El Museo Thyssen crea su primer NFT con Van Gogh

Vincent van Gogh. Les Vessenots en Auvers, 1890. Museo Nacional Thyssen-Bornemisza (detalle).

El Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid da un paso adelante para adentrarse en el metaverso y vender y dar a conocer ‘Les Vessenots en Auvers’, un extraordinario lienzo de Van Gogh, una de las piezas maestras de la colección de este centro, en formato NFT. ¿De qué va esto?

Les Vessenots en Auvers es un paisaje de las afueras del pueblo de Auvers (Francia). En él vivió Vincent Van Gogh la última etapa de su vida tratando de superar una profunda depresión. Durante este tiempo, en palabras de Guillermo Solana, director artístico del Museo Thyssen-Bornemisza, realiza este cuadro junto con otros 71 más. Para Solana, Les Vessenots en Auvers es una de las joyas del museo. Un óleo de 55 x 65 cm y una composición con un horizonte elevado y un grupo de casas junto a unos extensos campos de trigo y algunos árboles ondulantes.

Van Gogh terminaría con su azarosa existencia cuando en la mañana del 27 de julio –un día como hoy– de 1890 se disparó un tiro. Pero antes de este suceso, “en aquellos días él tenía un ritmo acelerado de trabajo, como si fuese consciente de que estaba en un combate contra el tiempo. Y eso se nota en la manera de pintar frenética e hiper excitada”, detalló Solana durante la presentación de una iniciativa que hará que el museo que dirige sea el primero de España en adentrarse en el metaverso para vender y dar a conocer Les Vessenots en Auvers en formato NFT. Su digitalización permite apreciar al detalle “la paleta reducida, de luminosos verdes y amarillos, y las pinceladas agitadas y nerviosas, que siguen un ritmo ondulante y repetitivo, propias del periodo final del pintor”.

Para Evelio Acevedo, director gerente del museo, “los NFTs siguen siendo un mundo muy desconocido, tiene partidarios y detractores, pero son una realidad». Y sostiene que la misión de la institución es dar a conocer la historia del arte y, para ello, se han adaptado a las nuevas tecnologías, como las exposiciones digitales de su web, que se ampliaron durante el confinamiento por la pandemia. “Ahora, el metaverso enriquece mucho la oferta y facilita el alcance y el acceso, democratizando el arte”.

Impulsada por algunas ventas extraordinarias, la fiebre de los NFTs no es nueva. Los NFTs (siglas en inglés de non fungible token o activo digital indivisible) permiten adquirir obras de arte virtuales, permitiendo una posible dinamización del mercado del arte, tanto para artistas como para museos. Pero hay una pregunta que sigue flotando en el aire: ¿se trata de una auténtica revolución o de una burbuja especulativa?

Del pincel al píxel

Para esta entrada en el metaverso, el Museo Thyssen-Bornemisza ha realizado una tirada limitada de 100 NFTs del cuadro de Van Gogh al precio cada uno de 30.000 dólares. “No existirá una nueva emisión aunque se supere la demanda”, comenta Acevedo.

Estos ejemplares digitales estarán disponibles en la plataforma de Olyverse, colaboradores del museo en este proyecto y garante de la propiedad única de cada pieza y su autenticidad. Esta plataforma se abrirá a otros mercados, como el NTF Marketplace de Telefónica, donde los futuros coleccionistas podrán adquirirlos.

Muchos piensas que los NFTs no son en sí mismos obras de arte. Se trata de fichas o certificados dotados de un código único mediante un protocolo de blockchain, una tecnología de almacenamiento y transmisión de datos transparente y garantizada. «La tecnología blockchain permite experimentar el arte de distintas formas y podremos poseer nuestros propios artículos guardados en nuestro espacio privado”, explicó Carlos Grenoir, director ejecutivo de Olyverse. Opina también que “el coleccionismo digital es ya una realidad” y se pregunta: ¿Por qué no hacer posible que en esas colecciones digitales se puedan ver a los grandes maestros de la historia del arte?”.

Para Grenoir, la tecnología blockchain garantiza la seguridad y la autenticidad de la obra mediante un certificado expedido por el museo, además de otorgar todas las posibilidades, interactividad y mejoras que ofrece la tecnología para estos entornos virtuales.

Otros museos ya han vendido obras certificadas, como la Galería Uffizi de Florencia que vendió un NFT del Tondo Doni de Miguel Ángel por 140.000 euros. La primera obra de arte asociada a un NFT, Quantum, realizada en 2014 por el artista estadounidense Kevin McCoy, fue fruto de su colaboración con el ingeniero Anil Dash y la organización Rhizome, una entidad vinculada al New Museum de New York.

Los primeros NTFs del mercado del arte aparecieron en el año 2017, época en la que los tokens no fungibles comienzan a crearse en la red Ethereum y esto hace que empiecen a interesarse por ellos los inversores en criptomonedas. Estos activos digitales también han llegado a las subastas generando un mercado nuevo para nuevos coleccionistas. En 2021 Christie’s subastó un collage de un artista llamado Beeple (pseudónimo de Mike Winkelmann). La obra, titulada Everyday: The First 5.000 Days (Todos los días: los primeros 5.000 días), se vendió por el asombroso precio de 69 millones de dólares. En 2022, el Seattle NFT Museum se “diseñó para reunir a artistas, creadores, coleccionistas y la comunidad blockchain en general”. Está considerado el primer museo de arte NFT del mundo.

Acevedo manifestó: “Estamos encantados de asociarnos con Olyverse, una empresa a la vanguardia de la innovación artística basada en NFT. Esta colaboración representa una oportunidad fantástica para difundir la emoción del arte a lo largo y ancho del planeta en un formato tan nuevo como emocionante, los non fungible token. Además, también permitirá presentar nuestra colección de arte, que es única, a la comunidad de los usuarios más digitales, un encuentro entre dos mundos que antes o después debía llegar”.

No se despejó, durante la presentación, la incógnita de si habrá continuidad de esta iniciativa con otras obras del museo, aunque Acevedo no lo descartó.

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