‘Aire Libre de Junio’: Día Mundial del Medio Ambiente con muchos vencejos
Como ya comentamos el año pasado, junio viene cargado de efemérides en torno al universo verde, incluido, hoy mismo, el Día Mundial del Medio Ambiente. Una oportunidad más para reconectarnos y reconciliarnos con una naturaleza que nos ha salvado en los peores momentos de la pandemia con sus aves desde balcones y ventanas y con la exuberancia primaveral de sus plantas en nuestros primeros paseos durante la desescalada. En este Aire Libre de junio volvemos a recomendar visitar la biodiversidad más cercana, incluidos esos vencejos que chillan y nos sobrevuelan ahora por toda España, y equiparnos para ir en busca de la más lejana cuando podamos viajar a más larga distancia.
“Hoy vivimos un momento excepcional en el que la naturaleza nos envía un mensaje: Para cuidar de nosotros mismos, primero debemos cuidar de ella”. Es el mismo mensaje que transmitimos desde El Asombrario desde que entramos en ese “momento excepcional” provocado por el coronavirus y que refrendaba hace poco Fernando Valladares, biólogo del Museo Nacional de Ciencias Naturales, en el artículo Naturaleza sana: la gran vacuna. El comienzo de este párrafo forma parte de la presentación del Día Mundial del Medio Ambiente por parte de Naciones Unidas, y destaca así la importancia de la biodiversidad, tema central de la cita de este 5 de junio de 2020.
Los vencejos te cuidan, cuídales
Dos fechas después del Día Mundial del Medio Ambiente llegará el Día Mundial de los Vencejos (este domingo, 7 de junio), aves que, ahora mismo, y junto a golondrinas y aviones, ejemplifican como pocos ese poder sanador de la naturaleza que muchas veces ignoramos. Las decenas de especies repartidas por todo el mundo de las tres aves citadas comen durante los meses de primavera y verano, ahora mismo por ejemplo por toda España, decenas de miles de toneladas de mosquitos. Es decir, se convierten en los mejores insecticidas naturales. Sin embargo, la rehabilitación de edificios, la estructura de los nuevos y la destrucción de nidos (penada por la ley) revelan la pertinencia de celebrar efemérides que nos recuerden el valor de estas aves.
A los vencejos comunes y, en menor medida, a los pálidos y reales se les ve y oye ahora por toda España (en Canarias solo al pálido y durante todo el año al unicolor), con independencia de la fase de la desescalada en la que se encuentra cada provincia o comunidad autónoma. Todos regresan en primavera desde África para nidificar y dejarse notar en ciudades y pueblos con sus chillidos mientras hacen alarde de un vuelo extraordinario. Algunos machos vuelan constantemente durante más de dos años. Sin parar, sin posarse. Todo lo hacen en vuelo: comen, beben, copulan y hasta duermen. Son auténticas “máquinas voladoras”, fácilmente identificables por sus largas alas puntiagudas en proporción a su cuerpo.
En metro al parque natural
Si en el Aire Libre de mayo invitábamos a retomar las visitas a la naturaleza con moderación y seguridad, y reivindicábamos los parques de las ciudades como opción, ahora hacemos lo mismo con los espacios naturales protegidos mientras no podamos salir de nuestra provincia. En Barcelona se va en metro hasta los Espacios Naturales del Delta del Llobregat y en Madrid al Parque Regional en torno a los Ejes de los Cursos Bajos de los Ríos Manzanares y Jarama, más conocido como Parque Regional del Sureste. Y sin metro, pero a pocos kilómetros, desde A Coruña se accede a la Reserva de la Biosfera de las Mariñas Coruñesas y Tierras de Mandeo, desde Valladolid a la Reserva Natural de las Riberas de Castronuño-Vega del Duero; desde Sevilla al Parque Nacional de Doñana; y desde Cáceres a la Zona de Interés Regional Sierra de San Pedro. Son solo seis ejemplos de la naturaleza que tenemos más a mano.
Cómo guiarse por la naturaleza
Hasta que el avance de la desescalada nos permita cruzar de provincia y comunidad autónoma en busca de más experiencias respetuosas con la naturaleza, conviene aprovechar para informarse, equiparse y disfrutar a fondo de esas futuras excursiones. Yo sigo siendo muy de guías de naturaleza, las clásicas, las de papel. Llevo siempre conmigo las de aves, en especial Aves de España, de Eduardo de Juana y Juan Varela (Lynx Edicions), y en casa, para corroborar la identificación de especies a posteriori, me esperan otras clásicas de plantas y árboles editadas hace años por Blume, Incafo y Omega. También recomiendo entrar en la página web de Tundra Ediciones y fijarse en las series Cuadernos de Naturaleza y Mi Primera Guía de Campo. Son publicaciones pequeñas, muy manejables e introducen fácilmente en el mundo de las mariposas y otros invertebrados, las plantas, las huellas de mamíferos, los anfibios, los peces, etcétera.
Y luego tenemos las aplicaciones para dispositivos móviles (apps, en inglés). De entrada, me motivan mucho aquellas que permiten que practiquemos ciencia ciudadana. Es decir, las que a la par que ayudan a identificar una especie sirven para que nuestra observación tenga un valor de cara al conocimiento y conservación de esa especie y el ecosistema en el que aparece. En eso están, por ejemplo, Biodiversidad Virtual, Natusfera, eBird e iNaturalist. A estas aplicaciones se añaden otras más centradas en la identificación directa sobre el terreno, como Aves de España, Arbolapp, Árboles Ibéricos y PlantNet.
La mochila preparada
En mi mochila de naturalista hay varios elementos indispensables. Uno son los prismáticos. Mi consejo principal a la hora de adquirirlos es que vayáis a un establecimiento que os permita probar varios, y no os obcequéis con conseguir unos de muchos aumentos. Lo importante es que estén equilibrados con el tamaño del objetivo. El estándar de ocho aumentos por 30 milímetros de objetivo (8×30) es una buena referencia. El cuaderno de campo y un bolígrafo para escribir y dibujar son mis otras dos herramientas indispensables. A partir de aquí se puede completar con cámara de fotos, lupa y brújula. Las páginas web de Oryx, Linneo y Óptica Roma, por ejemplo, sirven para estar al tanto de las novedades en este tipo de equipamientos y para comparar prestaciones y precios.
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