Festival de Almagro: cómo memorizar 2.000 versos en castellano antiguo

‘A contenda dos labradores de Caldelas o Entremés famoso sobre a pesca do río Miño’, primera aportación de Portugal, país invitado en el Festival de Teatro de Almagro. Foto: Pablo Lorente.

El Festival Internacional de Teatro Clásico de Almagro nos sumerge en el Siglo de Oro con distintas propuestas teatrales que oscilan entre la grandilocuencia y el total respeto hacia el texto barroco original, hasta la adaptación contemporánea más accesible. Con grandes estrellas, desde José Luis Gómez recitando 2.000 versos en castellano antiguo del Poema del Mío Cid a Paco Mir adaptando ‘El Perro del Hortelano’ y Lluís Homar y Ana Belén dando vida a ‘Antonio y Cleopatra’.

Con la llegada del Festival Internacional de Teatro Clásico de Almagro, las empedradas calles de la localidad manchega nos devuelven a épocas pasadas. El pueblo almagreño se adorna de elementos barrocos que reciben a multitud de visitantes para presenciar lo mejor del teatro clásico y su imperecedero Siglo de Oro.

Incluso la pandemia, enemiga número uno de la cultura, parece haberse adaptado a la realización de un festival que ya el año pasado demostró que, respetando las medidas de seguridad necesarias, se podría llevar a cabo sin renunciar a su esencia. De alguna manera, las mascarillas han formado parte del paisaje teatral barroco, como aquellas máscaras venecianas que ocultaban los rostros de los misteriosos personajes de las obras de William Shakespeare.

Quizá por ello, el estreno de Antonio y Cleopatra de Shakespeare, el día de la inauguración, fue recibido con gran expectación por parte del público. En escena, Lluís Homar y Ana Belén, en una versión de Vicente Molina Foix bajo la dirección de José Carlos Plaza (coproducción de la CNTC y el Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida). Una obra que, a priori, gozaba de todos los ingredientes necesarios para inaugurar por todo lo alto el festival, aunque a muchos no dejara del todo satisfechos. Dicen que bastaría esta obra para demostrar lo que un autor puede hacer con un tema y convertirlo en teatro; quizá ahí radique la dificultad de adaptarla con éxito.

El Perro del Hortelano con dirección de Paco Mir.

Sin embargo, esa primera toma de contacto grandilocuente con el clásico de Shakespeare precedió a otras aproximaciones al teatro barroco con pretensiones más modestas. Es el caso de El Perro del Hortelano, una adaptación de Paco Mir sobre el clásico de Lope de Vega. La obra, alejándose de los cánones tradicionales y rompiendo la cuarta pared, nos presenta a dos técnicos abandonados por el elenco artístico de la compañía que se ven obligados a vestirse de actores y representar el texto de Lope de Vega haciendo uso de un vestuario y una escenografía improvisados. Así, el ingenio y la originalidad se apodera de los personajes que, contra viento y marea, intentan poner en escena esta historia sobre las aventuras amorosas entre Diana, condesa de Belflor, y su secretario, Teodoro. Una obra que, en definitiva, refleja un especial cariño al teatro clásico, y un compromiso por hacerlo accesible para todo tipo de públicos.

Por otro lado, A contenda dos labradores de Caldelas o Entremés famoso sobre a pesca do río Miño, la primera de las aportaciones portuguesas de esta edición del Festival de Almagro, nos trajo un pedazo de historia sobre el río Miño, ese río que a lo largo de los siglos ha servido de frontera entre Galicia y Portugal, trayendo consigo constantes disputas por los recursos y la lucha de clases, enfrentando a dos culturas que reivindican su derecho a la pesca. Esta producción de la Compañía de Teatro de Braga y Centro Dramático Galego recoge el texto que en 1671 escribió Gabriel Feixóo de Araúxo sobre la pesca del río Miño, y lo hace con una adaptación que bebe de su base puramente documental para hacernos reflexionar sobre un tiempo y un lugar concretos, pero cuya esencia es universal y recorre la historia. Una demostración de que lo clásico y lo moderno discurren por un mismo caudal, y que el teatro también sirve para abrir fronteras.

Y siguiendo ese cauce que construye la historia, nos encontramos con el Poema del Mío Cid, el mayor poema épico de la literatura hispánica. Protagonizado y dirigido por José Luis Gómez, en una producción del Teatro La Abadía, Mío Cid. Juglaría para el siglo XXI es un trabajo inconmensurable que rescata este poema anónimo, de tradición oral, dividido en tres cantos, que narra las hazañas acontecidas a Rodrigo Díaz de Vivar en el siglo XI. Un cantar de gesta sobre la vida del Cid que manifiesta otra gesta, la de Gómez, capaz de memorizar más de 2.000 versos en castellano antiguo. “Hace años, en el marco de la conmemoración de los 300 años de la RAE, aprendí a emitir los sonidos de nuestra lengua medieval y, también, a relacionarme con las palabras altamente configuradas y poéticas de este texto”, explicaba el actor en la rueda de prensa previa al estreno.

Y así, como los antiguos juglares, Gómez devuelve la esencia del cantar para transmitirlo oralmente al público de nuestro tiempo. Utilizando como arma la palabra y sus múltiples entonaciones, el autor emana de su cuerpo lo más profundo del arte de la oratoria y la lingüística. La base de nuestra lengua se encuentra en ese castellano medieval que a lo largo de los siglos ha ido evolucionando. Por tanto, la historia del Mío Cid, contada desde el presente, adquiere un doble sentido: por la historia del héroe que el público desea conocer, y por lo extraordinario de descubrir los orígenes de nuestra propia lengua.

Deja tu comentario

¿Qué hacemos con tus datos?

En elasombrario.com le pedimos su nombre y correo electrónico (no publicamos el correo electrónico) para identificarlo entre el resto de las personas que comentan en el blog.

Comentarios

Te pedimos tu nombre y email para poder enviarte nuestro newsletter o boletín de noticias y novedades de manera personalizada.

Solo usamos tu email para enviarte el newsletter y lo hacemos mediante MailChimp.