‘El Arca de Noé fotográfica’: 35.000 retratos de animales

El fotógrafo Joel Sartore fotografía en un estudio portátil a un lagarto de volantes para su proyecto PhotoArk. Foto: Douglas Gimesy.

“Nuestra esperanza es que, al mirar a estos animales a los ojos, nos  sintamos inspirados para protegerlos mientras aún estemos a tiempo”. Esta opinión del fotógrafo estadounidense Joel Sartore podría ser el resumen de la nueva exposición de su trabajo organizada por ‘National Geographic’ en Madrid. La muestra está basada en su proyecto ‘Photo Ark’: un archivo de 35.000 instantáneas que retratan a 13.000 especies, resultado de 20 años de trabajo. Algunas de las especies ya han desaparecido y otras están en alto riesgo de extinción. Actualmente, el fotógrafo pretende llegar a 20.000 especies fotografiadas en los próximos 10 años. “Ojala hubiera empezado mucho antes”, ha expresado.

“Con este archivo Sartore pretende llamar la atención de las generaciones presentes y futuras ante la amenaza de extinción que se cierne sobre algunas especies y la necesidad de protección del medio ambiente y su biodiversidad”, destacó Jaime Rojo, fotógrafo, explorador de National Geographic y embajador de esta exposición, durante su presentación hace unos días. “Photo Ark es sin duda alguna uno de los proyectos de fotografía y conservación más ambiciosos de la última década. Un arca de Noé visual que nos recuerda que somos solo una especie más en este increíble planeta”, añadió Jaime Rojo.

Sartore comenzó Photo Ark en su ciudad natal, Lincoln, Nebraska, en 1995. Desde entonces, ha visitado 40 países en su esfuerzo por crear este archivo fotográfico de biodiversidad global. Desde que empezó el proyecto cree que entre 10 o 12 especies se han extinguido, sobre todo pequeños animales, como ranas. En 2017, la muerte de la rana Toughie supuso el fin de su especie. La muerte de esta rana arbórea es una advertencia sobre otras extinciones, según el fotógrafo que retrató al animal para su proyecto. “Toughie, la última rana de la especie Ecnomiohyla rabborum en el mundo, es un símbolo de la crisis de la extinción. La rana murió en el jardín botánico de Atlanta. La edad del animal era desconocida, pero se sabe que tenía al menos 12 años y es probable que fuera mayor, ya que era adulta cuando la recogieron en 2005”.

Lamentablemente, las extinciones actuales, no como las del pasado por sucesos catastróficos, y la actual crisis de la biodiversidad residen en nuestra forma de interactuar con la naturaleza, conservándola, cuidándola o destruyéndola. “Lo que conmueve a la gente es el contacto visual”, afirma Sartore, refiriéndose a las expresiones de los animales. “Transmiten… un sentimiento de compasión y un deseo de ayudar”. Para él todas las especies son igualmente importantes: el tigre no es más que el escarabajo tigre; el elefante no es más que la tortuga de pantano, y así sucesivamente. “Un mundo lleno de animales adorables como leones, koalas y osos panda,  los que más suelen gustar al público, sería ciertamente precioso, pero hemos de salvar la biodiversidad en su conjunto, y eso incluye insectos, serpientes y demás organismos por los que no sentimos tanto aprecio”.

Rana de ojos rojos, ‘Agalychnis callidryas’. Una de las especies fotografiadas por Joel Sartore.

La singularidad de Photo Ark tiene mucho que ver con el estilo elegido por Sartore a la hora de inmortalizar a sus modelos. Cada animal posa ante la cámara con la naturalidad y la actitud de un retrato auténticamente humano. Gracias al uso de esos fondos neutros, sobre todo blanco o negro, Sartore consigue que el objetivo de su cámara capte a cada uno de sus modelos de forma especial, dotándolos de personalidad. “Esa mirada directa nos permite ver la belleza, la gracia y la inteligencia que hay detrás de cada uno de estos animales, desde primates a insectos, pasando por grandes felinos, reptiles y otras muchas especies con las que compartimos existencia en este planeta”, ha comentado el fotógrafo sobre su técnica, cuyo resultado son retratos que no sólo son increíblemente bellos, sino íntimos y conmovedores.

El trabajo que Sartore ha realizado durante su trayectoria le ha permitido entender que el lenguaje de la fotografía consigue una conexión particular con el mundo animal. “El uso de fondos neutros y sin escala de referencia hace que un elefante o un bisonte tengan más o menos el mismo peso que una polilla o un conejo. Eso es importante porque, en ocasiones, en la conservación de la biodiversidad damos prioridad a las especies carismáticas como el oso panda o el orangután, pero las que se están extinguiendo a gran velocidad son las pequeñas”, recordó Jaime Rojo.

Sartore escribía en National Geografic: “La mayoría de los animales con los que compartimos el planeta no son tigres, gorilas, osos polares o jirafas. Son cosas pequeñas, como los topos, los gusanos, las salamandras y las tortugas. Son animales que hacen girar el mundo, y con este proceso de retrato, damos a todas las especies la misma voz”.

Siempre hay animales más fáciles de fotografiar que otros: “Los más difíciles han sido los chimpancés y entre los más grandes, sin lugar a dudas, el elefante africano. Paciencia hay que tener con “las hormigas, que no paran de moverse”, recuerda Sartore.

“Empecé a fotografiar de esta manera después de pasar un año cuidando a mi mujer con cáncer; pensé que los reportajes en revistas aparecen y desaparecen, así que ideé fotografiarlos para que durasen y permitir concentrarnos en sus expresiones”, comenta en uno de los vídeos de la exposición.

Vista de la exposición de Joel Sartore en Madrid.

No es la primera vez que Sartore expone parte de su fondo fotográfico en España. Dentro de nuestra fauna le emocionó fotografiar al lince ibérico, pero también a la liebre ibérica. En España, adonde ha venido en varias ocasiones, ha tenido también ocasión de fotografiar a especies como el oso pardo, ahora mismo bajo protección por la amenaza de extinción que se cierne sobre todas ellas, y que vemos integradas en la muestra de la Movistar Store.

El fotógrafo no es crítico con los zoológicos, si estos se convierten en un sitio de investigación y de conservación de las especies y si desarrollan una labor educativa, ya que permiten el conocimiento de los animales en el ámbito urbano. Además, son fuente fotográfica para él, cuyo proyecto también se nutre de las 12.000 especies en cautividad que hay en el mundo, antes de que desaparezcan y así inspirar a millones de personas para que se preocupen por ellas.

Hay más de 300 especies de palomas en el mundo, muchas de ellas bellísimas. “Son las aves más olvidadas del mundo”. Así que el objetivo de Sartore es seguir haciendo fotos hasta que consiga incorporar a su archivo el mayor número de especies posibles, especialmente aquellas en mayor peligro de extinción. “Me gustaría que la gente se preocupara, se enamorara y actuara”.

La muestra podrá visitarse de manera gratuita en la ‘flagship’ de MoviStar en Gran Vía, 28, Madrid. Hasta el 2 de mayo.

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