Cómo recuperar valores olvidados: discreción, gratitud, paciencia…

La psicóloga clínica Patricia Gutiérrez Albaladejo.

Patricia Gutiérrez Albaladejo, psicóloga sanitaria con más de 25 años de trayectoria profesional, siempre vinculada a la intervención socioeducativa y a la clínica, nos presenta su libro ‘Descubre (tus) valores’ (Octaedro Editorial), que lo concibe como un ejercicio de reflexión compartida (y con las ilustraciones de Lucía Arribas Martínez, simbolizando con un animal cada valor). Un proyecto que va más allá de la guía: ‘Familiando’ “es un proyecto de innovación social: busca transformar personas y colectivos para generar cambios sociales de alto impacto a través de los valores”. Le hemos pedido que nos analice los 6 valores que piense que ahora están menos valorados, más arrinconados en una sociedad ‘on line’ de prisas, ‘likes’ e individualismos.

“En esta guía práctica se recoge la metodología, la mirada y la filosofía de una larga trayectoria profesional donde he mantenido siempre como objetivo poder acompañar a las personas para que puedan alcanzar un bienestar integral, promoviendo su estabilidad emocional, seguridad interna, una sana autoestima, desarrollo de habilidades… y, por supuesto, con el trabajo y soporte que la identificación, elección y construcción de los valores facilita en los procesos terapéuticos y de aprendizaje”. “Como cualquier otro profesional de la salud mental en ejercicio, busco incansablemente identificar aquellas metodologías que son más efectivas, las que mejor se ajusten a las necesidades, características y realidades de mis pacientes, y de ahí surge la iniciativa de plasmar en un libro lo que ya venía trabajando durante los últimos años en mi contexto laboral”.

“Ordenar metodológicamente sobre papel el modelo de identificación, adquisición, construcción y elección del sistema de valores (individual y colectivo) me ha facilitado crear un proyecto que va más allá de la propia edición de la guía. Familiando es un proyecto de innovación social: busca transformar personas y colectivos para generar cambios sociales de alto impacto a través de los valores”.

“Los valores son los principios o cualidades que nos definen como personas, son la guía y el medio para lograr todo aquello que nos proponemos, son fuente de protección directa, ya que provienen de la liberación, meditación y la escucha interna; por tanto, poder utilizar los valores como medio de transformación es la meta que persigue este proyecto. Además, contamos con el mejor de los vehículos para aterrizar esta construcción o reconstrucción social: la formación. Familiando se materializa a través de las formaciones diseñadas para las diferentes familias (afectivas, sociales y/o laborales). Acompañamos a la comunidad educativa en sus centros educativos de referencia, a las mamás y a los papás, a los profesionales de la salud mental y, por supuesto, a las organizaciones y a empresas a identificar el sistema de valores que les representa como colectivo, generando así un alto sentimiento de pertenencia (otra de las mayores fuentes de protección con la que contamos las personas), predictibilidad y direccionalidad para alcanzar las metas y los objetivos compartidos.

Patricia, dentro de tu desarrollo de la importancia de los valores y de su acotación y ampliación, hay tres en los que me gustaría centrarme por las perspectivas nuevas que ofrecen. Uno es la creación de autoestima; pero ¿no crees que es fácil hoy día sobrepasar límites, pasarnos de frenada, por decirlo de alguna manera, ya que vivimos tiempos en los que podemos caer en un excesivo egocentrismo alimentado por las redes y la obsesión de los ‘likes’ y los seguidores?

Gracias por identificar una de las realidades sociales actuales que mayor malestar emocional está generando a jóvenes y no tan jóvenes: la necesidad del like, de ser visto y evaluado en positivo. Esta búsqueda intensiva por generar altos niveles de satisfacción desde la inmediatez que ofrecen las RRSS y la necesidad de construir el autoconcepto (autoestima) a través del algoritmo es una de las dificultades que impide generar verdaderamente una sana autoestima.

Bajo la necesidad de este tipo de interacción social, donde la generación de contenidos cobra protagonismo dando un poco igual su porqué y su para qué, se establece un patrón de búsqueda insaciable de la aprobación del otro (conocido e incluso desconocido) desdibujando lo que somos, y cuando este like no llega con la cantidad e intensidad deseada aparece la insatisfacción, la crítica interna, la desafección vital, la labilidad emocional… Desde Familiando instamos a desarrollar una sana autoestima a través de los valores como garantes de protección y autocuidado, donde lo que somos estará asociado a nuestras cualidades y características personales y a nuestra elección personal, alejándonos así de la evaluación basada en el hacer (vídeos) y en el tener (likes) para identificar quiénes somos.

Otro punto es lo que denominas “mirada ampliada y vitaminada que tenemos de familia”. ¿Nos puedes explicar aquí qué entiendes por ese concepto, porque creo que estamos viviendo una época muy tensionada entre los defensores de un concepto muy ‘clásico’ de familia y quienes apuestan por las ‘nuevas familias’?

Los cambios sociales son una realidad que no solo debemos aceptar, sino que debemos comprender. Actualmente contamos con muchas tipologías de familias (nucleares, monoparentales, reconstituidas, adoptivas, acogimiento, homoparentales, multiculturales…) y, sin duda, desde esta realidad debemos acompañar a las personas (padres e hijos) en su crecimiento, madurez, protección y estabilidad, pero no sólo entendemos familia desde la estructura conviviente.

