Los actores y actrices negros no quieren solo papeles de inmigrantes, ladrones y prostitutas

La actriz Montse Pla, una de las impulsoras de la plataforma

La actriz Montse Pla, una de las impulsoras de la plataforma

La actriz Montse Pla, una de las impulsoras de la plataforma 'The Black View'

La actriz Montse Pla, una de las impulsoras de la plataforma ‘The Black View’.

Un buen grupo de actores y actrices negros se acaban de unir para decir basta, y pedir que no sólo les asignen papeles de inmigrantes o delincuentes con aspecto de poco amigos en las películas, series de televisión y obras teatrales en España. Se trata de normalizar y de mostrar a través de estos canales la natural diversidad de la sociedad española, cada vez más multiétnica, en la que ya hay periodistas, abogados, taxistas y médicos negros. Hablamos con Montse Pla, una de las impulsoras de la plataforma ‘The Black View’.

Si primero la lucha era para que el Rey Baltasar de las cabalgatas fuera un negro de verdad y no un hombre blanco pintado de negro -algo que ya parece asumido-, ahora la pelea es para que los negros y negras no representen sólo la falsedad de los papeles arquetípicos -el Rey Baltasar precisamente, o el inmigrante sin papeles que ejerce de mantero o de trabajador en los invernaderos de Almería, o la prostituta africana o cubana- en nuestro cine, teatro y televisión, sino que también tengan derecho como cualquier otro a acceder en los castings a papeles de médicos, enfermeros, profesores, abogados… Ese es, sobre todo, el punto de vista de The Black View. Ojo al indagar en Internet sobre ellos, porque con ese mismo nombre hay una famosa marca de móviles.

Nos lo cuenta Montse Pla, de 37 años, con ascendencia guineana y que fue adoptada en España con 9 años por la actriz Beatriz Carvajal, mujer por la que profesa absoluta admiración como madre y como actriz: «A mí en los castings casi siempre me piden acentos… Pon acento de cubana, de colombiana -que me sale fatal, es muy difícil, y no lo hago-, de árabe…, y yo no entiendo por qué no puede estar todo más normalizado y hacer de española-española, con acento de Castilla, que es lo que soy». Cuenta que en su caso lo tiene aún más complicado por los malditos estereotipos: «Me dicen que tengo una dicción española demasiado perfecta para hacer de extranjera. Y que soy demasiado negra para hacer de blanca, y demasiado blanca para hacer de negra». Le gustaría, en fin, que todo sucediera con la misma fluidez con que la adoptó su madre cuando acudió al colegio: «Cuando las monjas le avisaron de que tenían una niña que le podía ir bien, le advirtieron que yo era de color. Y con mucha retranca, mi madre sólo preguntó: ¿De qué color?».

Montse Pla es una mujer guapa y de expresivo rostro, casada con el también actor Víctor Clavijo, que subraya lo difícil que ve poder vivir dignamente de la profesión de actriz (recuerda esa terrorífica cifra que salió en la última gala de los Goya: que sólo el 8% de los actores y actrices registrados pueden vivir exclusivamente de esta profesión). A ella hasta ahora no le ha ido mal. En cine ha trabajado en películas como La Caja Kovak, de Daniel Monzón; en teatro ha hecho Diablillos Rojos, de Eduardo Galán, en la temporada 2015/16, junto a Beatriz Carvajal, y Razas, de David Mamet, entre 2010 y 2012, obra que planteaba el asunto del racismo en las más altas esferas de poder, papel que recuerda con mucho cariño porque es el que le permitió dejar el trabajo de dependienta en una tienda fina de decoración; y en televisión ha participado en el reparto de series como Policías («recuerdo bien que en mi primera escena tuve un padrino de oro, Jose María Pou»), Compañeros, Hospital Central, La que se Avecina, Amar en Tiempos Revueltos, y, la última, Seis Hermanas. Ahora su sueño pasa por entrar en algún musical. Y por darle fuerza y empaque a The Black View, la plataforma de reivindicación de los actores de color, «nos veíamos desamparados, deslavazados, y hablando hablando decidimos ponernos en movimiento». Lo que reclaman es que vean su color negro como una característica más, y no como la esencial, pues de ahí al racismo pocos pasos hay. Como apunta Montse Pla: «Anda que no me han dicho veces en las pruebas: ay, es que eres negra… Y yo digo: bueno, ¿y qué? Tenemos que empezar a normalizarlo, ¿no?». «Yo creo que ha llegado el momento; se lo debemos a toda una generación perdida de intérpretes que lucharon y lucharon en balde; yo creo que nosotros ahora estamos en mejor posición, la sociedad ha avanzado, y no podemos permitirnos seguir cada uno por nuestro lado sin decir nada. Queremos hacernos más visibles entre las productoras, la prensa, la sociedad».

La actriz Montse Pla.

La actriz Montse Pla.

Esta iniciativa ha sido puesta en marcha por profesionales del cine, el teatro y la televisión como el actor Armando Buika, hermano de la cantante Buika; el director Santiago Zannou (su padre es de Benin), director de El truco del manco, película por la que ganó el Goya a mejor dirección novel, y de Alacrán enamorado, y que, por cierto, este mismo mes se ha convertido en el primer afrodescendiente en subir al escenario de los Goya a entregar un premio; Boré Buika, conocido por sus trabajos en las series Los secretos de Puente Viejo y Mar de plástico; Emilio Buale, único actor negro nominado a los premios Goya, por su papel protagonista en Bwana, de Imanol Uribe, o Malcolm Sitté, que ha trabajado en televisión en series como El chiringuito de Pepe.

Saben que no van a llegar a la fuerza que tienen los profesionales afroamericanos en Hollywood, capaces de montar un buen escándalo con boicoteos cuando en las candidaturas a los Oscar no está representada suficientemente su raza (la campaña #OscarsSoWhite -Oscar muy blancos- montada en redes sociales el año pasado; este año, con Moonlight podemos decir que se han desquitado), pero también saben lo importante de unirse, dar visibilidad al problema y avanzar.

Seguimos hablando con Montse Pla (su verdadero nombre desde que nació es María Montserrat Pla), que bien podría hacer de catalana-catalana de ocho apellidos; se ríe, y añade: «Además, soy moreneta»: «Yo la primera vez que vi a mi madre como actriz fue caracterizada de Lola Flores, y eso me impresionó. Vivía como un juego eso de que mi madre de repente se convirtiera en otros personajes que no parecían ella. Yo siempre tuve una vertiente muy payasa. Con 11 o 12 años hacía mis pinitos en televisión, en programas de Teresa Rabal y en otro, que se llamaba No te lo pierdas, con Enrique Simón y Leticia Sabater. Pero ya te digo que lo veía como un juego. Ya con 16-17 años decidí que quería que ésta fuera mi profesión. Como mi madre sabía lo duro que es esto, que un año trabajas y luego igual te pasas otro año sin hacer nada, me insistió en que tenía que tener otra formación, y estudié Imagen y Sonido. Y creo que eso me ayuda a tener una visión más integral de mi trabajo, de todo lo que hay detrás. Pero, caramba, qué duro es salir adelante en esto. Y más si eres mujer y negra».

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Comentarios

  • Daniela

    Por Daniela, el 21 febrero 2017

    A ver si España empieza a afrontar de una buena vez el problema racial que hay en este país

    • Antonio

      Por Antonio, el 21 febrero 2017

      Que el mundo entero tiene ese problema,transmitido de norte a sur.Una pandemia que regaron por el mundo los colonizadores europeos.

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