El mundo defectuoso, imperfecto y roto de la Nobel Olga Tokarczuk

La premio Nobel de Literatura 2018 Olga Tokarczuk.

La premio Nobel de Literatura 2018 Olga Tokarczuk.

Cualquiera que conserve la capacidad de ver la belleza jamás envejece, pensaba Kafka, quizás el autor más importante del siglo XX. Su perplejidad ante el mundo que emergía a principios del siglo XX es parecida a la que muchos sentimos ahora en estos comienzos del XXI. Nos vemos frágiles, incapaces de entender un entorno que cambia vertiginosamente. Un mundo defectuoso, imperfecto, roto, que es el que refleja la autora que proponemos hoy en esta ‘Área de Descanso’, la polaca Olga Tokarczuk, Nobel de Literatura 2018.

Tenemos la sensación de que no controlamos lo que pasa a nuestro alrededor, que somos meras piezas en un tablero invisible, que vivimos en una distopía, esa palabra que tanto se repite estos días de confinamiento ante el avance del coronavirus…

Pienso en la frase de Kafka y creo que los años no me han privado de la capacidad de apreciar la belleza. Todo lo contrario. Se ha agudizado. Solo que ahora mi mirada se posa más en la singularidad de las pequeñas cosas, en los detalles, en lo cotidiano y en una naturaleza amenazada de la que podríamos aprender a vivir mejor. En la rutina. Bendita rutina. Cuando acabe esta crisis del coronavirus en la que hemos tenido que parar de golpe, quizá descubramos que la felicidad estaba en tomarse un café con un amigo o en pasear por la calle. Ojalá al menos este desastre sirva para que aprendamos a vivir de otra manera.

Mi sensibilidad hacia la belleza se ha agudizado con los años, sí, pero creo que como lector mi capacidad de sorpresa es menor que cuando tenía 20 años. Nos pasa a todos, entiendo. Ocurre no solo con los libros, también con las películas, con la gente en general, incluso con las personas de las que nos enamoramos.

Por eso me siento feliz por sorprenderme de nuevo con un libro. Hablo de Los errantes, de la premio Nobel Olga Tokarczuk. De la autora polaca he leído también Sobre los huesos de los muertos (Siruela) y tengo pendiente la última novela publicada en castellano, Un lugar llamado antaño, editada en Anagrama.

Libro de viajes, ensayo, miscelánea, ficción, no ficción, autobiografía, conjunto de relatos. ¿En qué género metemos a Los errantes? Uno no sabe qué ha leído exactamente cuando llega al final, a la página 386, pero estoy seguro de que no soy el mismo lector, tampoco el mismo escritor y seguramente tampoco la misma persona.

Las pequeñas piezas que componen la novela, me gusta llamarla así, aparentemente no tienen nada que ver entre sí, pero solo aparentemente. Abren el libro Aquí estoy y otros textos breves, autobiográficos, en los que la escritora polaca se autorretrata y nos abre la puerta a su mundo, un universo donde el viaje se mimetiza con la vida y con la escritura. ¿Y qué es lo que le interesa a Tokarczuk de esos viajes que hace alrededor del mundo? Más que un interés, la autora habla de una sintomatología, algo que no puede evitar: “Me atrae todo lo defectuoso, imperfecto, roto […]. Son precisamente los errores y accidentes de la creación lo que busco pacientemente en mis viajes”.

Que nadie busque en Los errantes un libro de viajes al uso, un texto en el que el autor se deleite con la descripción de los paisajes, de los monumentos, de rincones solitarios que pronto acabarán siendo devorados por los turistas. De hecho, en ningún momento nos dice Tokarczuk dónde se encuentra. Deliberadamente se niega a describir. “Describir es como usar: desgasta. Los colores se difuminan, los bordes se desdibujan y, finalmente, lo descrito empieza a diluirse, a desvanecerse. Sobre todo los lugares. Las guías de viaje han causado un daño enorme; han sido una invasión, una epidemia”. Asegura que ha aprendido a escribir en trenes, hoteles y salas de espera: “En las mesitas abatibles de los aviones. Tomo apuntes durante las comidas, bajo la mesa o en el lavabo. Escribo en las escaleras de los museos, en los cafés, en el coche aparcado en un arcén. Lo apunto todo en retazos de papel, en blocs de notas, en tarjetas postales, en la palma de la mano, en servilletas, en los márgenes de los libros”.

Escritura y viaje se confunden en la obra de esta narradora errante. Para la observación de todos estos detalles, es preciso pasar desapercibido, algo que ella ha conseguido con la edad. “Con el paso de los años, el tiempo se ha ido convirtiendo en mi aliado, como lo es para todas las mujeres: me he vuelto invisible, transparente”. Algunos de los textos, como la historia de Kunicki o la de Joséphine Soliman, entran y salen del hilo narrativo, como afluentes. Otras sirven de balizas para no perder el sentido de la corriente. Una corriente que, como toda la buena literatura, es siempre una expedición a la verdad, en palabras de Kafka, vegetariano como ella.

Ecologista y vegetariana, Tokarczuk es una autora que vive comprometida con su tiempo. De hecho, la ecología y el amor hacia los animales son dos de los temas que recorren Sobre los huesos de los muertos, una novela luminosa que es mucho más compleja de lo que parece y en la que la autora polaca experimenta con la voz narrativa y el punto de vista. Publicada en castellano en 2016, hay incluso una versión cinematográfica, pero yo no la había leído hasta ahora.

Quien nos cuenta la historia es Janina Duszejko, una mujer un tanto extravagante, amante de los animales, que se ha retirado a un pequeño pueblo montañoso cercano a la frontera entre Polonia y la República Checa. Ingeniera de Caminos, trabaja como maestra de inglés. Más que un medio de vida, enseñar es para esta profesora de métodos poco ortodoxos una manera de estar en el mundo. Con una intriga en torno a una serie de asesinatos de cazadores furtivos, Tokarczuk traza en esta potente novela un retrato del mundo rural y sus habitantes. La narradora polaca nos advierte del fundamentalismo, aunque compartamos la causa, y a la vez critica la destrucción de la naturaleza y la crueldad hacia los animales en una sociedad que solo los ve como objetos o trofeos. Esa mirada compleja y matizada hacia la causa animalista y ecologista hacen de Sobre los huesos de los muertos una novela imprescindible para entender dos de los grandes temas que sacuden el mundo de hoy.

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Comentarios

  • Joaquín

    Por Joaquín, el 22 marzo 2020

    Pues te recomiendo Un lugar llamado Antaño, en cambio no he leido Los Errantes, asi que voy a por ello. Es verdad, escribe como los ángeles y me gusta mucho su mundo. Un saludo.

  • Helena Fe

    Por Helena Fe, el 22 marzo 2020

    Artículo delicado, sutil, nada spoiler si se me permite el anglicismo, pone la miel de la literatura en los labios. Sin embargo, añado esta nota para resaltar la omisión acerca de que la protagonista de «Sobre los huesos de los muertos», ella es también astróloga. Encuentro esta informacion pertimente, entiendo que haya quien que no. Es solo un aporte.

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