Susi Profe enseña ‘mates’ a millón y medio de alumnos

María Jesús Villanueva, Susi Profe, en un parque de Torrejón de Ardoz, Madrid. Foto: Sol Alonso.

Arrancamos aquí una nueva serie en ‘El Asombrario’: Entrevistas con ‘influencers’ que de verdad aportan algo, que dignifican el término. A cargo de una periodista de amplísima, diversa e ingeniosa trayectoria, Sol Alonso. Comenzamos con Susi Profe, la ‘edutuber’ que enseña matemáticas a un millón y medio de alumnos y alumnas, y ha popularizado la Técnica Pomodoro. 

Es casi mediodía en un parque situado a unos 30 kilómetros del centro de Madrid. No es festivo, pero el recinto está lleno de chavales y chavalas que pasean con despreocupación y esa cara de alivio que lucen los escolares cuando están de vacaciones.  Paseo con María Jesús Villanueva, Susi Profe , con la curiosa sensación de que muchos adolescentes se nos quedan mirando y luego cuchichean entre ellos. ¿Será posible que la reconozcan?

Como si me hubieran leído el pensamiento, un grupo de jovencitas se para en seco ante nosotras. Tienen los ojos desbordados de emoción y tal subidón de rubor en el rostro, que por un momento se les difuminan hasta los signos del acné tan molesto en toda pubertad. Es tal su entusiasmo que llego a temer que se les salte un bráket. Si no fuera porque es jueves y esto es Torrejón de Ardoz, diríamos que se acaban de cruzar con la mismísima Taylor Swift.

“¿Eres Susi Profe?”.

La aludida responde con tímida sonrisa y yo dinamizo el encuentro:

“Sííí. Es Susi Profe y justo le estoy haciendo una entrevista. ¿La habéis reconocido?”.

La sorpresa corre como la pólvora. Al minuto, estamos rodeadas.  ¡Claro que conocen a Susi Profe! “Seguimos todos tus vídeos y aprobamos gracias a tí”, le dicen. “Me has salvado la evaluación”. “Eres la mejor explicando matemáticas”. Escenas parecidas se van a repetir durante todo el paseo. “Esto es casi más importante que el millón y medio de seguidores que tengo en las redes. Yo tengo todo el día en mente a mis alumnos”. ¿Al millón y medio?

 ¿Te gusta que te llamen influencer?

(Reflexiona unos segundos la respuesta). Ni me gusta ni me disgusta. Me resulta extraño. Yo soy profesora y eso supone que los alumnos se fijan en mí. Lo que digo, cómo hablo, las cosas que me entusiasman. Un maestro siempre es un referente.

Ya, pero, cualquier maestro no tiene un millón y medio de alumnos, aunque sea en redes. 

Sí, acabamos de llegar a esa cifra en YouTube. Y tengo que reconocer que es bárbaro. Insisto en hablar de referente, pero si dicen influencer, tampoco hay problema. Lo importante para mí es acertar en la manera de dirigirme a mi audiencia, tirar de los estudiantres, animarles para que sigan siempre adelante. Son edades complicadas que necesitan mucho estímulo.

¿Cómo empezó todo?

El canal es de 2017. Muchas vísperas de exámenes mis alumnos me pedían ayuda por el móvil, porque no daban con la solución de algunos ejercicios. Así que pensé: ¿por qué no grabarlo en vídeo y difundirlo en YouTube? Mi marido trabaja en publicidad, marketing e imegen. Así que entre los dos hemos llegado hasta aquí.

¿Tu primer vídeo?  

Si no recuerdo mal, fue el de Operaciones con números enteros.  

¿Has cambiado mucho?

¡Me da mucha vergüenza ver aquella grabación! (Risas). Estoy tan  seria que no soy yo. Me lo han dicho hasta mis alumnos, que me conocen bien porque me ven en el aula. Hablar delante de una cámara no es lo mismo que frente a una clase llena de personas.

¿Cómo es tu día a día? (Susi está cuidando ahora a su bebé de dos meses).

Yo trabajo en un colegio y eso me ocupa la mitad del día. Por la tarde, hasta que mis otros dos niños vuelven del cole, me pongo un rato con el canal. Contesto comentarios, preparo temas e incluso puede que me dé tiempo a grabar. A partir de las cinco y hasta que se acuestan, todo mi tiempo es para los niños mayores. Luego, si me siento creativa y me queda algo de energía, vuelvo a las redes. También repaso matemáticas y física, que me queda mucho por aprender.

¿La profe sigue estudiando? 

Es el único modo de estar al día. El año pasado tuve que ponerme con todos los cambios de la Gramática Castellana. Así divido mis tiempos: cole, hijos y canal. Cuento con todo el apoyo de mi marido. Si nos organizamos bien, llegamos a mucho. Y, si no damos el cien por cien, tenemos la tranquilidad de haber hecho todo lo que hemos podido.

Cuando grabas tus exitosos vídeos, ¿echas algo de menos de tus clases ‘cara a cara’? 

Naturalmente que sí. El lenguaje corporal es importantísimo. Sabes si un alumno te entiende porque asiente con la cabeza. Y notas que se aburre si está mirando el móvil. En ese sentido, enseñar delante de una cámara es horrible. He tenido que acostumbrarme. Y todavía tengo que corregir muchas cosas.

¿De niña eras la típica empollona? 

Depende de lo que se entienda por empollona.

La típica alumna que siempre sacaba notazas. Que prefería estudiar a salir de juerga, por ejemplo.

He tenido la suerte de sacar muy buenas notas sin tener que dedicarle demasiado tiempo. ¿Facilidad? Sí, claro. Pero jamás he renunciado a divertirme. Eso sí, en clase siempre al cien por cien de atención. Lo absorbía todo y eso me ayudaba. Ya sabemos lo que perjudica la falta de atención en el aprendizaje.

