31 agosto 2019
Soltarse la melena
Un nuevo relato de Agosto en torno a un amor de verano. “Poco después dejó de alisarse el pelo. Por llevarlo como una leona toda la semana, cuando se lo lavaba tenía que pasar una hora en la ducha con la cabeza llena de crema suavizante. Él se declaró una tarde en los soportales. Qué inseguridad elegir la ropa cada sábado. Quedaban para dar vueltas y vueltas por el barrio, de la mano si no los veían”.
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