Aire Libre Primavera: Paisajes de colza, etnobotánica y ‘slow food’
En España la colza tiene muy mala fama por culpa de la intoxicación a partir de una partida de aceite desnaturalizado derivado de esta oleaginosa que afectó en 1981 a decenas de miles de personas (muchas de las cuales murieron). Sin embargo, esta triste historia de lucro económico a costa de la salud de las personas no debe oscurecer uno de los paisajes más bonitos que se vive principalmente en la meseta norte castellana a principios de abril: los cultivos encendidos de amarillo gracias a la flor de la colza. Hay muchas más flores y plantas en este ‘Aire Libre de Primavera’, incluidos cursos y biomaratones; también gastronomía y patrimonio industrial asociado al paisaje.
Estamos en el adarve de la muralla de la bella Villa del Libro: el pueblo de Urueña, en Valladolid. Desde él, hacia el sur, se domina un vasto paisaje. Con la mirada puesta en el arte, en la ermita de estilo románico-lombardo catalán de La Anunciada, aún se ven algunas amapolas y margaritas en flor que ensalzan la figura de este templo. Más al oeste, lo que retiene la mirada son las extensiones de cultivos de colza en plena floración. Un amarillo intenso, nítido, que contrasta con el ocre de los barbechos y el verde de los cereales con los que forma mosaicos de cultivos. Tan llamativo es que existe incluso un “amarillo colza” entre las cartas de colores o fichas Pantone.
Valladolid es la provincia española con mayor superficie cultivada de colza, y como hace tiempo que no paso por Urueña en primavera y tengo miedo a que los adelantos de la floración provocados por el cambio climático afecten también a esta oleaginosa, quiero cerciorarme. Para ello echo mano de un reciente (julio de 2023) y excelente trabajo de fin de máster en Ingeniería Agronómica sobre el cultivo de colza en Valladolid de una alumna de la Universidad Politécnica de Madrid, Mercedes Cobo. Allí encuentro la siguiente frase: “Se ha estimado que la fecha de floración de la colza en Valladolid se encuentra entre el 16 y el 30 de abril”. Buena pista, incluso para acercarse a campos de dos provincias cercanas, Zamora y Burgos, donde también se observa este estallido del “amarillo colza”.
Lógicamente, ya nos quedamos en Urueña. Nos sirve de guía un artículo de Laura Cruz de 2019 en El Asombrario donde destaca lo esencial a no perderse de esta villa cultural: sus librerías, sus calles, la muralla, el Centro e-LEA Miguel Delibes, el museo de las Campanas, el de la Música de Luis Delgado o el Centro Etnográfico Joaquín Díaz. Fruto de mi experiencia recomiendo la visita a la primera librería que abrió aquí, que además tiene nombre de ave, El Alcaraván, y un restaurante con decoración y comida exquisitas: La Real.
Etnobotánica avanzada y flora carpetana
Para superar, o al menos igualar, el nivel que deja Urueña nos quedamos con las flores y las plantas y dos cursos que organiza Ecotono. Con uno de ellos no salimos de Castilla y León, en concreto de Cervera de Pisuerga, en Palencia. El curso de etnobotánica avanzada en el Parque Natural de la Montaña Palentina, ideal para empaparse de la relación entre la cultura humana (sabiduría popular, medicina, artesanía, lengua, cosmética…) y las plantas, tendrá lugar del 14 al 16 de junio y lo imparte un gran conocedor de la materia, Emilio Blanco, etnobotánico con 40 años de experiencia en este campo. Otra recomendación personal para ampliar la visita a estas tierras: buscar las fuentes del río Pisuerga desde Santa María de Redondo.
El otro curso de Ecotono es sobre la flora del encinar carpetano, el 20 de abril. Este tendrá como escenario el Parque Regional de la Cuenca Alta del Manzanares, en la Comunidad de Madrid, y lo imparte otro guía de nivel, José Ramón Gómez, profesor de Botánica Ornamental y Geobotánica en la universidad Rey Juan Carlos y uno de los autores que más me enamora cuando habla y escribe sobre las plantas más ruderales y espontáneas que crecen en aceras, descampados y escombreras.