Para Familiando, familia es la construida, la elegida, en la que se confluye sea cual sea su fórmula, es donde se comparte, se respeta, se acompaña, se empatiza, se intercambia, se escucha, se apoya…, en definitiva se protege; desde aquí la familia puede ser afectiva, social y/o laboral; en todas estas comunidades se comparten objetivos, metas, ilusiones, propósitos, sueños… Resumiendo valores, y cuando somos capaces de compartir un mismo sistema de valores elegido, estamos creando una familia.

Y el tercer punto: “la conformación social desde la perspectiva de la pertenencia y las estructuras sociales (colectivos)”, ¿cómo podemos reforzar esta recomendación, cuando todo en nuestra sociedad actual parece enfocado al individualismo, a hacerlo todo desde casa, on line, la inteligencia artificial, las relaciones ‘interesadas’…?

Es un hecho muy paradójico la sociedad que estamos construyendo cuando en realidad el ser humano es social, afectivo y vincular; necesitamos sentir que pertenecemos a un núcleo mayor que al de nosotros mismos para generar una satisfacción vital y genuina sostenida en el tiempo. Buscamos de una manera innata relaciones que nos aporten confiabilidad, predictibilidad, estabilidad y protección; cuando no las encontramos, el refugio se establece en la individualidad, y por eso quizá esta creciendo la unicidad frente al colectivo, porque tenemos miedo a ser rechazados, a no encontrar el núcleo de pertenencia, a no formar la familia deseada… Por tanto, la individualidad es una solución cortoplacista que permite conectar con la seguridad y el control inicialmente, pero que genera altos niveles de malestar en el medio y largo plazo, ya que el ser humano necesita compartir, expresar, aprender de otros y enseñar a otros, necesita crecer junto a los demás. Por tanto, identificar esta necesidad social primaria no rechazándola y gestionar los miedos frente a lo desconocido serán la clave para establecer los vínculos afectivos que necesitamos para conectar con otras personas.

Ahora, Patricia, El Asombrario te propone que, dentro de los 22 valores que recoge tu libro, y como no podemos abordarlos todos aquí, elijas 6 de los que tú ves que ahora están más infravalorados, los que corren más peligro de ser apartados en la sociedad actual…

Me es difícil pensar en el descriptivo de obsoletos cuando son todos tan relevantes en nuestras vidas, pero, si debo elegir los que considero que están más denostados en la actualidad, querría compartir los siguientes valores (junto a las ilustraciones de Lucía Arribas Martínez):

Discreción (símbolo animal: el lince): “En la era de los selfis, ser discreto no es un valor en alza, pero debemos identificar cuáles son los beneficios directos que tiene adherirse a este valor: permite forjar relaciones de alta intimidad, seguridad afectiva, calmadas y amables. A través de este valor tendrás la capacidad de gestionar la información de los diferentes contextos relacionales sin agobios. Además, la persona que elija entrenarse en este valor podrá generar un autoconcepto sano y estable, ya que la evaluación externa no la necesitará, será dependiente de su propio criterio y evaluación”.

Educación (símbolo animal: el gato): “Actualmente puede parecer que ser educado es sinónimo de ser dócil, inhibido e incluso inseguro, pero el valor de la educación hará que la persona crezca en todas las áreas de desarrollo, con gran apertura y disposición hacia el aprendizaje permitiéndose observar y generar cambios con bajo coste. Además, la educación permite generar una adaptación en las relaciones y en los contextos de desarrollo altamente positivo, porque se hace uso de habilidades facilitadoras de comunicación y relacionales”.

Gratitud (símbolo animal: el pingüino): “Quizá a las últimas generaciones las hemos educado en un exceso de ‘te lo mereces’; si lo que logro, consigo o me facilitan me lo merezco no ejerzo el valor de la gratitud, porque se da por hecho que es mío por derecho propio, pero el valor de la gratitud tiene asociado grandes beneficios directos para quien decide ejercerlo. Otorga mayor consciencia de los elementos positivos que nos rodean, generando en la persona un sólido optimismo disposicional, bienestar y resiliencia”.

Humildad (símbolo animal: el burro): “Un valor en desuso, porque lo hemos transformado en muchas ocasiones en lo que llamamos la falsa humildad: parecer que lo somos sin que nos represente y guíe verdaderamente este valor, un postureo instrumentalizado en la ocasión que así lo requiere. Dejar que la humildad guíe las acciones y toma de decisiones facilitará que las relaciones emocionales se forjen desde la admiración, la alegría genuina por el éxito de los demás haciendo que las personas consigan el cariño, respeto y la cercanía de los demás”.

Paciencia (símbolo animal: el dromedario): “Queremos algo y lo queremos ¡ya!; esta necesidad es altamente incompatible con el valor de paciencia. Impidiendo disfrutar del proceso, la orientación de nuestras acciones está en la consecución del logro si no contamos con este valor. Ejercitar y desarrollar el valor de la paciencia va a facilitar que las personas afronten los retos desde la calma y la satisfacción de vivir el camino, generando alta tolerancia a la frustración, ya que el logro, bajo el prisma de este valor, se puede llegar a conseguir en el medio-largo plazo sin evaluarlos como fracaso”.

Perseverancia (símbolo animal: la hormiga): “El valor de la perseverancia nos permite no abandonar con rapidez los objetivos y los sueños; ahora, en la emergencia social que vivimos, todo debe ser de respuesta y alcance rápidos, así que este valor está a la baja, pero como sus beneficios son tan extraordinarios conseguir que forme parte del sistema de valores hará que los niveles motivacionales ante un reto se mantengan hasta su alcance. Además, permite desarrollar alta adaptabilidad a los contextos y demandas externas, ya que en el camino de la vida debemos superar diferentes obstáculos pero con este valor estamos entrenados para ello”.

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