Soluciones para limpiar el aire de las ciudades y ganar en salud
El 90% de los ciudadanos respiramos aire contaminado, y más de 7 millones de personas mueren de forma prematura cada año en el mundo por la contaminación de las ciudades, según datos del Instituto de Salud Carlos III de Madrid. Unas 800.000 muertes prematuras cada año en Europa, según la Agencia europea de Medioambiente. La frialdad de las cifras no puede dejarnos de brazos cruzados; en muchas ciudades las soluciones ya son una realidad. Y miran al futuro con optimismo. Nos lo contaron en un nuevo encuentro de #VidriosYBarras organizado por Ecovidrio.
La contaminación de las ciudades se genera por el tráfico y por la energía que consumimos. Para Iñaki Alonso, arquitecto y fundador del estudio sATT (arquitectura basada en la ecología social), cada edificio de una ciudad puede funcionar como un productor de energía y utilizar la red para distribuirla y los coches para almacenarla. “Ya existen edificios que son productores de su propia energía, la tecnología existe, lo que falta es que los arquitectos cambien el chip y que vean las placas fotovoltaicas como parte del edificio, al igual que los cimientos”, explicó recientemente Alonso en un encuentro organizado por Ecovidrio (dentro de sus encuentros #VidriosYBarras) sobre descarbonizar las ciudades. Además, los edificios deberían depurar el 100% del agua que utilizan y devolverla limpia al entorno, añadió.
El próximo año entrará en vigor una normativa para que los edificios tengan un balance energético casi nulo, es decir, que puedan generar la energía que consumen, “y si es 100% de energía eléctrica renovable, sus emisiones de CO2 serían nulas”, explicó Alonso.
Para Mar Asunción, responsable de Clima y Energía en la organización WWF-España, el autoconsumo puede ser ya una realidad en España, y la nueva normativa sitúa al ciudadano en el centro, porque posibilita producir cada uno su propia energía y reconoce el autoconsumo compartido, muy importante para las comunidades de vecinos. Se han simplificado los trámites burocráticos, y es una herramienta que puede ayudar a acabar con la pobreza energética, según Asunción.
Cambiar la actitud, hacerlo con alegría
Para Cristina Monge, directora de Conversaciones de ECODES, otra de las participantes en esta cita de #VidriosYBarras, la descarbonización de las ciudades precisa también un cambio de actitud y de cómo contar las cosas. Detalló cinco medidas: Hacerlo con alegría, es decir, mostrando los beneficios que el cambio en las ciudades conlleva para respirar aire más limpio, calles peatonales para caminar y mejorar la salud e incrementar las relaciones personales. Con la gente, una transición justa socialmente y sin dejar a nadie atrás. Con el mejor conocimiento, aunando a los mejores arquitectos, a los mejores ingenieros, a los mejores periodistas, a los mejores sociólogos. En cuarto lugar, con la industria automovilística, energética y financiera para que se involucren y entiendan que nos jugamos la vida. Y por último, con ciudades inteligentes que no sólo se fijen en la tecnología, sino en la calidad de vida de sus vecinos.
Para Raquel Roca, periodista y consultora digital, un ejemplo de ciudad que está en el buen camino es Tampere (Finlandia), porque aúna ciudad inteligente (lo que se ha venido en llamar en todo el mundo Smart city) y sostenible, teniendo en cuenta la movilidad, la industria, educación, investigación, gobernanza, empleo de base tecnológica, y multiespacios, que durante el día tengan un uso y por la noche, otro. Para 2030, esta ciudad se ha fijado como objetivo ser Cero CO2.
Los ejemplos de Pontevedra y Bilbao
Más allá de lo que se habló en #VidriosYBarras, en España también podemos fijarnos en buenas prácticas, encontrar algunos buenos ejemplos de cómo reducir la contaminación urbana. Nos fijamos en dos: Pontevedra y Bilbao.
En Pontevedra, en 1999 el 76% del espacio urbano lo ocupaban los coches; 20 años después, el 73% del espacio público no tiene coches, gracias a la peatonalización del centro urbano. Los coches invadían la ciudad y creaban espacios estresantes; la ciudad se convertía en un almacén de coches. En dos décadas, la ciudad se ha recuperado para sus ciudadanos, que se mueven por su propia energía, es decir, caminando (y mejorando así su salud) o con un eficaz transporte público de autobuses. La ciudad pasó de estar planificada para los coches a ser una ciudad para las personas, con comercio de proximidad, donde todos los servicios que pueda necesitar un ciudadano quedan a 15 minutos andando (colegios, centro de salud, comercios…). El 80% de los niños va andando al colegio cada día, y las calles y plazas cuentan con espacios para el juego.
