La Fashion Revolution del ‘craftivismo’: “No dar puntada sin mensaje”

La británica Sarah Corbett, fundadora del Colectivo ‘Craftivismo’.

Quien más y quien menos se ha cruzado alguna vez con un árbol o un bolardo cubierto de ganchillo de mil colores. Podría ser una expresión artística sin más, pero también puede ser que esa forma de ‘vestir’ las calles forme parte de las actividades de un colectivo global que une la artesanía y el activismo para participar en la Fashion Revolution, que se extiende por más 100 países para exigir un cambio de la industria de la moda, con un enfoque centrado en la necesidad de una mayor transparencia en la cadena de suministro de la moda. Y dentro de ese movimiento está el Craftivismo (artesanía + activismo), que usa las manualidades en plan activista y propugna “no dar puntada sin mensaje”. Conozcamos más sobre él y las actividades que La Casa Encendida de Madrid está organizando estos días en torno a este movimiento.

Precisamente, con motivo del Fashion Revolution Day (Día de la Revolución de la Moda), La Casa Encendida y AlTrapo Lab han organizado actividades a largo del mes que se inauguraron hace unos días con una entrevista a la fundadora del Colectivo Craftivismo, la británica Sarah Corbett, sobre las claves de unas acciones cuyos mensajes quizá un día acaben en el bolsillo del pantalón que te estás probando en una tienda. Y es que el próximo 24 de abril se conmemora el funesto día de 2013 en el que se derrumbó en la Plaza Rana de Bangladesh un edificio con fábricas de ropa, en el que fallecieron 1.134 personas y otras 2.437 resultaron heridas de diferente gravedad.

Una de las obras del evento ‘Activismo y Moda’ en La Casa Encendida.

Taller de ‘Craftivismo’ en La Casa Encendida.

Como comentaba Corbett, en conexión desde su apartamento en Londres, el Craftivismo no tiene fronteras y lo de no dar puntada sin hilo, en su caso y el de sus seguidores, se transforma en “no dar puntada sin mensaje”. Una de sus iniciativas más extendidas consiste en escribir mensajes sobre ética o sostenibilidad de la moda y meterlos en los bolsillos de prendas que se venden en tiendas que no tienen en cuenta ni la una ni la otra. “Tras el desastre en Rana, se trataba de hacer algo que no humillara a las marcas, pero sí cuestionara el origen de nuestra ropa. Estos mensajes, que los encuentras en un bolsillo con una imagen amable, no agresiva, quieren hacer reflexionar a quien lo lea”, señalaba Corbett.

En realidad, la palabra Craftivismo la creó en 2003 la escritora americana Betsy Greer al otro lado del Atlántico, pero en 2009 Corbett recogió el ovillo para dar forma a un colectivo que usa las manualidades para entrar en acción, siempre participando con una forma de protesta que define como “suave” aunque precisa que “no por ello es débil o pasiva, sino que se trata de ser amables y con una estrategia que no pretende avergonzar o insultar a nadie, sino de implicar a otros en los cambios que son necesarios”. Es un asunto sobre el que ha escrito el libro El arte de la protesta suave, aún sin traducción al español.

Una de las ventajas del Colectivo Craftivista es que cualquiera puede apuntarse con aquello que se le da mejor hacer –“Cada uno tiene su proyecto”, asegura su fundadora–, y si bien durante estos años ha dado talleres y conferencias por todo el mundo en los que profundizar en este tipo de activismo, los ha suspendido por la pandemia, sin dejar por ello de preparar materiales y actividades.

Además de los mensajes de bolsillo –los mini fashion statements–, otra campaña de las que más repercusión ha tenido fue la que organizó en 2015 en Gran Bretaña en colaboración con la ONG Share Action, para exigir un sueldo digno para los trabajadores de la cadena Mark & Spencer. “Se me ocurrió que compráramos pañuelos de esa marca y bordáramos mensajes reivindicativos para la reflexión. Después los enviamos, según la personalidad de cada uno, a los miembros de la junta directiva de la empresa. No eran mensajes agresivos y al final conseguimos que se reunieran con los que reclamaban las mejoras salariales y se lograra un aumento salarial; aunque hubo algunos huraños, muchos nos agradecieron el regalo de los pañuelos”. También han bordado parches con frases de defensa ambiental para hacérselos llegar a políticos de su país y tienen láminas con el rostro de personalidades que han defendido los derechos humanos, como Desmond Tutu o Malala, que se realizan con aguja e hilo y que buscan crear una red de personas implicadas, “agentes del cambio” los llaman, a través de la costura, contra el consumismo compulsivo y a favor del poder de la creatividad para atraer hacia el cambio de hábitos.

Como complemento a esta entrevista, también tiene lugar un taller de craftivismo en La Casa Encendida, en el que está prevista una acción manual de bordado colectivo, cuyas piezas se unirán finalmente a través de fotos. Y como cierre, mañana, 15 de abril, tendrá lugar una conferencia sobre los retos de la moda circular, con las personas expertas Kavita Parmar, fundadora del proyecto IOU PROJECT para la preservación y promoción de tejidos artesanales; Núria Nubiola, también implicada en la moda sostenible con su proyecto Back to Eco; Eva Kreisler, coordinadora estatal de la red Campaña Ropa Limpia; y Celia Ojeda, que lidera en Greenpeace España proyectos relacionados con la sostenibilidad y el consumo.

Más información en este enlace.

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