Biomaratón “fascinado”
Con el gusanillo de la flora ya metido en el cuerpo hay que seguir alimentándolo esta primavera con el Biomaratón de Flora, que tiene lugar en torno al Día Internacional de la Fascinación por las Plantas, el 18 de mayo. “Del 16 al 19 de mayo puedes participar como tú quieras, dónde tú quieras y el tiempo que quieras; uniéndote a cualquiera de las actividades propuestas desde la organización del Biomaratón o por las instituciones participantes, o individualmente, subiendo fotografías de plantas de tu entorno tomadas con tu cámara o teléfono móvil a la aplicación iNaturalist”. Así explican cómo participar en esta iniciativa de ciencia ciudadana.
Al cierre de este artículo había ya más de 80 actividades programadas entre las fechas mencionadas, repartidas por 14 comunidades autónomas. Hay talleres, visitas guiadas, senderismo, exposiciones, concursos, conferencias… Entre tan amplia oferta me quedo en Navarra. Por dos motivos: por los itinerarios botánicos que organizan Terrabiota y Muérdago el 18 de mayo por Peña Abarzón y las Bardenas Reales y porque semanas antes, del 26 al 29 de abril, Terrabiota también participa en el evento Biomaratón City Nature Challenge en Pamplona para salir en busca de la biodiversidad urbana. Adelanto que las zonas verdes pegadas al río Arga, además de los parques de La Taconera y Yamaguchi, dan mucho juego naturalístico.
Geolodía entre minas y desfiladeros
Nos quedamos en el norte peninsular y nos movemos hacia el oeste para llegar a Asturias. De nuevo podría mencionar todos o algunos del medio centenar de eventos asociados a la celebración del Geolodía 2024 (11 y 12 de mayo), pero me quedo con uno que me llama mucho la atención por lo que tiene de puesta en valor del patrimonio industrial. Repartidos por toda España hay restos y ruinas de fábricas, minas, hornos, silos, puentes, poblados y otras construcciones asociadas a muy variadas industrias. Algunas de ellas han acabado integradas en el paisaje natural.
“Buscando cobre a los pies de los Picos de Europa”. Así se denomina la actividad enmarcada en el Geolodía que organizan conjuntamente el 12 de mayo la facultad de Geología de la Universidad de Oviedo y el Ayuntamiento de Cabrales. El destino será la mina Delfina, activa hasta 1958 en la extracción de cobre. Hoy sus restos más sobresalientes (castillete, cargadero y tolvas) están rodeados de vegetación de esta antesala septentrional de los Picos de Europa y nada mejor que rememorar su pasado con personas expertas que nos guíen. También aquí lanzo mi recomendación cercana, asociada además a otro hito geológico: el desfiladero Las Estazadas, formado por el río Hil Casañu.
Alimentos buenos, justos y limpios
Para finalizar volvemos a Madrid, a las rutas agroturísticas de la Fundación Vida Sostenible, que se presentan de forma muy elocuente: “Este proyecto quiere responder a la necesidad de información de las personas que desean adquirir alimentos buenos, justos y limpios, tal como promueve el movimiento Slow Food. Buenos por ricos, justos con conciencia del pago justo a las personas que los producen y limpios sin añadidos que perjudiquen la salud de las personas y los ecosistemas”.
Con esta presentación, queda todo listo para ir el 14 de abril a la granja Suerte Ampanera de lácteos ecológicos de cabra en Colmenar Viejo; el 27 de abril toca De la huerta a tu casa: Nuestras Huertas, en Bustarviejo; el 12 de mayo se desvelarán Los secretos de Granja Prados Montes, en Montejo de la Sierra; el 25 de mayo el protagonismo es para la huerta ecológica Ecodebio, en el Parque Agroecológico Soto del Grillo de Rivas Vaciamadrid; y, por último, el 8 de junio habrá Autocosecha de fresas en Monjarama, en San Sebastián de los Reyes. Hay que espabilar, porque la primera cita ya tiene lista de espera y las otras, con menús tan naturales, se llenarán pronto.
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