzos, sobre todo desde el propio territorio, pero también desde la investigación. Una de estas últimas aportaciones es la encuadrada en un proyecto Interreg Sudoe (suroeste de Europa) de la Unión Europea. Se trata de Comfor, acrónimo en inglés extraído de la denominación completa del proyecto: Gestión integrada e inteligente de la información sobre los bosques complejos y plantaciones mixtas.

“Los bosques complejos son aquellos en los que conviven varias especies diferentes o en los que predomina una sola cuyos ejemplares están en diferentes momentos de desarrollo”, explica Andrés Bravo-Oviedo, investigador del Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN-CSIC) y coordinador de Comfor-Sudoe. “Presentan mayor resiliencia ante amenazas como el cambio climático o la disminución de la biodiversidad y además son capaces de proveer más y mejores servicios ecosistémicos”, añade Bravo-Oviedo.

Alcornoques; el corcho es otro de los productos sostenibles que nos aportan los bosques. Foto: Pixabay.

29 servicios de aprovisionamiento y 16 culturales

Un estudio preliminar ha detectado 68 beneficios o servicios que proveen los ecosistemas forestales complejos de la región del suroeste europeo (España, Francia y Portugal), 29 de los cuales son de aprovisionamiento (aquí entrarían los referidos a la extracción de corcho, resina, miel, polen, frutos, setas, plantas aromáticas, producción de energía…), 16 culturales (senderismo, observación de fauna, astroturismo, investigación, funciones terapéuticas, culturales, educativas…) y 23 de regulación y mantenimiento (captura de dióxido de carbono, regulación del clima, dispersión de semillas, control de la erosión, protección contra incendios…).

Paz Ferrer, directora de comunicación de Ecoacsa Reserva de Biodiversidad, una de las socias de Comfor-Sudoe, señala: “La intención es detectar los servicios más relevantes y que aporten un mayor beneficio social, ambiental y económico, especialmente a las poblaciones rurales directamente afectadas”. Todo ello servirá de guía para que los responsables políticos adopten las mejores decisiones, y dirigidas a promover una gestión sostenible. Y añade: “Todavía hay mucha gente en el territorio que no es consciente de los servicios y beneficios que pueden salir de los bosques”.

Por ejemplo, en las conclusiones del citado informe se comenta, en cuanto a los servicios culturales: “Los que tienen una menor frecuencia de aparición son los relacionados con las actividades intelectuales y de educación, así como los elementos que otorgan valor de existencia o legado”. Que los bosques dan frutos, pastos, setas o resina está más interiorizado y, por lo tanto, más aprovechado, todo lo contrario que ocurre con su patrimonio cultural y como recurso educativo. “Estamos aún muy lejos de potenciar y desarrollar desde la educación ese vínculo estrecho que tenemos con la naturaleza y con los bosques en particular”, apostilla Ferrer.

La esencia de Chanel está en el monte mediterráneo

Desde Andalucía, Lola Gotarredona suscribe algunos de los argumentos que emanan de los primeros pasos de Comfor-Sudoe. Es jefa del Departamento de Planes de Ordenación y Aprovechamientos Forestales de la Junta de Andalucía y formó parte del equipo de otro proyecto Sudoe: Valuepam (Valorización de las plantas aromático-medicinales silvestres: Gestión sostenible de la biodiversidad). “Con este proyecto”, apunta Gotarredona, “nos dimos cuenta que hay tanto personas que desconocíamos que se dedicaban a aprovechar estas plantas en formas y lugares muy diversos, como otras que no eran conscientes de las múltiples posibilidades de puesta en valor de las mismas”. Por ejemplo, en los sotobosques del alcornocal se han identificado 140 especies de plantas aromáticas, medicinales y culinarias.

¿Sabías que el aceite esencial de la jara pringosa, una planta presente en sotobosques y matorrales mediterráneos, se usa como fijador de muchos perfumes, y muy especialmente en los de Chanel?”, advierte Lola Gotarredona. Lo corrobora desde la Universidad de Extremadura el Instituto de Investigación de la Dehesa, pionero en el trabajo con productos a partir del aceite esencial de jara, que incluye fungicidas, plaguicidas, carbón activo y biocombustibles. En esta línea trabaja igualmente otro proyecto que ha echado a andar hace poco, Biocistus 4.0, Desarrollo de nuevos sistemas de cultivo y cosecha de la jara pringosa (Cistus ladanifer), financiado por el Programa Estatal de I+D+i Orientado a los Retos de la Sociedad.

Colmenas. Un estudio ha detectado 68 beneficios o servicios que proveen los ecosistemas forestales del bosque mediterráneo. Foto: Pixabay.

La importancia de la gestión sostenible y de certificar

La responsable de Ordenación y Aprovechamientos Forestales de la Junta de Andalucía pone también sobre el tapete otro punto importante: “La certificación de esos productos forestales no maderables ayuda muchísimo en su salida al mercado, porque se valoran y puntúan más. Es cierto que hay que hacer un mayor esfuerzo para conseguir esa certificación, pero merece la pena”. En España hay al menos corcho, miel y castañas que cuentan con algunos de los certificados de sostenibilidad implantados en España: FSC y PEFC.

Ecologistas en Acción, que acaba de publicar un informe sobre el incendio de Sierra Bermeja, incide en la necesaria gestión sostenible de los bosques. Recuerda esta organización: “Casi todo lo quemado era una inmensa masa de pino negral o resinero muy denso, sin prácticamente ninguna discontinuidad, lo que ha favorecido la expansión del fuego”. Destaca también “la existencia de bosquetes de alcornoques que han ralentizado el incendio, y que una vez más, las zonas adehesadas, los pastizales pastoreados, los enclaves cultivados y los bosquetes de castaños han funcionado como áreas cortafuegos”.

Según el último informe estadístico sobre “otros aprovechamientos forestales” que elabora el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (Mitecord), en 2019, aunque no fue el mejor año, salieron de nuestros bosques 50.000 toneladas de corcho, 10.800 de resina, 11.500 de castañas, 1.400 de piñón, 1.900 de plantas aromáticas y 11.000 de setas y otros hongos. Además, se censaron 1.210.000 colmenas con producción de miel y se extrajeron más de 1,5 millones de metros cúbicos de arena, grava y piedra. Según comenta el propio Mitecord, las cifras en casi todos los casos son mayores, debido a la complejidad en la recogida de los datos y la ausencia de los de algunos bosques privados y la actualización de algunas provincias.

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Comentarios

  • Jaime Ferrer

    Por Jaime Ferrer, el 29 septiembre 2021

    Trabajo ejemplar como siempre

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