Más de 500 municipios se unen ya a la campaña ‘Mi pueblo sin basuraleza’

Más de 130.000 voluntarios han participado en alguna de las actividades para recoger basura abandonada en entornos naturales, ‘basuraleza’.

Una colilla entre las dunas, esa lata oxidada junto al sendero camino de la cumbre, el envase de ‘fritos’ que navega por el río… Más de 130.000 voluntarios, muchos de más de 2.200 entidades, han participado en alguna de las actividades para recoger basura abandonada en entornos naturales, ‘basuraleza’, convocados por la campaña Libera, puesta en marcha por SEO/BirdLife y Ecoembes hace cinco años. Aún desconocemos cuánta se acumula en los lugares más insospechados, pero los cientos de toneladas recogidas dan idea del volumen del problema. Más de 500 municipios participan ya en el programa #MiPuebloSinBasuraleza.

La memoria anual de la campaña Libera es un escaparate de la cantidad de residuos que dejamos abandonados allá donde, en principio, nadie va a recogerlos. Más de 500 toneladas eliminadas de bosques, costas o riberas, en ese lustro transcurrido desde que se inició el proyecto Libera, han puesto de manifiesto la magnitud de un problema, la “basuraleza”, que sólo el año pasado implicó a más de 30.000 personas, más que nunca desde 2017. En 2022, acudieron a más de 1.700 lugares naturales para limpiar y clasificar lo que se encontraba en espacios tan emblemáticos como los parques nacionales de Picos de Europa, Guadarrama, el Teide o Monfragüe, o en riberas de ríos como el Duero, Ebro, Tajo o Guadiana. Y lo hicieron tanto en la gran recogida bautizada como 1m2 que cada año tiene lugar en junio, como en alguna de las campañas de ciencia ciudadana que se han desarrollado por diferentes entornos (fluvial, marino y terrestre,) a lo largo del año.

¿Y qué es lo que se encuentran? En realidad, los que limpian la basura que otros echan han encontrado casi de todo entre los más de 211.000 residuos que han sido recogidos, pero se llevan el premio las colillas, que representan el 14% del total, seguidas de latas de bebidas, las piezas de plástico de menos de 2,5 centímetros, muchas procedentes de envases, y las insidiosas toallitas húmedas, que se quedan como colgajos en las plantas y se convierten en auténticos amasijos en el agua. Todo ello ha sido posible caracterizarlo gracias a las apps en móviles (e-Litter, MARNOBA o la de Basuraleza) que llevaban los limpiadores y cuyas conclusiones se comparten luego con el Ministerio de Transición Ecológica para identificar qué es lo más abundante en cada zona y así actuar en consecuencia.

Libera también está en acción en el mar, donde se han retirado restos de redes, gracias a una de las campañas en las que colabora la Fundación Reina Sofía, a las que se suman otras 17 toneladas de basura del litoral, en colaboración con los buzos de Oceánidas y unas 4,6 toneladas más atrapadas en las praderas de posidonia del Mediterráneo, gracias a su alianza con SUBMON.

“A la sociedad, estas cifras, que son muy importantes, ya no le apabullan, pero están ahí y lo importante es reflexionar y cambiar lo que decían los padres a los niños de ‘no lo cojas, que es basura’  por un ‘no lo tires, es un recurso’. No es un proyecto para limpiar conciencias o eliminar del paisaje lo que otros tiran. A la vez que limpiamos la naturaleza, todos los implicados lanzamos un grito común, que consiste en que hay que cambiar el modelo de producción y consumo que tenemos porque la contaminación es un gran problema. Hemos dimensionado el problema en el suelo, los sedimentos y el subsuelo, en océanos… y vemos que la tenemos de fármacos, pesticidas, metales pesados. Debemos ser conscientes de ello”, señalaba Asunción Ruiz, directora ejecutiva de SEO/BirdLife en la presentación de la memoria la semana pasada.

Especialmente llama la atención la cantidad de nicotina que, como aseguraba, se encuentra en aguas y sedimentos, una sustancia que tiene graves repercusiones ambientales, pese a que aún la inmensa mayoría de la sociedad no lo considera basura. Ruiz explicó: “Es difícil transmitir todo lo que hacemos, que es mucho, pero también en un asunto como éste estamos intentando que se aumente el control. Además, por fin tenemos una Ley de Residuos que va a mejorar la situación. Vamos despacio, a un ritmo que es desesperante, pero Libera permite aumentar la concienciación y divulgación en la sociedad  y una mayor sensibilización incitará a la Administración a hacer cada vez más”.

Precisamente, en esa línea está la parte del proyecto Aulas LIBERA, que el curso pasado implicó a más de 600 aulas nuevas de toda España; en total, otros 8.000 alumnos que en sus centros educativos aprenden los impactos que suponen los residuos que les rodean en el campo y los parques más cercanos en su ciudad.

Para el coordinador de Libera en SEO/BirdLife, Miguel Muñoz, gracias al proyecto, no sólo se elimina basura del medio ambiente, sino que se está logrando identificar los puntos negros en los que más se acumula, primer paso para conseguir su desaparición. “Mayormente son lugares donde se tiran escombros de obras y electrodomésticos, organizándose vertederos, porque son restos que tienen un efecto llamada: si se ven en un lugar, acaban tirándose más”, señalaba. Sobre los planes de cara al futuro, comentó que el objetivo es “completar la información viendo la evolución de la basura en determinados lugares a lo largo del tiempo, lo que requiere ir varias veces al año al mismo sitio para ver qué nos encontramos”. También tienen en cartera un proyecto para analizar el impacto de la basura en las aves.

La cuestión, como recordaba Muñoz, es que esa basura, sobre todo plástica, acaba en los océanos, engrosando las cifras de esos ocho millones de toneladas que anualmente desembocan en las aguas globales. Y si son colillas, contaminando cada una de ellas unos 50 litros.

Por su parte, la coordinadora en Ecoembes, Sara Güemes, recordaba que, por desgracia, “donde hay seres humanos hay basuraleza, pero parece que se ve una pequeña luz al final del túnel, porque pudiera estar disminuyendo la cantidad de residuos abandonados en España”. Güemes señaló que la responsabilidad de que exista es de toda la sociedad. “Desde Ecoembes estamos trabajando para que se conozca el problema en todos los ámbitos, desde el colegio a la universidad, pero está claro que la solución está en todos los sectores, desde la Unión Europea a las administraciones públicas, las empresas y los ciudadanos”.

En relación con las administraciones, la memoria de Libera destaca que en el año 2022, fueron 81 los nuevos municipios de toda España que se han unido al programa #MiPuebloSinBasuraleza, que cuenta ya con 531 en total. Formar parte, supone poner en valor su patrimonio natural y concienciar a sus vecinos y visitantes sobre el impacto que supone el abandono de residuos en sus entornos.

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