Aire Libre Verano: navegar entre delfines y festivales muy rurales

Excursiones de avistamiento de cetáceos. Foto: www.rutasdetierraymar.com/

Navegar durante varios días a bordo de una goleta para contemplar delfines, cachalotes y tortugas marinas es una de las propuestas de un verano que no olvidan a animales más pequeños. El papamoscas cerrojillo es una bella ave de colores blancos y negros que pasa el verano entre nuestros bosques más frondosos y que hace más atractivo los paseos entre robledales y hayedos. Sin salir de los árboles, Arbola se convierte en toda una experiencia de arte, ciencia y naturaleza que permite, entre otras iniciativas, sumergirte en un “baño de arte en el bosque”. También hay tojos y brezos floridos en esta invitación al aire libre veraniego, y las perseidas de agosto, la berrea de septiembre y festivales muy rurales y naturales, como Viña y Obra, Vagamundos y Saltamontes.

En mi condición de pajarero empedernido me vais a permitir que comience con el papamoscas cerrojillo. Papamoscas por lo de su predilección gastronómica hacia moscas y mosquitos, y cerrojillo por la estrofa repetitiva de su canto, que recuerda el deslizarse de los cerrojos antiguos. La librea blanca y negra de los machos contrasta de forma destacada entre el follaje verde de muchos bosques, sobre todo de media montaña, durante su estancia veraniega en la península Ibérica. A las personas no iniciadas es posible que la hembra, más parda y gris, les pase por un gorrión más. Para salvar esta confusión hay que fijarse en su pico fino y la técnica de caza, con un inquieto ir y venir entre las ramas bajas de los árboles y el suelo para cazar insectos voladores.

Lo acabo de ver hace unos días entre los robledales de roble melojo, también llamado rebollo, de la Reserva de la Biosfera Sierra del Rincón, en Madrid, y más concretamente en La Hiruela. Este pueblo, por sí solo y su entorno directo (huertos, colmenar, molino…), bien merece una visita reposada, pero gana todavía más enteros si se realizan algunas de las rutas señalizadas que entran y salen de robledales. La denominada De molino a molino suele ser la más concurrida y conviene planteársela para un día fuera del fin de semana. Hay otra, la de la dehesa, que pasa por una antigua carbonera y está menos frecuentada, que aloja una buena población de papamoscas cerrojillos, además de pinzones, petirrojos, carboneros, herrerillos, cucos…

Goleta, delfines y buceo

Pasamos de los 15 gramos del papamoscas cerrojillo a las 50 toneladas del cachalote. Este mamífero marino es uno de los varios que se pueden ver en el arco que forma el golfo o bahía de Mazarrón, entre los cabos Tiñoso y Cope, y a veces desde tierra firme. Pero, claro, ¿quién se queda en la costa cuando te proponen lo siguiente?: “Queremos ofreceros la oportunidad de ir más allá y vivir en el mar, en una goleta de madera, de recorrer la costa de Mazarrón durante varios días, durmiendo fondeados en calas y rincones singulares”. La propuesta, para agosto, es de Ecotono, e invita a disfrutar de un viaje de avistamiento y seguimiento de cetáceos “colaborando en las maniobras e izado de velas y participando en las guardias de avistamiento y las labores que demande la travesía”.

Se trata de una semana veraniega de inmersión total en el mundo de los cetáceos que comparten con una empresa con solera en este tipo de turismo de naturaleza: Cetáceos y Navegación . Hasta el 17 de septiembre organizan salidas de un fin de semana o una semana en las que, con suerte, se observan tres especies de delfines (común, mular y listado), dos de calderones (gris y común), cachalote y rorcual común. Por supuesto que si se ven tortugas y aves marinas, como la tortuga boba, la gaviota de Audouin y la pardela cenicienta, también se advertirá de ello e incluso habrá tiempo para bañarse y practicar paddle surf y buceo.

El tojo que siempre florece

Ya que estamos de extremos, nos desplazamos mil kilómetros de punta a punta de la península, de Mazarrón al Parque Natural Baixa Limia-Serra do Xurés, al sur de Ourense. La culpa la tiene el tojo (toxo en gallego), pero también el brezo (carroucha o queiroga) y la retama (xesta), plantas arbustivas que florecen en verano y que engalanan las rutas por muchos lugares de Galicia. Elijo esta zona fronteriza con Portugal, que de hecho forma parte de la Reserva de la Biosfera Transfronteriza Gerês-Xurés, por la atractiva combinación de una calzada romana (Vía Nova) y los restos arqueológicos asociados a ella, el patrimonio cultural gallego entre petos de ánimas y cruceiros, las sendas entre ríos y molinos y, por supuesto, los montes cubiertos por el amarillo de los tojos.

