‘Encuentros’ del Thyssen y TBA21 para descartar prejuicios y avanzar
El Museo Nacional Thyssen-Bornemisza en colaboración con TBA21 Thyssen-Bornemisza Art Contemporary ha presentado recientemente la exposición ‘Encuentros: obras de la Colección TBA21’, que podrá visitarse hasta el 8 de octubre. La exhibición se encuentra en las salas 30 a 52 de la primera planta y establece un diálogo entre la colección de arte moderno recién re-instalada del museo y más de 25 obras de la Colección TBA21.
En un emotivo acto celebrado en el Thyssen-Bornemisza, Francesca Thyssen, hija del reconocido barón Thyssen, inauguró oficialmente Encuentros: obras de la Colección TBA21. Una exposición especial, resultado de un audaz experimento que busca entrelazar las piezas de la fundación TBA21 Thyssen-Bornemisza Art Contemporary, creada por Francesca, con la prestigiosa colección permanente de su padre.
Francesca Thyssen, quien ha dedicado gran parte de su vida a preservar y celebrar el legado de su progenitor, se mostró visiblemente emocionada durante la rueda de prensa. «Es un ejercicio de humildad ser invitada por el museo para hacer este pequeño experimento de exponer a artistas de la TBA21 junto a la colección de mi padre, que siempre he admirado tanto. Es muy emotivo», expresó Thyssen con la voz entrecortada antes de interrumpir su discurso con lágrimas en los ojos. «La colección permanente, tal y como estaba instalada en el museo, es algo sagrado, porque mi padre decidió cómo debía presentarse”, prosiguió.
Encuentros busca resaltar la pasión coleccionista de cuatro generaciones de la familia Thyssen y examinar las narrativas y sensibilidades transhistóricas que se entrelazan en sus respectivas colecciones. De esta forma, Encuentros no solo representa un hito en la historia del Museo Thyssen, sino que también refleja el compromiso de Francesca Thyssen con el arte contemporáneo y su deseo de expandir el alcance de la colección de su fundación. La inclusión de las obras de la TBA21 en esta exposición especial demuestra la voluntad de Thyssen de continuar el legado de su padre y promover nuevas perspectivas artísticas.
Así, a través del diálogo entre las obras de la TBA21 y la colección permanente, se exploran nuevas conexiones y se generan experiencias artísticas enriquecedoras para el público, brindando a los visitantes la oportunidad de sumergirse en un diálogo creativo entre el pasado y el presente, entre tradición y vanguardia. “Encuentros: obras de la Colección TBA21 promete ser una experiencia emocionante y conmovedora, en la cual las obras de arte se unen en un único espacio para contar historias y despertar nuevas emociones”, dijo Francesca.
Por su parte, Guillermo Solana, director artístico del museo, destacó la importancia de “superar las barreras y permitir que las salas de la colección cobren vida nuevamente, pese a la resistencia tradicional a hacer exposiciones de arte contemporáneo en el espacio de la colección permanente. Seguro que Heinrich Thyssen estaría muy contento de ver revivificadas sus salas de la colección”, comentó.
Además, Solana celebró el vínculo entre el museo y Francesca, “cuya relación ha enfrentado dificultades en el pasado, pero que desde 2016 ha logrado trabajar en proyectos conjuntos”. Año en el que se obtuvo la autorización del entonces ministro de Educación, Cultura y Deporte, Íñigo Méndez de Vigo, para llevar a cabo proyectos conjuntos. “Desde entonces, la colaboración ha sido constante y fructífera”, aseguró.
En este proceso de apertura del museo hacia el arte contemporáneo, el apoyo a la exposición temporal En el ojo del huracán. Vanguardia en Ucrania, 1900-1930 fue un factor clave. Francesca, a través de su agrupación Museos para Ucrania, junto a TBA21 y la European Cultural Foundation, se unieron para concienciar sobre el conflicto en Ucrania. Una iniciativa que busca “fomentar respuestas culturales europeas conjuntas y brindar apoyo a Ucrania en estos tiempos difíciles”, dijo Francesca.
