No todo es Feria, el delicado islote de papel de Paperground y Diego Lara
El diseñador Diego Lara, con algunos de sus libros expuestos en Paperground. Foto: Ana Esteban.
Ya comenzó la Feria del Libro en El Retiro con miles de volúmenes preparados, voluptuosos y tersos, sobre los mostradores de las casetas. Los lectores empedernidos amamos EL LIBRO, ese objeto suave o rugoso con tapas, diseñado y compuesto para grabar en sus páginas, tipo a tipo, mundos imaginarios o reales. La librería y galería Paperground de Madrid, que en sus anaqueles ofrece publicaciones exquisitas, también muestra estos días en sus mesas la obra del diseñador editorial Diego Lara, cuyas creaciones convierten los libros en esos objetos hermosos que tanto nos gustan.
Al otro lado del escaparate con rejería amarilla, alumbrados por una lámpara de oficina años 60, se ven sobre un mostrador varios libros abiertos. Bueno, esto es una librería, pero en el escaparate esos volúmenes parecen piezas de museo. Es habitual en Paperground que en sus mesas se expongan algunos libros para consulta o simplemente para ser admirados, porque los fundadores de esta librería-galería de Madrid, la periodista Margherita Visentini y su socio el fotógrafo Asier Rua, son también editores y querían recoger el espíritu de las ferias efímeras donde se dan a conocer publicaciones y revistas sobre arquitectura, interiorismo, diseño, fotografía, arte o naturaleza que no tienen una gran distribución. “Abrimos este espacio”, me cuenta Asier, “para atraer pequeñas editoriales y proyectos independientes, y hacer cada mes una exposición sobre la obra de artistas y diseñadores involucrados en el proceso del libro, como Diego Lara.”
Diego Lara, diseñador de proyectos de arte, fotografía e ilustración, y coordinador de la editorial MadLibro, ligada a esta revista, es también el responsable de la identidad visual de la librería. “Estoy muy contento con este trabajo,” comenta, “porque además de la simbología en el logotipo de dos libros que se unen, como los dos agentes Asier y Margherita con sus dos editoriales, RUA y The magazine Club, la tipografía se hizo a medida y concuerda con elementos como el mobiliario y la rejería amarilla; todo es muy modular, geométrico, y así la marca y la experiencia del lugar cobran sentido para mí como diseñador”.
El libro es el gran protagonista en esta muestra sobre la trayectoria del diseñador, que me confiesa que esto es lo que más le gusta hacer. “No se trata solo de crear un diseño bonito, es la idea global del libro como objeto. Cuando estaba estudiando, me enamoré del diseño editorial y llevo ya diez años trabajando en ello; es muy interesante porque no se queda en algo puramente visual, sino que entran en juego otros factores como la materia, el tacto, el olor o la tinta; puedes jugar con los cinco sentidos y ofrecer otra experiencia que no sea lo digital; es el poder de lo analógico”.
Vida Nómada es uno de los primeros trabajos personales de Lara: una caja que contiene un puñado de páginas sueltas en las que el diseñador juega con textos del sociólogo y filósofo Zygmunt Bauman impresos sobre un mapa de Madrid, formando caprichosos recorridos como caligramas y dibujos. “Extracté las teorías de Bauman acerca de la modernidad líquida para hablar de cómo nos movemos en el espacio; quería representar al nómada contemporáneo en un formato portátil, en el que te puedes desplazar por el texto como si fuera un territorio”.
Varios de los trabajos de Diego Lara expuestos en Paperground.
