Burtynsky nos trae la despiadada explotación de los recursos de África
El prestigioso fotógrafo canadiense Edward Burtynsky, famoso por sus impactantes tomas cenitales de gran formato de paisajes industriales, está exponiendo en Madrid su serie ‘African Studies’, que explora la profunda transformación de los paisajes de ese continente por la voracidad extractivista de petróleo y recursos minerales. Es nuestro nuevo invitado en la serie sobre fotógrafos que son testigos de los grandes retos ecológicos que afronta la Humanidad en ‘El Asombrario Recicla’. Visita con nosotros esta imperdible exposición, abierta gratis en CentroCentro hasta el 1 de octubre.
“A veces, durante la realización de un trabajo, se producen momentos transformadores de la conciencia que penetran directamente en el núcleo del propio ser. Tal fue el caso mientras fotografiaba la serie Robo de petróleo crudo en el delta del Níger. Este conjunto de imágenes ocupa un capítulo aparte en el libro African Studies. Allí fue donde me había llevado finalmente mi investigación de décadas sobre el tema del petróleo, a un paisaje remoto parecido al infierno en la Tierra. El inhóspito resultado de la especulación empresarial, la pobreza, la ingenuidad y la piratería despiadada, aún más primario que las arenas y charcos empapados de petróleo abandonados de Bakú, o las trágicas escenas operísticas de los desguazadores de buques de Bangladesh, este corazón de las tinieblas del delta del Níger se cuenta fácilmente entre los paisajes más profundamente perturbadores y devastados jamás creados por la humanidad. Fue un lugar donde confluyeron varios temas permanentes en mi trayectoria profesional: la extracción, el agua, el petróleo y la deforestación. Es imposible describir la experiencia visceral de ser testigo de la evidencia de una destrucción ecológica tan rapaz. Asumir la experiencia de este paisaje fue un punto de inflexión importante en mi comprensión del grado en que, como especie, somos capaces de profanar nuestro planeta. Estos paisajes escapan por completo a la conciencia popular y, al encontrarlos y mostrarlos, he podido cumplir una de mis preocupaciones de siempre: enviar un mensaje potente sobre lo mal que estamos tratando nuestro precioso y finito planeta”.
El impacto de una de las fotografías de enorme formato de Edward Burtynsky expuestas en CentroCentro me llevó a su cartela correspondiente y a leer estas líneas escritas por el propio autor. Luego tuvimos la oportunidad de conocerlo en persona, pues ha venido a Madrid para recoger el premio PhotoEspaña 2023. Al natural, se mostró más reservado y críptico que en sus escritos y fotografías. Es lo que les sucede a muchos profesionales del arte, que lo mejor que tienen que decir lo dicen a través de sus obras, y no de sus explicaciones. Aun así, en la presentación de su trabajo African Studies en Madrid, Edwad Burtynsky nos desgranó alguna anécdota interesante y su manera de implicarse a veces en los dramas sociales y humanos que pasan por delante de los objetivos de sus cámaras. Como esta: “Mi interés como artista es ser testigo, mostrar lo que ocurre en el planeta, contar una historia colectiva, ayudar a que la gente sea consciente de que nuestra propia supervivencia está en juego, que necesitamos un cambio. Aun así, he tenido la oportunidad de involucrarme de una forma más cercana en algunas problemáticas. En el año 2000, realizando un trabajo en los astilleros de Bangladesh, me impactó sobremanera ver cómo esos obreros trabajaban sin gafas de seguridad. Así que el primer dinero que obtuve con ese trabajo lo destiné a comprarles gafas de seguridad, eran unos 2.000”.
La exposición en CentroCentro reúne una selección en grandísimo formato de 22 fotografías del proyecto African Studies, un extenso conjunto de obras creadas entre 2015 y 2019, centradas en el África Subsahariana –Kenia, Nigeria, Etiopía, Ghana, Senegal, Sudáfrica, Botsuana, Namibia, Madagascar y Tanzania–, con las que Burtynsky reflexiona sobre paisajes sometidos a una rápida expansión industrial y productiva.
