Encuentro cultural ‘Hola Lavapiés’ (no sólo de terrazas vive Madrid)
El espectáculo callejero, el de las plazas, con un público al que hay que convencer para que se pare y se quede, el mismo que no tiene dinero para pagarse una entrada en un teatro porque los alquileres se han multiplicado por dos, y hasta el botellín de cerveza cuesta el doble, el de gentes que van y vienen y se paran para descubrir que la Cultura, con mayúsculas, ha llegado a ese pedazo del barrio que se ha convertido en un escenario. Es el encuentro de artes escénicas ‘Hola Lavapiés’ y desde hoy lunes hasta el domingo, día 26, va a convertir la Plaza de Ministriles Chica en un lugar de encuentro muy distinto al habitual.
“Me gusta actuar en la calle, sin la protección escénica que te proporciona una sala, ante gente que no suele ir a este tipo de espectáculos. Hay un gran abandono cultural de quienes no pueden permitirse ir a un teatro de los muchos que hay en ese barrio”, explica Tatiana Carel, que junto con Raquel Mastín inaugura hoy Hola Lavapiés con la performance Subir y bajar. La obra, explica, nos habla de las variaciones anímicas a lo largo de una vida, un tema duro en el que no obvia el suicidio y que quiere que ayude a visibilizar la enfermedad mental. “La misma palabra suicidarse da miedo y se evita como si fuera una epidemia contagiosa, pero hay que hablar de ello porque los suicidios aumentan y la gente lo sufre en silencio”, comenta la actriz, que ya el año pasado participó en la primera edición, también en la misma plaza.
En esa ocasión, Tatiana actuó con gran éxito acompañada de Fátima Delgado, que este año también repite pero que ahora presenta su propia obra, todo un estreno en Madrid, con el nombre de Ouveos/Aullidos. Gran defensora de la cultura en las aceras, Fátima asegura que, aunque tiene sus complicaciones, compensa. En su caso, además, utiliza la interpretación para hacer llegar al público algo tan minoritario como es la poesía. “El teatro es arte vivo y hacerlo en la calle es su máxima expresión. Es verdad que tienes que lidiar con el ruido; los coches que pasan y la gente que habla son competencia, pero merece la pena porque se genera una tensión teatral que de otra forma no está presente y miras al público a la cara, no en la oscuridad”, reconoce.
Con Ouveos/Aullidos nos trae a este encuentro un poemario que escribió hace unos años y cuyo tema es de plena actualidad. Nos habla de un personaje entre humano y máquina, un cibor que vive aislado en un descampado urbano en un momento de crisis apocalíptica a su alrededor. “Este personaje usa la poesía y la esgrima para salir de su soledad; en el fondo, es una forma escénica de transmitir la poesía, usando la interpretación con música y movimiento”, cuenta Fátima, que ha estrenado esta obra en una galería de Nueva York y en un centro cultural español en México. Lavapiés será su puesta de largo en las calles más multiculturales de Madrid, el próximo viernes 24, coincidiendo con la larga noche de San Juan.
“Me parece tan importante llevar la cultura a la calle que he puesto en marcha desde el pasado otoño unas rutas teatrales por Madrid que he bautizado Las huellas de Rosalía, en torno a la estancia de la poetisa gallega Rosalía de Castro en Madrid”, nos cuenta.
Para mañana, martes, en el programa está previsto que el actor Pedro Herrero nos presente Migo Mismo, un compendio de historias delirantes de un sujeto singular enfadado consigo mismo y con todo lo que le rodea, que Herrero nos presenta como un diálogo cómico interior en el que hay momentos surrealistas, pero conectado con los adentros populares del gran público.
Al día siguiente, miércoles 22, la Plaza de Ministriles Chica se llenará de flamenco, con la guitarra de Pablo San Nicasio. En realidad, será mucho más que un concierto. El guitarrista, que forma parte del Dúo Sonanta, ofrecerá una conferencia musical sobre la Historia de la Guitarra Flamenca, ese instrumento tan ligado a nuestra cultura ibérica que todos creemos conocer, pero del que no sabemos tanto como pensamos. “Contaré sobre su origen, cómo ha evolucionado en el tiempo y quiénes han sido sus grandes artistas. Ya actué en noviembre sobre el Puente de Toledo y fue una gran experiencia, que espero repetir ahora en Lavapiés”, recuerda.
El festival se completa el jueves 23 con el espectáculo de danza y teatro Lo invisible, de la bailarina ucraniana Katerina Humenyuk y el bailarín chileno Rolando Salamé, una pieza en la que se explora la relación que tiene el ser humano consigo mismo, representando sus contradicciones, aciertos, anhelos y miedos.
Para el sábado 25 está programada Sahil, una investigación musical sobre la realidades culturales de los pueblos que bañan el Mediterráneo, que explora la agrupación formada por el contrabajo de Fernando Leria y el violoncello de Elisa Ortiz en su versión más polifacética. Y en la tarde del domingo 26, se clausurará Hola Lavapiés con un Cierre Coral, a cargo del coro del barrio, que tiene ya siete años de existencia. Además, para el sábado y el domingo, por las mañanas, en este caso en La Corrala (calle Lavapiés, 8), se anuncian sendos espectáculos de magia para un público más familiar, a cargo de Pablo Molina y Edu el Mago.
Manuel Osuna, presidente de la Asociación de Vecinos de La Corrala, organizador de este encuentro, cuenta que repiten experiencia del año pasado, “porque fue muy positiva y una plaza, que en su día a día es complicada, porque es foco de trapicheos, se convierte en un teatro, algo que los vecinos valoran mucho”. “Ojalá se hicieran más actividades de este tipo por las calles de la ciudad y del barrio. La situación en Lavapiés está cambiando muy deprisa y a peor, expulsando a los vecinos de siempre, con el foco puesto en el turismo. Se está convirtiendo en un parque temático donde hacen hoteles hasta en garajes, donde se piden alquileres desorbitados y hasta la hostelería tiene ya precios imposibles para muchos de los que viven aquí”, denuncia Osuna.
Prueba de cómo el cambio está llegando es que ya no se celebra en este barrio ni la fiesta de fin de año china ni el llamado BollyMadrid –o Monsoon Holi Madrid, un festival hindú que llenaba de colores las calles– ni las Noches de Ramadán. Afortunadamente, la cultura sigue en sus plazas por iniciativa de la asociación La Corrala.
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