Los resultados son claros: la mortalidad por accidentes de tráfico se ha reducido de 30 fallecidos en el periodo de 1997 a 2006 a 0 desde 2011; además, los habitantes en el centro de la ciudad han crecido un 30%, las emisiones contaminantes se han reducido un 67%, se ha incrementado la actividad económica, hay menos ruido, se han plantado 223 especies diferentes de árboles aumentando la biodiversidad, la percepción ciudadana de seguridad ha aumentado, hay una mejoría en la autoestima de la población con calles llenas de vida y gente y el 90% de los espacios públicos urbanos es accesible.
En Bilbao, aquella urbe gris de los años 80, se ha transformado en una ciudad para los peatones, ciclistas y el transporte público. El 87% de las calles tiene un límite de velocidad del 30 km/h, con lo que se han eliminado los atascos, se circula fluidamente a menor velocidad y de forma compatible con las bicicletas, por lo que no ha hecho falta construir un carril bici. En un año se han superado los 5.000 usos de bicicletas públicas. En la actualidad, el 64% de los ciudadanos se mueve andando, el 24% en transporte público y el 11% en coche. Y para facilitar la movilidad se han instalado 39 ascensores públicos y 20 escaleras mecánicas, que salvan el desnivel de la ciudad, sobre todo pensando en las personas mayores que no salían de su barrio por la orografía.
Los resultados: se ha reducido en 2 decibelios el ruido general en la ciudad y presumen de ser un 30% más felices. La regla que han descubierto es que cuanto más se invierte en movilidad sostenible, menos gasto sanitario hay.
Son formas positivas de contar medidas ecológicas, de mirar al futuro. Lo que demostraron los participantes en el nuevo encuentro organizado por Ecovidrio, y lo que desde El Asombrario intentamos transmitir día a día. Que no se trata de sufrir para conseguir un planeta más sostenible y sano, sino todo lo contrario. Un poco de alegría.
Comentarios
Por Patxi, el 31 mayo 2019
Espero que el resto del artículo esté basado en un poco más de investigación y no en 4 datos propagandísticos.
Bilbao ha cambiado, pero no se ha hecho nada por la mejora de ciclistas y peatones.
el municipio es pequeño. Cuando se dan los datos de uso de transporte, se miden los desplazamientos de los bilbainos dentro de Bilbao, pero no se tiene en cuenta los miles de coches que entran a diario de los municipios contiguos. Es como si en Madrid midieses solo los desplazamientos de los vecinos de Madrid central.
El mismo concejal de movilidad se jacta, para tranquilidad de los conductores, de que todas las vias que unen los barrios son a 50, por lo que no sirve de nada que las calles que no llevan a ningun sitio sean a 30. 2 ciclistas muertos y una paraplejica en 3 años.
En cuanto a la calidad del aire, ayuda el clima, pero se han superado los límites varias veces en el año…pero como somos los mejores del mundo y artículos como este nos compran la idea…
Por Patxi, el 31 mayo 2019
he mandado un comentario para explicar que lo que el artículo dice sobre Bilbao está basado en datos propagandísticos y sin contraste con la realidad y ya no está publicado. Mando este a modo de prueba. somos un 30% más felices?
Por Patxi, el 31 mayo 2019
ya he visto, que estan pendientes de moderacion. la cuestión es que cuando estaba en la pagina donde he puesto el comentario lo veia y al volver a netrar desde fuera no se veia. No es necesario que publiqueis el segundo comentario
Por Marta Abiega, el 31 mayo 2019
Corroboro lo dicho por Patxi y comparto un artículo publicado en el diario Naiz.
Todas estas campañas sobre Bilbao basadas en informaciones, a nuestro juicio, sin contrastar con asociaciones como Ekologistak o Biziz Bizi, nos están haciendo mucho daño al movimiento asociativo de base que peleamos por una ciudad verdaderamente sostenible.
En este momento se esta destruyendo un precioso valle aledaño a la ciudad para que los automovilistas se ahorren 4 minutos y sin embargo llevamos mas de 20 marchas de Bilbao al mar reivindicando un bidegorri que nos una, por empezar, con el mar. Un desastre de modelo inexplicablemente encumbrado. Invito a la periodista a que nos indique en qué fuentes de información está basada esa información.