“Sus imágenes presentan entornos moldeados por diversos procesos de extracción de recursos, desde las artesanales minas de zafiro de Madagascar y las salinas de Senegal hasta los paisajes residuales de la extracción industrial mecanizada. Junto a paisajes industrializados, el artista ofrece también imágenes del prístino entorno natural como recordatorio de su fragilidad y finitud, como la rica topografía escultórica de las montañas Tsaus, en Namibia; o el inalterado ecosistema del lago Logipi, en el valle del Rift (Kenia). Con este proyecto, el autor busca concienciar a la sociedad sobre el elevado coste que supone el crecimiento de nuestra civilización sin tener en cuenta prácticas sostenibles y sobre la necesidad de poner en marcha iniciativas gubernamentales organizadas a escala mundial, para proteger a las generaciones presentes y futuras de lo que está a punto de perderse para siempre”.
En su comparecencia ante los periodistas en Madrid, Burtynsky se explayó sobre su interés enfocado hacia China, no sólo por la vertiginosa evolución que está experimentando y que marca ritmos en el resto del mundo, sino también por su influencia más allá de sus fronteras, en África, concretamente, ya que en lo que llevamos de siglo XXI ha desembarcado con todo su poder, empresas, trabajadores y recursos económicos en este continente para convertirlo en despensa esencial de los recursos que precisa para su crecimiento. Y comentó que desde las sociedades africanas a menudo se les ha recibido con reticencia, primero porque llegaron con sus propios trabajadores, sin contratar personal autóctono, y segundo, por el apremio e incluso acoso que está ejerciendo ahora sobre los gobiernos africanos para que les devuelvan antes que a ningún otro país los préstamos concedidos años atrás.
Las obras de Burtynsky producen a menudo sensaciones contradictorias, pues en la forma exhiben una estética deslumbrante, pero a menudo el contenido es feroz, pues habla de destrucción de la naturaleza, de la más cruel e insensata voracidad extractivista. Sus fotografías, en su mayoría desde perspectivas aéreas, “suelen mostrar un aspecto frontal aplanado que transforma la imagen en campos de color de soberbia gradación o rotundas composiciones reticulares que recuerdan a la abstracción modernista”. “Presentadas a gran escala y con un irresistible nivel de detalle, sus superficies pictóricas y rasgos gestuales permiten entrever la confluencia de diseños naturales e infraestructuras humanas. La perpetua búsqueda de la abstracción en el paisaje por parte de Burtynsky alcanza un delicado equilibrio entre forma y contenido. Él describe este enfoque dualista como ‘mantener dos puertas abiertas’ para que el espectador se adentre en la obra, indagando un tema muy amplio y, al mismo tiempo, explorando la imagen como forma de expresión sensorial intuitiva”.
A las preguntas de los periodistas sobre cómo cree él que se puede detener semejante deriva destructiva del planeta, Burtynsky recalcó la necesidad de realizar una transición hacia tecnologías menos contaminantes, “electrificando nuestras vidas y abandonando el consumo de combustible fósiles”; eso sí, aclaró, seguramente sin dejar al margen a las grandes empresas energéticas, “sino contando con ellas en esa transición, dejándolas participar”, dado el poder que atesoran, y también pensando bien a la hora de votar, “para apoyar a los políticos que realmente están interesados por el bien común”.
Edward Burtynsky es considerado uno de los fotógrafos contemporáneos más destacados del mundo. Sus extraordinarias representaciones fotográficas de paisajes industriales globales representan más de 40 años de su dedicación a dar testimonio del impacto del ser humano en el planeta. Su obra forma parte de las colecciones de más de 80 museos en todo el mundo; entre otros, National Gallery de Canadá en Ottawa; Museum of Modern Art, Metropolitan Museum of Art y Guggenheim Museum en Nueva York; Tate Modern en Londres; Los Angeles County Museum of Art en California o el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía.
‘African Studies’ -organizada con el patrocinio de ACCIONA– se puede visitar en CentroCentro hasta el 1 de octubre, dentro de PhotoEspaña 2023 . Entrada gratuita.
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