Ahora, Encuentros presenta más de 25 propuestas de artistas contemporáneos, cuidadosamente seleccionados y comisariados por Paloma Alarcó, conservadora-jefe de pintura moderna del Museo Nacional Thyssen-Bornemisza, y Soledad Gutiérrez, conservadora-jefe de TBA21, para ofrecernos una variedad de estilos artísticos que van desde el surrealismo hasta el paisaje, el análisis científico, el activismo climático y el feminismo. Una fusión de estilos y épocas que crea un fascinante diálogo artístico, permitiendo al espectador explorar conexiones y contrastes entre diferentes corrientes creativas.
Cabe destacar las dos esculturas de Sarah Lucas, centradas en el análisis de lo sexual, la deformidad y el cuerpo, que se entrelazan con los trabajos dadaístas de la colección permanente del museo. Una conexión inesperada que invita a los visitantes a cuestionar las convenciones establecidas y a explorar nuevas formas de expresión.
Además, en Encuentros, el espacio se transforma en una plataforma para la interacción entre las obras y los espectadores. La instalación de Ann Veronica Janssens, que cambia de tonalidad según el movimiento del espectador, se yuxtapone con los pioneros de la abstracción, creando un juego visual y sensorial. Esta combinación estimula la reflexión sobre cómo percibimos y experimentamos el arte, invitándonos a ser participantes activos en la creación del significado.
Otro de los momentos más destacados de la exposición es la selección de diez vasijas neolíticas de más de 5.000 años de antigüedad, cubiertas de pintura en colores vibrantes por Ai Weiwei. El artista aplicó pintura industrial en distintos colores, cubriendo parcialmente el ocre milenario de estas cerámicas, lo que se entiende como una velada referencia a la Revolución Cultural china y una crítica a la vanalización y fetichización de este tipo de objetos por la cultura de consumo occidental. Este gesto provocativo y conmovedor nos confronta con la valoración que damos a la herencia y al patrimonio cultural. Cuenta Francesca que Ai Weiwei eligió y destruyó una de las piezas como una especie de performance. “Me dijo: ‘¿Cuál quieres?’ Y elegí estas de aquí. ‘¿No quieres esta otra?’, me preguntó él. Yo le dije que no, y la estampó contra el suelo, haciéndola añicos”.
Revisión del pasado artístico
Cuando Francesca tenía 12 años, su padre adquirió las obras a gran escala del artista chileno Matta al casarse con su cuarta esposa. En ese momento, Francesca estaba acostumbrada al expresionismo alemán que decoraba su hogar y que había sido parte de su crianza junto a su madre. La llegada de las obras de arte de Matta y la cuarta esposa del barón, Denise Shorto, marcaron un cambio radical en su entorno. “El salón familiar se transformó de manera inesperada y dio paso a una nueva generación de arte”, recuerda.
Sin embargo, con el paso del tiempo, Francesca aprendió a apreciar estas nuevas adiciones a su colección familiar. En la exposición Encuentros, piezas como El proscrito deslumbrante, del artista latinoamericano Matta, que en su momento impactaron a una joven Francesca, ahora se exhiben y dialogan con las creaciones de Regina de Miguel, obras que Francesca ha adquirido recientemente en la feria ARCO.
Así, a través de la revisión de su propio pasado, Francesca descubre cómo su aprecio por ciertas obras de arte ha evolucionado con el tiempo. La muestra nos enseña cómo nuestras experiencias pasadas pueden influir en nuestra relación con el arte y cómo el arte en sí mismo puede ser una herramienta para cuestionar y reevaluar nuestras preferencias artísticas, lo que da sentido al motivo de esta exposición. “Encuentros”, concluyó en la presentación, “nos invita a reflexionar sobre nuestras propias experiencias y percepciones, así como sobre la forma en que el arte puede desafiar y transformar nuestras ideas preconcebidas”.
‘Encuentros’, exposición en colaboración del Museo Nacional Thyssen-Bornemisza y TBA21, puede visitarse hasta el 8 de octubre. Salas 30 a 52 de la primera planta del museo.
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