Arnau Griso, hagamos una ‘revolución bananera’ de buen rollo musical

El dúo Arnau Griso.

El dúo Arnau Griso.

Sensación de éxito, aceptación popular, complicidad con la realidad en la que viven, un mundo particular, una visión positiva pero con cierta conciencia e incluso inteligencia, así es el mundo musical de Arnau Griso, el dúo formado por Arnau Blanch (voz) y Eric Griso (guitarra), pareja artística que arrancó en 2014 y que llegan arropados por un enorme éxito entre los de su generación a dos grandes conciertos en Madrid (hoy, día 13) y Barcelona (viernes, día 15). 

Su popularidad viene rubricada por más de 16 millones de likes de Es gratis , la primera canción que colgaron en ese popular canal de vídeos que todos usamos. En cambio, si tratamos de buscarlos en la Wikipedia, nos encontramos con que está en construcción (en su nueva canción hablan de la whiskipedia). Sin duda, los tiempos están cambiando. Tras publicar su primer disco, Revolución Bananera, y hacer su gira de presentación con éxito total el año pasado y que se verá rematada con dos grandes conciertos en Madrid y Barcelona esta semana, Arnau Griso abre un nuevo episodio, pantalla nueva, nivel superior, un nuevo disco del que han extraído una nueva canción, Nada que añadir. Antes de que empiece la vorágine, nos hemos sentado a charlar con ellos, un ente bicéfalo, una energía paralela.

Acabáis de adelantar un single que se supone formará parte de vuestro segundo disco…, ¿en qué estado se encuentra?

Tenemos el segundo álbum a medio hacer. Algunos de los temas ya están compuestos y producidos en el estudio, de algunos solo tenemos una maqueta a guitarra y voz y otros directamente todavía no los hemos compuesto. A esto hemos de sumar el hecho de que la producción de un disco no termina. Nunca ves el momento en el que todo está perfecto, siempre falta o sobra algún detalle.

Llegado este momento de vuestra carrera, ¿os crea más peso y responsabilidad componer ahora que sois muy populares o componéis y creáis del mismo modo que antes?

Creemos que la verdadera responsabilidad que tenemos con nuestro público es la de aportar cosas nuevas y eso implica no reproducir exactamente la misma fórmula que en Revolución Bananera. Para ello hemos intentado componer de forma distinta, encima de bases de beats, con nuevos productores,  temáticas distintas…

Esa popularidad llegó poco a poco, garitos pequeños, crecida de avalancha de likes en YouTube, ¿cómo vivisteis esa subida de popularidad y aceptación?, ¿era algo con lo que ya contabais?

En comparación con otros proyectos musicales, el nuestro creció de forma exponencial en el momento que decidimos dejar nuestros trabajos y dedicarnos plenamente a la música. Nos hemos saltado toda una parte muy desagradable, aunque a veces necesaria, de la profesión. Debido a lo rápido que ha ocurrido todo, ni siquiera hemos podido asimilar lo sucedido en los últimos meses. Aun así, nos seguimos sorprendiendo cada fin de semana, cuando vemos la sala llena y ojalá nunca perdamos esa capacidad.

Tenéis un manifiesto, una carta de presentación, y en ella os definís como grupo «buen rollista»…, ¿eso quiere decir que solo habláis en vuestras canciones de cosas poco transcendentales para no crear discusión ni pisar temas políticos?

De ningún modo. Utilizamos el humor y melodías agradables para lanzar mensajes que precisamente no lo son tanto. Pretendemos hacer reflexionar sobre temas de todo tipo: sociales, medioambientales e incluso filosóficos. Nunca seremos un cantautor protesta, pero desde luego decimos cosas.

¿Qué grupos o artistas os hicieron coger una guitarra, cantar y tratar de vivir de esto?

The Beatles, Jorge Drexler, El Kanka, El Niño de la Hipoteca… Con algunos de ellos hemos tenido el lujo de compartir escenario y eso es algo que nos llevamos para siempre.

Con la gira, imagino que habréis podido coincidir en conciertos con otros grandes artistas, ¿nos contáis alguna anécdota de esas que no se pueden contar y que ocurren en las bambalinas?

Esta Navidad liamos a 12 bandas/artistas para formar parte de una movida llamada El Enemigo Invisible. Consistía en que hacíamos un sorteo y cada uno le dedicaba una canción metiéndose con su enemigo invisible. Fue un exitazo y Rayden tuvo que pagar una caja de bombones a los chicos de Dvicio. Todo mal.

Pasasteis por OT para visitar a la chavalería, ¿es algo que volveríais a hacer?

¿Por qué no? Siempre es interesante conocer a músicos, y ellas y ellos son talentos seleccionados entre miles de personas de toda España. Les repetiríamos el mensaje de que han de componer sus propias canciones.

¿Os presentaríais vosotros a un programa así para convertiros en artistas?

¡Nunca nos cogerían! Y somos conscientes de que tienen un papelón los que participan, por la presión y la exposición a la que tienen que enfrentarse.

Un libro y una peli que os hayan hecho tilín últimamente.

Cuatro amigos, del director de cine David Trueba, es un libro que nos ha hecho llorar de risa en trenes y aviones. Respecto al cine…, aunque la calidad del contenido haya caído en picado últimamente, recomendaríamos la serie The Leftovers, que plantea un escenario muy interesante y te mantiene enganchadísimo.

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