¿Qué canales sigue Susi Profe?   

Unos cuantos. Adictos a la filosofía, de Enric Fernández Gel. Date un vlog, de Javier Santaolalla, un físico con mucho carisma.  QuantumFracture, divulgación científica de José Luis Crespo. Un canal de madres, que me gusta mucho, es el de Ani Pocino, que me ayuda a organizarme. Y Linguriosa, de Elena Herráiz, con curiosidades chulísimas sobre la lengua.

Además de los seguidores que te paran por la calle, ¿qué otras respuestas recibes? 

A través de los comentarios he comprobado que hay varios grupos: los propios alumnos, las personas de cuaquier edad que ven mis videos para estudiar mejor y muchos padres, que me siguen para ayudar a sus hijos en las tareas. Por ultimo, compañeros de profesión a los que les gusta conocer ideas de otros profesores. A mí también me interesa lo que hacen otros maestros, porque hay muchas maneras de explicar.

Otro grupo de chicas se paran junto a Susi. Quieren hacerse fotos con ella y contarle cosas de sus clases. “El examen de la última evaluación iba todo sobre tus clases”.

Una jovencita se funde en un abrazo con su admirada Susi Profe. ––¡Eres una celebrity!

–¿Como una cantante? –pregunto.

–Muchísimo más.

Te acaban de llamar ‘celebrity’.  

(Risas) Sí, sí. Ya lo he oído. ¿Qué me va a parecer? Pura motivación. Siento que lo que estamos haciendo merece mucho la pena. Porque, claro, al final yo solo veo cifras, que es importante.  Pero tener sus caras y su cariño, así en directo… Pienso que si ven mis vídeos y les ayudan tanto, es porque lo necesitan.

¿Ya ganas dinero? 

Estamos empezando a monetizarlo, pero tampoco como para decir “lo dejo todo”. Yo sigo con mis clases en el cole porque la Susi Profe se nutre de la Susi en el aula, y viceversa. Ambas se complementan. Una Susi mejora a la otra, así que pienso mantener activas a las dos todo el tiempo que pueda.

¿Has usado calculadora alguna vez?

Por supuesto. No tengo nada en contra. Ante un problema, doy más importancia a la reflexión. Prefiero que los alumnos piensen en cómo atajarlo, que en el control de las operaciones. Pensar, razonar y buscar caminos.

Debates varios. ¿Es bueno mandar muchos deberes? ¿Funcionan los maestros alternativos que no ponen exámenes? 

Los dos extremos son malos. No me importa poner deberes cuando se ha quedado en clase algo pendiente, pero, como profesora, procuro organizar bien las clases y mandar algún trabajo de investigación complementario, que motive al alumno. Unos deberes aburridos no van a servir de nada. El tema me preocupa como madre, porque en casa prefiero disfrutar de mis hijos a verles toda la tarde haciendo tareas. De momento son pequeños. (4 y 6 años). Ojalá sus profes piensen como yo.

¿Suspendes mucho a tus alumnos, o son tus alumnos quienes no consiguen aprobar?

La obligación del profesor es hacer que los alumnos aprueben. Igual no lo consigues cien por cien, pero, si me ocurriera al revés, sería yo quien tendría que mirármelo. Detrás de un suspenso puede haber muchas cosas.

¿Crees que la inteligencia artificial podría crear un avatar de Susi Profe? 

Por poder, podría. No lo veo tan disparatado si solo quieren resolver problemas, o crear un profesor virtual que se limite a dar contenidos. (Susi cita Chat GPT). Yo soy más partidaria de un maestro que transmita valores, que trabaje la gestión de algunas emociones, que contagie pasión… Por ahora me extrañaría que eso pudiera hacerlo una máquina. Insisto, por ahora.

¿Tienes ‘haters’?

No, que yo sea consciente. No todos los comentarios que me escriben son positivos. Hay quien espera otro nivel en las explicaciones, o simplemente no les gusta mi estilo. Recibo y agradezco las críticas constructivas, porque me ayudan a aprender y mejorar. En general, creo que tengo una comunidad muy agradecida.

Antes de conocerte, la palabra ‘pomodoro’ era tomate en italiano. Ahora es un método de estudio.

¡Sigue siendo un tomate! (Risas). La Técnica Pomodoro es un método para repartir bien el tiempo entre esfuerzo y descanso. Se le ocurrió a un italiano, Francesco Cirilo, que cronometraba sus ratos de estudio y reposo, con el típico temporizador de cocina, rojo en forma de tomate.

Casi todo el mundo cree que eres matemática, pero has estudiado Magisterio. 

Sí. Magisterio de Primaria. Y desde los 15 años he dado clases particulares; de ahí mi experiencia en alumnos con dificultades.    Puede que parte de mi éxito se deba a que tengo práctica en detectar problemas de aprendizaje.

Dichos frecuentes: “Qué bien viven los profes. Cuántas vacaciones tienen”.

El tema de las vacaciones sí que nos viene muy bien para conciliar con la familia. Visto desde fuera, nuestro trabajo puede parecer cómodo, pero también desgasta mucho. El verano se aprovecha para hacer cursos. Formación digital, mejorar el inglés… Y a diario   llevamos trabajo a casa. Preparar las clases, los exámenes (un buen examen te lleva horas), corregir, hablar con padres, tutorías… Yo vivo por y para mis alumnos.

Pero te podrás jubilar a los 60…

No sé yo. Seguiré siendo profe de algo. Seguro, seguro, seguro.  

Con tres hijos vas a seguir estando ocupada. ¡Qué valiente!

Nooo. (Risas). No soy valiente, soy profe.

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