Aire Libre Julio: Camaleones en Cádiz y playas y jardines en Asturias
El camaleón protagoniza en gran parte este Aire Libre de julio, tanto por su presencia ahora activa entre pinares y humedales de la costa andaluza, como por algunos de los enclaves gaditanos donde habita, en los que nos quedaremos a observar estrellas y catar variedades de tomates autóctonos. A continuación os propongo dos destinos con mucha agua, tanto de interior, en Chelva (Valencia), como costera, en Luarca (Asturias), y con remates en forma de masajes y pasteles, respectivamente. Y para finalizar nos vamos a dos eventos festivos con tintes rurales, la II Feria del Tratante de Maranchón (Guadalajara) y el Saltamontes Festival en Torralba de Ribota (Zaragoza), que tienen la misma intención: revitalizar la ‘España desatendida’ con cultura y recuperación del patrimonio.
A veces no nos damos cuenta de la belleza y la valía de la fauna salvaje que hay en España hasta que te topas con ella y la admiras. Esto ocurre con el camaleón común. Solo lo he visto una vez en libertad, y sin querer, entre pinos y lentiscos del Paraje Natural Enebrales de Punta Umbría, en Huelva. Fue suficiente para dejarme embelesado con su anatomía única: ojos independientes capaces de girar cada uno por su cuenta hasta 180º, una prominente cabeza rematada en cresta que le da aires de dinosaurio y un discurrir pausado, parsimonioso, que casi te hace salir en su ayuda para que no se caiga, hasta que ves que sus dedos en forma de pinzas y su cola prensil se aferran a la rama más delgada y frágil. Y eso que no le vi cambiar de color ni utilizar su lengua retráctil para capturar algún invertebrado despistado.
Esta maravilla de la naturaleza la tenemos en España, confinada en la costa andaluza –y acogotada entre playas, urbanizaciones y carreteras– y con poblaciones catalogadas como vulnerables en Cádiz y Huelva. Por eso no os voy a dar muchas pistas sobre dónde encontrarlo en libertad. Sé que quienes me leéis por aquí no sois de acercaros a cinco centímetros del camaleón para hacerle una foto y fardar con ella en redes sociales, pero, por si acaso, prefiero que localicéis primero centros y lugares donde os orienten o guíen. Por ejemplo, el Jardín Botánico de San Fernando, en Cádiz, donde desde hace unas décadas habita una población sobre la que os informan en el mismo centro.
Camaleón en Almería, Huelva y Cádiz
Casi en la punta oriental de su distribución, en el Parque Natural del Cabo de Gata, y en concreto en otro jardín botánico, el Albardinal, en Rodalquilar, hay otra población, que en el último censo ha deparado 35 camaleones, 9 adultos y 26 juveniles. En la provincia de Huelva, aparte del Paraje Natural Enebrales de Punta Umbría, hay otra opción de acercarse a nuestro protagonista a través de la Ruta del Camaleón, un sendero señalizado que une Isla Cristina con Islantilla. Pasa por el coqueto centro de visitantes Casita Azul –abierto de martes a sábado por las mañanas– y concluye en el parque de El Camaleón: En este parque organizan en verano talleres ambientales para familias, incluido, los días 20 de julio y 10 de agosto, uno que se presenta como “censo infantil de camaleones”.
Regresamos a Cádiz, porque el centro de interpretación de la Naturaleza y el Litoral de Chipiona lleva el nombre de El Camaleón. De nuevo un lugar de referencia desde el que acercarnos con conocimiento y responsabilidad hasta este reptil. Y una última pista con un añadido singular, desde el punto de información del Parque Natural de la Breña y Marismas del Barbate organizan a lo largo del verano diversas rutas, algunas de ellas para localizar a nuestro protagonista.
Entre estrellas y tomates
Ya que estamos de noche por la costa gaditana, aquí nos quedamos, aunque algo más al oeste, en la Bahía de Cádiz. El centro de visitantes de este espacio natural organiza el 8 y 9 de julio, a partir de las 20.00 h., una jornada de observación del cielo nocturno que incluye una sesión teórica y otra práctica. Una semana antes, el 2 de julio –también a las 20.00–, estamos a tiempo de apuntarnos a una cata de variedades de tomates ecológicos que incluye ponencia, bebida y montadito. Sin salir de la bahía, en el Parque Metropolitano Marisma de los Toruños y Pinar de la Algaida también organizan talleres de astronomía durante el mes de julio.
