‘Caracoles enamorados’ y reciclados celebran el Día de la Educación Ambiental

Ilustración de Valeria Cafagna para el cuento ‘Caracoles enamorados’ de Manuel Jabois.

Este pasado domingo, 24 enero, se ha celebrado el Día Internacional de la Educación, y hoy, 26 de enero, se conmemora desde hace 45 años el Día Mundial de la Educación Ambiental. Con este motivo, y entre muchos otros eventos organizados, en ‘El Asombrario Recicla’ recogemos la iniciativa de Ecovidrio, la entidad sin ánimo de lucro encargada de la gestión del reciclado de los residuos de envases de vidrio en España, que ha lanzado el cuento ‘Caracoles enamorados’, una aportación del periodista y escritor Manuel Jabois a la necesidad de trabajar una conciencia ambiental desde la infancia. ¿Qué les pasa a los caracoles? ¿Qué tienen que ver ellos con el reciclaje?

Lo dijo el nobel de la Paz Nelson Mandela: «La educación es el arma más poderosa para cambiar el mundo”.

Cada 26 de enero se celebra el Día Mundial de la Educación Ambiental, que tiene su origen en 1975, año en el que se organizó en Belgrado el Seminario Internacional de Educación Ambiental y que contó con la participación de expertos de más de 70 países. En ese evento se establecieron los principios de la educación ambiental en el marco de los programas de Naciones Unidas. Y como resultado se publicó la Carta de Belgrado, en la que se plasman las reivindicaciones fundamentales de la educación ambiental (educación eco-social han empezado a llamarla también), cuyas metas son: “Formar una población mundial consciente y preocupada con el medioambiente y con los problemas asociados, y que tenga conocimiento, aptitud, actitud, motivación y compromiso para trabajar, individual y colectivamente, en la búsqueda de soluciones para los problemas existentes y para prevenir nuevos”.

Este año en que los eventos presenciales son prácticamente imposibles, Ecovidrio ha decidido celebrarlo con este cuento del periodista y escritor gallego Manuel Jabois (autor de obras como las novelas Malaherba y Miss Marte). Jabois comenzó su carrera en el Diario de Pontevedra; su trayectoria ha seguido por Onda Cero, Cadena SER, Jot Down, Frontera D, El Mundo y, desde 2015, El País, hasta convertirse en uno de los columnistas más reconocidos en nuestro país. Para esta publicación, Ecovidrio ha contado con la complicidad y colaboración de la revista de sostenibilidad Ethic, y con el apoyo del Ministerio de Educación y Formación Profesional.

Los Caracoles enamorados van acompañados por los dibujos de Valeria Cafagna, ilustradora y diseñadora gráfica italiana residente en Madrid, especializada en el público infantil.

Este breve relato, disponible también en formato audiolibro en el podcast #VidriosyBarras de Ecovidrio, cuenta la historia del pequeño Armando Mansilla y cómo una clase de Pretecnología, donde tienen que hacer caracoles con tapones de botellas de vidrio, le cambia para siempre su visión del reciclaje.

“En la clase de Armando Mansilla hay una asignatura que se llama Pretecnología y en la que hoy, día de su cumpleaños, hay que hacer caracoles con tapones de rosca. En realidad, en clase de Pretecnología se trabaja todo el rato con tapones de rosca, tapones, chapas y latas. La profesora, doña Elsa, dice que todo lo que no se tira se vuelve a utilizar. Y que lo que se tira de cualquier forma en lugar de reciclarlo, como Armando tira el chicle de la boca al suelo, por ejemplo, se queda en la tierra para estropearla tan despacio que no lo notaríamos”.

Como explican los responsables de Ecovidrio, “el texto de Jabois, dirigido a un público infantil, pretende ser una oda a la concienciación medioambiental y a cómo las acciones más pequeñas pueden cambiar el mundo”. Y añaden: “Pequeñas acciones que Ecovidrio impulsa también en la gestión de los residuos de envases de vidrio a través del fomento de hábitos responsables de reciclaje, y con el objetivo de contribuir al desarrollo sostenible de una sociedad basada en la economía circular”.

