Los fotógrafos del humo: la importancia de los lugares abandonados
Fotografía de Alexis Pichot e Isabelle Chapuis de su proyecto ‘Blossom’.
Fotografía de Alexis Pichot e Isabelle Chapuis de su proyecto ‘Blossom’.
Los fotógrafos franceses Alexis Pichot e Isabelle Chapuis se imponen un reto casi imposible en su proyecto titulado ‘Blossom’ (Florecimiento o florescencia). Se trata de aportarle más belleza a lugares que ya son bellos de por sí y transformar, reciclar, otros que a primera vista podrían parecer horrendos en lugares con alma y elegancia. Todo un alarde de ‘upcycling’. Nunca nadie consiguió tanto añadiendo humo: captar el alma, el tiempo, las ilusiones, la esperanza.
Alma porque el elemento con el que trabajan Pichot y Chapuis es una metáfora en sí mismo. El humo. ¿Puede dibujarse el aire? Velázquez lo hizo como nadie. ¿Puede fotografiarse el alma, el tiempo, la esperanza, el futuro, la sensación? Este par de artistas están convencidos de ello y ahí queda su trabajo para dar buena muestra de ello.
En sus fotografías se ha prescindido deliberadamente de cualquier figura humana. “Las personas están ausentes de estas fotografías”, asegura Chapius, “pero su huella se sugiere entre esos paisajes naturales o lugares abandonados”. La humanidad como centro de su obra, pero manifestada con un elemento metafórico y que habla por sí mismo: una nube de humo. Efímera, hermosa e intrusa en lugares en los que tal vez no ha sabido estar a la altura de lo que la naturaleza podría esperar.
Las imágenes de este proyecto se han tomado en diferentes partes del Globo como Marruecos, Turquía, Estados Unidos o Noruega. Blossom significa para sus autores un homenaje a la belleza natural de aquellos parajes naturales que han crecido sin la influencia del ser humano, pero también a aquellos otros lugares que han sido abandonados y necesitan ser recuperados por estos dos artistas. Sin duda, un precioso proyecto de cómo volver a poner en valor lo que considerábamos perdido, lo que se había despreciado. Todo un ejercicio de upcycling.
Las fotografías están tomadas con una cámara Nikon D810 y las nubes se producen añadiendo pigmentos naturales al humo, de forma que genere nubes rosa pastel, verde oscuro, amarillo apagado… Estas nubes toman una apariencia distinta en cada una de las tomas. Son impredecibles. Buscan ilustrar visualmente el impulso creativo del ser humano y, a la vez, alertar sobre la forma destructiva, a veces, que la intervención humana puede tener en el medio natural.
La experta en arte Claire Alliot-Soto asegura que el trabajo de estos dos artistas con sus características efímeras “se pueden comparar sin problema con el enfoque del Land Art y la obra conceptual de Robert Smithson, en particular”. Se trata de esa corriente del arte contemporáneo en la que el paisaje y la obra artística se entrelazan y confunden. Las piezas suelen ser de grandes dimensiones y para su realización los artistas utilizan, a su vez, elementos de la naturaleza como madera, agua, rocas, arena, tierra… Además, casi todas tienen carácter efímero, como estas fotografías. Se interviene en la naturaleza, pero no se invade ni se altera.
Alliot-Soto añade: “En cuanto a su decisión de eliminar cualquier sugerencia de figuración para centrar la atención en el poder expresivo del color, recuerda al expresionismo abstracto y los gustos de Mark Rothko y Newman”. Nosotros podemos añadir que algunas imágenes, las más abstractas y conceptuales, nos recuerdan también a las bellísimas acuarelas de Turner o lienzos de Zóbel.
Fotografía de Alexis Pichot e Isabelle Chapuis.
Fotografía de Alexis Pichot e Isabelle Chapuis.
Fotografía de Alexis Pichot e Isabelle Chapuis.
Fotografía de Alexis Pichot e Isabelle Chapuis.
Fotografía de Alexis Pichot e Isabelle Chapuis.
Fotografía de Alexis Pichot e Isabelle Chapuis.
Fotografía de Alexis Pichot e Isabelle Chapuis.
Fotografía de Alexis Pichot e Isabelle Chapuis.
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