Clara Sanz, ‘la influencer de las flores’ desde la España Vaciada
A nuestra serie de ‘influencer con miga’ llega hoy Clara Sanz, propietaria de la floristería La moderna Rural Shop, situada en la localidad soriana de Arcos de Jalón, donde vive con su marido y sus tres hijos. Una empresaria valiente y no demasiado convencida de que la consideren ‘la influencer de las flores’. Ella prefiere llamarse florista rural (así solo… y tanto).
Navidades, días complicados y a la vez felices para Clara. ¿Cuántos pedidos lleva? “Pues hoy han sido… (Pausa) Me parece, espera que te lo voy a mirar; hoy hemos dejado listos 42 envíos. Y ahora tenemos que preparar lo preservado”, explica haciendo referencia a las flores sometidas a un proceso de deshidratación que les alarga la vida manteniendo su color y su belleza incluso al cabo de los años. “Jamás duró una flor dos primaveras”, escribió el compositor Manuel Alejandro para la cantante Rocío Jurado, tratando de explicar por qué el amor más bello también se quiebra… si no lo deshidratas. ¡Quién fuera flor!
Las flores llevan 6.000 años mejorando la vida de la gente. Son musas de músicos, poetas y artistas de toda índole. Poseen un lenguaje que facilita la comunicación, salvando situaciones donde las palabras lo pueden estropear todo. Son hermosas por fuera, pero también por dentro: reducen el estrés, alejan los malos pensamientos, estimulan la mente, limpian el aire y favorecen una suave humedad a nuestro alrededor. Los pétalos se han colado en las gastronomías más sofisticadas decorando platos y acabando en nuestro estómago como un ingrediente más de cualquier ensalada. De todo esto y, posiblemente mucho más, disfruta Clara Sanz, propietaria de la floristería La moderna Rural Shop –también le gusta llamarla rustitienda–, situada en la localidad soriana de Arcos de Jalón, donde vive con su marido y sus tres hijos. Una empresaria valiente y no demasiado convencida de que la consideren la influencer de las flores.
¿Cómo quiere entonces que le llamen?
Florista rural. Me parece precioso y me representa mucho más que influencer. Es que la palabrita… (Risas)
¿Cuál es la diferencia entre una florista rural y una florista urbana?
Pues, por ejemplo, en que yo cultivo la mayoría de las plantas que utilizo, igual que muchos otros recursos de la zona. Hago trabajos que en otros lugares no encajarían; desde un ramo de novia hasta una corona funeraria. Una floristería de pueblo no tiene nada que ver con una de ciudad. Ni por la capacidad que tenemos para adquirir las flores, ni por el tipo de encargos. No es mejor ni peor, es diferente.
Como especial es que Clara esté precisamente, y no por casualidad, en esta localidad tan representativa de la España Vaciada, Arcos de Jalón y la pedanía de Somaén, al sur de Soria.
Desde niña he pasado todas mis vacaciones en Somaén, porque aquí nacieron y vivieron mis cuatro abuelos. Disfrutando de la sensación de tener pueblo hasta el punto de que volver fue mi primera opción para cambiar de vida. Mis abuelos tenían un huerto en el que también plantaban esas flores que están en casi todos mis recuerdos. Mi abuela Isabel, siempre con jarrones entre las manos, mi padre podando… Y yo, quejándome. ¿Por qué no hay una floristería en este pueblo? Y mis padres me decían: “Pues cuando seas mayor, pones una”. Y aquí estoy. @elhuertodesomaen
Un trayecto vital que empieza en Soria, donde nace, pasa por estudiar en Zaragoza, trabajar en Madrid y de nuevo Soria. Círculo cerrado.
Exacto. Cuando nació mi hijo mayor, ya me di cuenta de que Madrid no era el mejor lugar donde criar a un niño. Llegó la segunda dos años después, y seguir allí era inviable. [Clara fue despedida de su trabajo por pedir una reducción de jornada]. Yo siempre digo que la vida te va llevando a los lugares. En 2014 nos devolvió a nuestros orígenes y en ningún momento nos hemos arrepentido. Todo lo contrario. Es aquí donde mi marido y yo queremos ver crecer a nuestros hijos.
¿Cómo decide llenar de flores sus redes sociales?
Ya instada en Arcos de Jalón, nació mi tercer hijo. A medida que fue creciendo y yo dispuse de más tiempo, pensé que podía atender por ejemplo a esas amigas que no me creían capaz de hacerles su ramo de novia ¡por estar en un pueblo! Tuve que hacer cursos, toda una reinvención. Luego empecé a subir cosas a las redes sociales, llamé la atención, y ahora tengo encargos de toda España. El 70% de mi trabajo llega a través de las redes.
273.000 seguidores en Instagram. Más que habitantes tienen Soria, Arcos de Jalón y Somaén juntos.
Sí. Arcos de Jalón tiene 1.000 habitantes y Somaén unos 14. Les separan apenas cuatro kilómetros. Nuestra aportación demográfica es que se ha podido mantener abierto el colegio. Porque si no hay bastantes niños, no se abren las clases. Mis hijos han pasado de estar en un aula de 28 alumnos a una de 14. También tenemos instituto, atención médica y pediatra cada martes.
Paniculata arco iris, eucalipto, limoniun, astilbe, narcisos, statis melocotón, flor de arroz, dalias, verónicas, cosmos, hortensias, rosa, clavel… ¿Tiene una flor favorita?
Mi flor preferida depende del momento o el destino que vaya a tener. Me encantan las que me recuerdan a mi abuela y también las que utilizo en temporada de difuntos. Los cementerios son lugares muy especiales en los pueblos. Sí, claro que se puede hacer un ramo sin crisantemos. La gente que me conoce, y la que no, me deja cada vez más libertad para que elabore sus pedidos a mi gusto.
Imagino que trabajar con algo tan bonito como las flores la protege del odio presente en las redes sociales.
Bueno, bueno, no te creas. A veces recibo ataques de mis propios compañeros de oficio. Publico muchos tutoriales porque me encanta compartir todo lo que aprendo y hay quien piensa que, si enseño mis trucos, la gente va a dejar de comprarles. No es así. Cuando se necesita algo muy importante, se acude a un profesional. También creo que fomentar la afición a las flores es bueno para el sector.
¿Qué pensarían sus abuelos de su vuelta a Soria?
Ninguno de los cuatro tuvieron la suerte de presenciarlo. Hubiera sido complicado para ellos. Por un lado, estarían muy orgullosos de verme aquí, con las flores, en su huerto, tan cerca de lo que fue su vida, feliz con mi familia. Por otro, su generación consideraba que salir del pueblo hacia las grandes ciudades significaba progresar. Si regresabas, era porque habías fracasado. Que su nieta tuviera una carrera era un triunfo.
Clara acaba de publicar su primer libro, Todas las flores que olvidamos, un libro que habla de ella y su aventura, escrito de madrugón en madrugón, cuando el tiempo previo al amanecer era el único que le quedaba libre.
En librerías a partir del 5 de febrero de 2025
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