Agua y masajes en Valencia
Aparte de la noche, el agua es otro elemento que nos ayuda a sobrellevar los calores veraniegos. Mis dos siguientes propuestas viajeras la tienen muy en cuenta. Una de ellas parte de Chelva, un hermoso pueblo de la comarca de Los Serranos –o Serranía o Alto Turia–, en el interior de la provincia de Valencia. Es de esos lugares en los que tienes la oportunidad de vivir grandes experiencias en cortas distancias. Por ejemplo, hay que recorrer sus barrios judío, cristiano, andalusí y mudéjar en busca, entre otros hitos, de sus antiguos lavaderos y sus fuentes.
Seguimos en Chelva, y os planteo ahora un recorrido circular hasta el cercano pueblo de Calles, con un barrio morisco de lujo, y desde allí al acueducto romano de Peña Cortada, con remojones para refrescarnos en el río Tuéjar y en las fuentes del barranco del Remedio. Pero sobre todo, en Chelva coged las coordenadas de Consuelo Zacarés. Aparte de elaborar productos de cosmética natural con plantas locales, organiza rutas para conocer a estas últimas –el 2 de julio tiene una–, y otras a demanda por la Ruta del Agua, que llega hasta la presa de Olinches atravesando un pasadizo cavado en la roca. Para nota (alta) queda que la misma Consuelo nos dé un masaje final tras alguna de estas caminatas.
Un jardín botánico sobre la costa asturiana
Acompañadme ahora entre más agua, la del mar, y en una villa de raigambre pesquera, que por su albura no parece de la costa asturiana, sino una prolongación de Chelva y de sus barrios más históricos. Luarca es la principal puerta al mar del concejo de Valdés y la cuna de nuestro premio nobel de Medicina Severo Ochoa. Pero estamos aquí para perdernos, primero, por la Reserva Natural Parcial de Barayo, que limita con el concejo de Navia. Es de esas playas que encajan a la perfección en la mezcla de naturaleza (marismas y dunas) y playa, al formar parte de la desembocadura del río Barayo y estar flanqueada por los imponentes acantilados de punta La Vaquina y punta de Arnao –o Romanellias, o Cuernos de Vigo–.
Por supuesto, merece hacer a pie los nueve kilómetros que separan Luarca de Barayo para disfrutar de otras playas, como las de Sayago, Otur, Tourán, Las Salinas y Segunda de Luarca, y para, desde esta última, acceder al Bosque Jardín de la Fonte Baxa. Es un jardín botánico privado espectacular –recomendable la visita guiada– por su ubicación –en terrazas sobre una acantilado–, por su colección y disposición de especies y por sus dimensiones –20 hectáreas–. Algo más lejano a pie (14 kilómetros) queda otro hito paisajístico de la zona, el faro y cabo Busto, impresionante atalaya frente al Cantábrico al que se llega entre las típicas brañas vaqueiras asturianas.
Antes de llegar al faro hay que hacer una parada indispensable en la pastelería Cabo Busto. Trabajan mejor por encargo, pero por estas fechas veraniegas, de martes a domingo, seguro que pillamos en algún momento por allí a Jonathan González, maestro pastelero, y nos prepara una cajita con pasteles de limón y almendra, de requesón y melocotón, de queso y cerezas, profiterol de fresas con nata… y atención a la crema de untar de avellana, naranja y nuez moscada. Y, como dice él, “con el azúcar justa, que la glucosa ya la ponen los frutos locales que empleamos”. ¿Que lo queremos rematar? Pues a dormir en el coqueto hotel rural de Joaquina Ovalle, la madre de Jonathan, que está al lado.
Festival Saltamontes, arte y medio rural
Para culminar este periplo peninsular volvemos hacia el interior. Primero recalamos en Torralba de Ribolta (Zaragoza), donde se asienta el proyecto Pueblos en Arte, plataforma cultural que conecta el arte con el medio rural, generando nuevas ideas y desarrollo para este último. Entre el 15 y el 16 de julio celebran el festival Saltamontes, excelente ocasión para comprobar toda la actividad en torno a este movimiento artístico-rural, donde el arte y el entorno se fusionan a través del teatro, la danza, exposiciones, circo, música o poesía.
La última parada la tenemos en Maranchón (Guadalajara). Aquí tendrá lugar la II Feria del Tratante el 9 y 10 de julio, que recrea con escenarios y trajes típicos las antiguas ferias de compra-venta de mulas. Visitas culturales, exposiciones, degustaciones de productos típicos y talleres, entre otras actividades, jalonan el programa de la feria.
Comentarios
Por Carlos Mateo Ramirez, el 01 julio 2022
Cada vez son más necesarios artículos como los tuyos.
Un placer leerlos.
Por Javier Rico, el 04 julio 2022
Muchas gracias Carlos. Un placer leer también comentarios tan cariñosos como el tuyo.