El holograma resucita a los ‘zombies’ del rock

MIchael Jackson en una imagen holográfica.

MIchael Jackson en una imagen holográfica.

Michael Jackson en una imagen holográfica.

Jimi Hendrix, Elvis, Michael Jackson… Los grandes iconos del rock y el pop vuelven a los escenarios en forma de proyecciones en pantallas invisibles. El holograma resucita a los ‘zombies’ del rock

Es el colmo del playback, pero está de moda. Se trata de resucitar a artistas ya desaparecidos para volver a subirlos a un escenario en forma de una especie de holograma. El público no sólo escucha una perfecta grabación de la música, además lo que ve es directamente una proyección del músico sobre una pantalla invisible. Un perfecto playback corpóreo. La experiencia piloto de este nuevo paradigma que trata de introducir la industria musical, se pudo ver en el pasado festival de Coachella en Indio (California) donde los raperos Snoop Dogg y Dr Dre invitaron a compartir su actuación a Tupac Shakur quien acudió llegado directamente desde su tumba. La misma que ocupa desde que en 1996 lo mataran de cuatro tiros salidos de un Cádillac Sedán blanco en una calle de Las Vegas un 13 de diciembre.

Detrás de esta complicada técnica se encuentra la empresa Digital Domain fundada por el director de cine estadounidense James Cameron para producir efectos especiales de películas como Avatar,The Abyss o Terminator. Trabajan en colaboración con Musion, una compañía británica que produce la tecnología necesaria para hacer el truco posible. Su director, James Rock, nos atiende desde sus oficinas en Londres: “Al público en general y a la prensa en particular le gusta llamarlo holograma, pero realmente no lo es. Se trata de la versión moderna de una técnica teatral victoriana”. Tal cual. Musion fabrica una delgada pantalla gigante invisible en la que se proyecta la imagen del artista y que se puede enrollar y transportar de gira. Pero la filosofía del ardid es la de un truco teatral inventado por el químico John Henry Pepper y que se utilizó en 1862 para la obra de Charles Dickens The haunted man (El hombre embrujado). Entonces, la artimaña se lograba con un cristal sobre el que se proyectaba una imagen previamente reflejada en un espejo desde fuera del escenario. “Nosotros hemos sido capaces de sustituir el pesado cristal por una pantalla invisible. Esta se coloca con una inclinación de 45 grados y ofrece la impresión muy vivida de que el artista está realmente tocando en directo”, afirma rock.

Los experimentos llevados a cabo con esta técnica han salido tan bien hasta el momento que son muchos los que se han puesto en contacto con Cameron y Musion para que fabriquen hologramas de sus famosos e idolatrados seres queridos, una inmejorable forma de que sigan ganando dinero desde el más allá. A esta especie de legión ‘zombie’ del rock se han sumado últimamente Janie, la hermana de Jimi Hendrix; Elvis Presley Entreprises y los abogados de Michael Jackson. Y existen cantos de sirena con nombres como Freddie Mercury, Jim Morrison, Janis Joplin y Otis Redding.

“No hay que rasgarse las vestiduras ante un espectáculo como este que se plantea”, afirma Simone Bosé, presidente de EMI music España, “la representación en forma de holograma o figura virtual de un artista que ya no vive puede ser algo que atraiga al publico. El principal requisito es que se haga con un desarrollo técnico extraordinario, que sea respetuoso y con buen gusto. El publico dirá si es un éxito o no y cuánto esta dispuesto a pagar por ello”.

James Rock es incluso más optimista y, por supuesto, aporta datos basados en una experiencia que no es del todo nueva: “En el pasado hemos comprobado que existe un público receptivo a los conciertos holográficos. El grupo Tokio Hotel, por ejemplo, apareció en vivo simultáneamente en varias localizaciones europeas utilizando la tecnología de Musion. Hace algunos años, Mariah Carey ofreció cuatro conciertos holográficos de Navidad pregrabados en cuatro ciudades europeas distintas para audiencias gigantescas. En la mayoría de los casos la gente ni siquiera se dio cuenta de que no estaba viendo a una persona real. Por supuesto, no creemos que estos conciertos puedan suplantar jamás a los shows reales en vivo, pero también es cierto que con estas experiencias le ofrecemos la oportunidad a un gran número de gente de disfrutar de un concierto en vivo por un coste mucho más bajo. Además, con nuestra tecnología de TelePresencia (sic) podemos retransmitir los conciertos en tiempo real”.

Este tipo de conciertos ya cuenta con bastantes fans en japón donde personajes de dibujos animados como Hatsune Miku ofrecen conciertos como estos desde 2010. ¿Resucitar a grandes iconos del pasado no esconde una falta de originalidad y de riesgo de una industria como la musical en clara crisis? Respode Bosé: “La falta de originalidad a veces no es el único motivo por el que se recurre a revivalsremakes, secuelas, precuelas y todo tipo de representaciones nostálgicas y a veces innecesarias. También existe una demanda del público que sigue queriendo ver a un artista, una película, una representación teatral o un libro clásico antes de descubrir algo nuevo. El éxito de las bandas tributo por ejemplo refleja una demanda que existe en el mercado y la industria tiene la obligación de atenderla”.

Existe una raza de artistas de los que se sospecha que llevan gran parte de sus actuaciones en directo enlatadas en grabaciones. Unos lo hacen sin mayores problemas, como James Taylor que en su última gira, aun en curso, ha decidido utilizar cintas —a las que da protagonismo colocándolas a su lado en el escenario— con su propia voz para cubrir las armonías vocales tan importantes en sus conciertos. Otros son sospechosamente capaces de pasarse dos hora y media bailando, brincando, saltando a la comba o en patines sobre el escenario sin perder, aparentemente, un ápice de voz en el intento. A partir de ahora, incluso podrán clonarse en escena si así les place y en virtud de conciertos basados más en el espectáculo que en la música en sí misma.

Otro asunto importante: ¿Cómo se logra que la actitud, los gestos y la presencia de un holograma se acerque al original? “Si el artista está vivo, es fácil: se le graba previamente y él será responsable de sus movimientos. Para los que son resucitados digitalmente, la cosa requiere más trabajo y una colaboración con las agencias creativas más importantes del mundo que cuentan con la tecnología capaz de devolver a la vida a estos artistas de una forma convincente. Mientras exista demanda, allí estaremos. Durante la pasada década hemos demostrado que somos capaces de realizar unas alucinantes y ultrarealistas proyecciones holográficas de los mayores mitos de la música, vivos o muertos”, afirma Rock.

Lo complicado será reunir a grupos con algunos de sus miembros muertos hace años. El tiempo pasa factura. Pero visto lo visto, tranquilos, fans de The Beatles, todo se andará.

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