A partir del encargo para diseñar un folleto promocional sobre las películas del cineasta taiwanés Tsai Ming Liang, surgió un libro de artista que traslada la conmoción de sus fotogramas a la textura del papel y las tintas planas de la risografía. Así aparece ese hombre bajo la ducha a doble página con los ojos cerrados y un rictus de dolor, o la pareja feliz en tono anaranjado, o la misteriosa espesura de un bosque teñida de rosa y el hombre que limpia con una toalla la cara de una niña. “Fue un encargo para el Festival de Cine Asiático de España en colaboración con el instituto de cultura de Taiwán para dar visibilidad al cineasta en nuestro país, y en vez de un folleto de gran tirada como querían, les propuse hacer algo más sólido y que perdurara en el tiempo. Todo el libro se articula como una retrospectiva del cineasta; estudié toda su filmografía para representar con las tintas planas de la risografía las emociones de los personajes, que van de los tonos más grises de los momentos dramáticos al amarillo, el magenta, el azul”.
La risografía, una modalidad de impresión ecológica que utiliza tinta vegetal de soja o arroz, es la técnica preferida del diseñador. “Es muy artesanal; preparar las artes finales es complicado, porque casi no hay margen de equivocación al hacer el máster, y las pruebas de imprenta se realizan sobre banano en vez del proceso químico y contaminante del offset. El hándicap es que tienes que hacer un mínimo de copias para que salga rentable”. Esta preocupación por la sostenibilidad de los procesos implicados en la elaboración de un libro hace que Lara emplee términos como edición consciente. “El problema es que en este gremio se juega con unas normas tradicionales que no tienen en cuenta el uso de los recursos: tapa dura, pastas enteladas… Hay que romper con todo eso que supuestamente aportaba categoría a los proyectos; el diseñador hoy tiene que ofrecer otras alternativas, porque ya no hacen falta esos estándares”.
Uno de sus últimos trabajos ha sido el diseño de la revista de interiorismo Tarea Doméstica, cuya portada de aire pop repite la imagen alocada de una cabeza de fregona, o el libro Una rama tembló, cuyas imágenes se expusieron en la sala Espacio Local de Gijón en 2022 y se estamparon con la colaboración de Christan Granados en su taller de tipos móviles. Como ya hizo en 2016 para el poemario Hierba, de Rafa Ruiz, en este hermoso libro objeto, Lara despliega sus impresiones del mundo vegetal a partir de sus propias fotografías, creando delicadas composiciones de ramas y hojas que parecen mecidas por un viento invisible. “Suelo dibujar cuando doy paseos por la naturaleza, pero a veces gana la facilidad de tirar fotografías. Esta, por ejemplo, es de Doñana”, señala mientras pasamos las páginas. “Son imágenes que me transmiten paz, y eso es justo lo que intento llevar al papel”.
Obras de Diego Lara en la librería y galería Paperground. Foto: Asier Rua.
En las paredes de Paperground se muestran bocetos de algunos de sus diseños tipográficos; como el proyecto Los cuadrados sueñan con convertirse en círculos, que realizó sobre un papel continuo de impresora rescatado de un almacén, y que hace unos meses se expuso también en Espacio Araña de Madrid. “Quería buscar una geometría pura en la legibilidad, el reconocimiento de los glifos y la forma de cada uno de los caracteres. Todos guardan la misma proporción, como si estuvieran dentro de los tipos móviles, y voy jugando con la posición de los caracteres hasta que surgen formas interesantes.” Y mirando esos volúmenes tan sólidos, con sus vanos y sus curvas perfectas, yo pienso de pronto en grandes esculturas pulidas, en superficies lisas y frías por donde resbalar hacia una historia o un poema. “Al final,” me está diciendo Lara, “los caracteres son formas geométricas a las que atribuimos un significado. Y juntos forman palabras.”
Exposición editorial de Diego Lara. Paperground (calle Medellín, 3, Madrid). Hasta este sábado, 3 de junio. Ese día, a las 12 h., habrá un encuentro con Diego Lara en torno a la ‘edición consciente’.
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José Manuel Ballester: Que los árboles nos acompañen siempre
Por José Manuel Ballester: Que los árboles nos acompañen siempre, el 02 agosto 2023
[…] Lo dice Ballester en Bosquejos, el precioso volumen publicado por MadLibro y diseñado por Diego Lara con los bocetos de línea que tomó el artista sobre árboles y bosques. En el cuadernillo central, […]