Ilustración de Valeria Cafagna.

Por su parte, la Asociación Española de Educación Ambiental señala con motivo de este Día: “Cuanto mejor se conoce el origen y evolución de la pandemia (y de las otras epidemias acontecidas en lo que llevamos de siglo), aparecen destacadas las causas ambientales: deforestación, contactos impropios entre especies, macrogranjas, contaminación atmosférica o alteradores hormonales. Los desequilibrios entre seres humanos y naturaleza tienen una gran responsabilidad en todas las crisis. Sin embargo, la ciudadanía no es suficientemente consciente de este origen. Preocupados por frenar la propagación, las autoridades tampoco explican que estos sucesos tienen una causa y pueden evitarse, y es tarea, de nuevo, de ambientalistas y educadores encontrar la relación causa-efecto para darla a conocer e impedir que estos episodios puedan repetirse. Porque si no se corrigen las malas prácticas que los originan, podemos volver a exponernos a infecciones, bacterianas o víricas, incluso de mayor gravedad que la actual”.

“El cambio climático, cuyas manifestaciones hemos vuelto a sentir en la borrasca Filomena, podría fundir el permafrost liberando no sólo gases invernadero, sino microorganismos patógenos de alto riesgo, además de generar un medio favorable para la propagación de vectores (mosquitos, garrapatas) que los transportan”.

“La educación continúa siendo un instrumento indispensable para que niños, jóvenes y adultos reflexionen sobre el trato que un modelo económico codicioso inflige a la naturaleza en muchas partes del mundo. Para que dispongan de competencias y habilidades que exijan de sus gobiernos compromisos internacionales que preserven el medio y eviten las zoonosis. Y para que, con nuevos valores se viva de forma diferente, más sencilla y menos consumista, más serena y sosegada, primando la calidad sobre la cantidad, con cambios profundos en la dieta, el ahorro, la eficiencia, la movilidad”.

Sin hacer spoiler, os dejamos con dos párrafos más de Caracoles enamorados, que dan las claves de qué tienen que ver con el reciclaje de vidrio. Por cierto, ya el hecho de elegir como animal al caracol supone un guiño a otra manera de hacer las cosas, un elogio de la lentitud frente a tanta prisa despilfarradora que está deteriorando el planeta.

“Armando Mansilla se fue para su cama creyendo que si conseguía salvar todos los tapones de rosca que pudiese, también salvaría el mundo. Salvar el mundo era una cosa que tenía entre ceja y ceja desde que era pequeño Armando Mansilla; sería su manera de ser el superhéroe que ansiaba ser desde que leía cómics”.

“Armando Mansilla se quedó dormido escuchando las palabras de su madre, y esa noche soñó con que sus caracoles de tapones de rosca disparaban flechas del amor. Las suyas, pensaba ya entre sueños, serían de fino vidrio, de tal forma que esas flechitas minúsculas, al dispararse y dar en el otro caracol, se romperían y avisarían del enamoramiento. Armando –Mansilla por parte de padre, Moreno por parte de madre– pensó que si también reciclaba vidrio podría incluso salvar otro planeta, además de este”.

Para escucharlo entero:

Y ya que os tenemos pillados con los días mundiales y la educación, os queremos recordar otras tres fechas próximas y muy relacionadas: El 28 de enero se celebra el Día Mundial de la Acción frente al Calentamiento Terretre, el 30 de enero es el Día Escolar de la Paz y la No Violencia, y el 2 de febrero, el Día Mundial de los Humedales, ecosistemas fundamentales para mantener la biodiversidad y el equilibrio del planeta.   

También puedes escucharlo en En Ethic.

Para descargar el cuento, en el blog de Ecovidrio.

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