Para disfrutar de esta planta y otras asociadas al monte bajo, recomiendo subir hasta el mirador de Olelas con vistas al río Castro Laboreiro. Hay que perderse entre las sendas de estas alturas y no asustarse con la presencia de una vaca de prominentes y curvados cuernos afilados, la cachena, que a veces descansa entre las matas de tojo.

Tampoco hay que perder la pista a Toxo Travel. “Uno de los muchos dichos populares en torno al tojo dice que los amantes juraban amarse mientras estuviera en flor, que era como desearse amor eterno, ya que en nuestra tierra hay cuatro variedades de esta planta y rara es la época del año que no saca su flor, que llamamos chorima”, nos cuentan desde Toxo Travel. Dicen que no bajan hasta Baixa Limia-Serra do Xurés, pero que en cualquiera de los recorridos por la Costa da Morte, Ribeira Sacra o Rías Baixas hay espacio para ver y hablar sobre el tojo.

Foto cedida por Viña y Obra, jornadas de artes y vino en Cangas del Narcea.

Festivales entre viñas y árboles

Vamos a movernos de oeste a este por el norte para ir de festival en festival, todos muy rurales y veraniegos. Comenzamos en Courias, una parroquia de Cangas del Narcea, en Asturias, donde se celebra Viña y Obra. Jornadas de las Artes y el Vino, del 23 al 25 de junio. Literatura, música, artes plásticas, arqueología y danza tendrán como sede principal el Parador Nacional de Courias, un antiguo monasterio declarado monumento histórico-artístico, pero también las viñas y el entorno de la denominación de origen protegida Vino de Cangas.

Algo más al este nos espera Arbola, un proyecto itinerante que desde abril a julio reparte propuestas de comunión entre los árboles, las artes y la ciencia por localidades de Euskadi, Navarra y La Rioja. El 24 de junio en Zandueta, Valle de Arce (Navarra), nos esperan, entre otras, dos sesiones de baños de arte en el bosque para “redescubrir el bosque desde los sentidos, mirándolo como un ser sintiente que nos escucha caminar, nos huele, nos siente, al igual que nosotres lo sentimos, lo vemos, lo olemos…”. El 1 de julio Arbola se traslada a Unzué (Navarra) con Luciana Croatto y su Tentativas de convertirse en árbol a través de la danza. El 15 de julio llega a Villar de Enciso (La Rioja), donde se ubica el Centro Coreográfico Rural, de la mano de tres artistas de relevancia dentro del arte y la naturaleza: Lucía Loren, Cecylia Malik y Marina Guzzo.

Un ejemplar de Papamoscas cerrojillo. Foto: Javier Rico.

Saltamontes, Vagamundos, liternatura, berrea, perseidas

Un pueblo de Zaragoza (Torralba de Ribota) y otro de Huesca (La Puebla de Fontova) son los destinos siguientes. En el primero, del 30 de junio al 2 de julio tendrá lugar una nueva edición del festival Saltamontes, donde lo mismo se participa en un taller de ganchillo o de encordado de cuerdas que en un paseo guiado por el pueblo o se disfruta entre la oferta culinaria, musical y teatral.

En el Molino Centenera de La Puebla de Fantova se celebra del 3 al 5 de agosto Vagamundos Festival con el subtítulo de “cine rural de viajes y aventuras contado al oído”. Aparte de disfrutar de los valles y bosques del pre-pirineo oscense y de la proyección de películas como As bestas y Las ocho montañas, hay que prestar atención a los talleres, incluido el que imparte Carlos de Hita sobre paisajes sonoros.

Además de otros clásicos veraniegos como Siberiana (Festival de Liternatura de Tamurejo, Badajoz), del 23 al 24 de junio; la floración de la lavanda en Brihuega, Guadalajara, a mediados de julio; la lluvia de perseidas o lágrimas de San Lorenzo, con su punto culminante entre el 11 y el 13 de agosto; y la berrea del ciervo entre el bosque y el monte mediterráneo ya bien entrado septiembre; no nos olvidamos de la programación de Ciencia al Fresquito. Un nuevo año la Fundación Descubre nos invita a vivir momentos tan atractivos como el denominado Quédate helado con… nuestros experimentos, el 28 de junio en Córdoba, o con Las mariposas de mi parque, el 30 de junio en Monachil, Granada.

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