El Real cierra con ‘El ocaso de los dioses’ un profético ‘Anillo’ wagneriano
Con el estreno de ‘El ocaso de los dioses’ el próximo día 26, el Teatro Real completará la tetralogía de ‘El anillo del Nibelungo’ de Wagner, que comenzó en enero de 2019, cuando el mundo era tan diferente a como lo vivimos hoy en día. Ha sido un viaje -a razón de una ópera por año-, iniciático para el director Pablo Heras-Casado que firma con este último capítulo su primer ciclo del ‘Anillo’ como director musical. Y una travesía profética, de más de 20 años, para el director de escena Robert Carsen, responsable y creador de esta producción que se estrenó en 2000 en la ópera de Colonia y que incide en la vertiente más ecologista de la fábula creada por Wagner.
Una producción profética tal y como explicó ayer en rueda de prensa Joan Matabosch, director artístico del Teatro Real: “Wagner con el Anillo escribió, entre otras muchas cosas, una metáfora de las consecuencias que podría acarrear para el planeta la revolución industrial, y lo inquietante, lo oscuro y angustioso es que ahora, en 2022, vamos a cerrar este Anillo no inmersos ya en una metáfora, sino de lleno en una realidad que casi se nos antoja profética”. “En el corto espacio de tiempo (en términos absolutos) que nos ha tocado habitar este planeta, lamentablemente hemos sido incapaces de convivir pacíficamente no solo con el medioambiente sino también entre nuestros semejantes”, explicó Robert Carsen.
El oro del Rin, La valquiria, Siegfried y El ocaso de los dioses de Carsen trasladan la fábula de inspiración mitológica creada por Wagner a lo largo de más de 25 años al mundo real. A un Planeta Tierra que ha sido devastado por la codicia humana. Un mundo destruido por las ansias de poder que han ignorado la naturaleza y que se dirige, en un escenario de cambio climático probablemente irreversible, hacia la extinción de la Humanidad.
Dice Carsen que nunca pensó que aquella decisión dramatúrgica que tomó hace más de 20 años fuera tan pertinente pasado el tiempo. “¿Que si ha habido cambios dentro de la producción? ¡Por supuesto! Un cambio evidente e inquietante es que el coro y los figurantes han de salir a escena con mascarilla. Sí, creo que esta pandemia ha sido un resultado de nuestra actitud como personas, de esta carrera irresponsable del ser humano hacia no sabemos muy bien dónde. Y todo eso está en El Anillo. Pero también es necesario que nos demos cuenta de que el problema no es para el planeta, en realidad. El problema lo tenemos nosotros. Nosotros convertiremos el planeta en un lugar en el que no podamos vivir, pero la Tierra no se destruirá. En realidad no es un problema para la Tierra, sino para nosotros mismos”.
Por las normas sanitarias, este nuevo capítulo de la tetralogía también se verá afectado en lo musical. Tal y como ocurrió en Siegfried, parte de los músicos de la orquesta se verán obligados a ocupar los ocho palcos de platea a ambos lados del escenario para poder cumplir con la distancia interpersonal en plena explosión de la extremadamente contagiosa variante omicron del coronavirus. Precisamente esta nueva cepa puso en dificultades al Teatro Real durante las representaciones de La Bohème la pasada Navidad, al contagiarse varios cantantes principales, parte del coro y de la orquesta. Los responsables artísticos del coliseo tuvieron que echar mano de cantantes suplentes y hasta una de las representaciones se suspendió al no poder garantizarle al público la calidad artística de una función que debía levantar el telón sin que varios de los cantantes hubieran ensayado lo suficiente. El Teatro prefirió cancelar, ensayar y levantar el telón en las mejores condiciones posibles.
Con El ocaso de los dioses, y tal y como está la situación sanitaria con omicron, el Real afronta una especie de más difícil todavía. Está previsto que en las nueve funciones actúen los mismos cantantes; no existe pues la posibilidad de recurrir a un segundo elenco, como ocurría en La Bohème, en caso de contagio. Pero no solo eso. Tres de los personajes fundamentales en El ocaso: Siegfried, Alberich y Brünnhilde serán interpretados por Andreas Schager, Martin Winkler y Ricarda Merbeth, respectivamente, cantantes que en una lógica y acertada decisión artística, en aras de la continuidad, ya dieron vida a esos mismos personajes la temporada pasada en Siegfried, jornada anterior de la tetralogía. Esta circunstancia añade más presión sobre el Real durante el mes en el que se prolongarán las funciones, puesto que la necesidad de sustituir a cualquiera de los tres alteraría de alguna manera el proyecto artístico primigenio de esta tetralogía. Todo para una ópera de dimensiones colosales en la que se ven involucrados 11 solistas, una orquesta de 115 músicos, 62 miembros del coro y 17 actores figurantes.
La culminación de este Anillo fue calificada por Pablo Heras-Casado como el “proyecto más importante” de su carrera. El director quiso poner en valor el esfuerzo titánico que está llevando a cabo el Teatro Real al poner en pie esta tetralogía. “Con El ocaso nos enfrentamos a la que probablemente es la ópera más complicada que podamos imaginar en el repertorio, y lo hacemos en unas condiciones que no son las más fáciles. Pero la orquesta no ha dejado de crecer durante estos cuatro años y contamos no solo con un reparto fantástico, sino con la experiencia de Siegfried el año pasado, que también tuvo que hacerse de una forma complicada”. “Pocos teatros del mundo», concluyó, «serían capaces hoy en día de afrontar nueve funciones de esta ópera”.
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